Duarte y su Patriotismo
Por Marcelo Peralta
Juan Pablo Duarte Díez, mantuvo su lema de la fe en
Dios, la justicia y la férrea defensa del pueblo dominicano.
Hoy, día 15 de julio del año 2013 se conmemora un
día de su nacimiento.
Entre
sus lemas estaba el de trabajemos por y para la Patria.
Trabajar
por la Patria es lo mismos que hacerlo para nuestros hijos.
Y
para nosotros mismos.
Trabajemos,
sin descansar.
No
hay que perder la fe en Dios.
En
la Justicia de nuestra causa.
Y
en nuestros propios brazos.
Siempre
dijo que vivir sin patria, es era lo mismo que vivir sin honor.
Naciste un 26 de enero de 1813, nació el hombre más
importante de esta tierra.
A pesar de su sacrificio murió solo, sin parientes,
sin amor, abandonado y desterrado en Caracas,
Venezuela.
Juan Pablo Duarte, quien junto a Matías
Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez comenzó la gesta libertadora que
alcanzó la separación del territorio nacional.
El 27 de febrero de 1844, se nos quitó el
yugo de 22 años de ocupación haitiana.
Duarte
nació en 1813, en Santo Domingo.
Siempre
se ha manejado la versión de que su nacimiento se produjo en su casa paterna
ubicada en la calle Isabel Católica número 308.
Llegó
a esa dirección siendo adolescente y que vino al mundo en una vivienda situada
cerca a donde está actualmente la Plaza de España.
Hijo
de Juan José Duarte, nativo de Vejer, provincia española de Cádiz, y Manuela
Díez Jiménez, oriunda de El Seibo, hija a su vez de padre español y madre
criolla.
Para
conseguir su propósito, Duarte fundó la sociedad secreta "La
Trinitaria" el 16 de julio de 1838, plataforma que permitió reclutar
respaldo para la independencia.
Esta
respondía a una estructura celular.
Tuvo
por lema "Dios, Patria y Libertad" .
Sus
primeros miembros Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina,
Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González,
Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo.
Este
hombre supo su coraje en el ideario y juramentó a los trinitarios para luchar
contra los haitianos invasores.
Juró,
prometió y cumplió que en nombre de la Santísima, augustísima e indivisible
trinidad de Dios Omnipotente por su honor y su conciencia, cooperar con su
persona, su vida y sus bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano.
Nuestro
insigne patricio quiso y quería implantar una república libre, soberana e
independiente de toda dominación extranjera, que se denomina República
Dominicana.
Añadió,
que esta nació tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules,
atravesado con una cruz blanca.
Prometió
ante Dios y el mundo de que sus consocios lo castigaran en el perjurio y la
traición si los vendía.
Tenía
claro de lo que sería la República cuando dijo que nunca me fue tan necesario
como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin
corazón conspiran contra la salud de la Patria.
Juan
Pablo Duarte y Diez no se equivocó cuando manifestó que querían ponerle un amo
al pueblo.
La
sangre que derramaron los patricios por sacar a los haitianos, sin embargo, un
grupo de malos dominicanos han traicionados a Duarte.
Por
las calles de Duarte caminan como pedro por su casa miles de haitianos que ensucian
sus tierras y estrujan la bandera de la dominicanidad.
Tus
huesos deben estarse moviendo intranquilos cuando los haitianos ensucian tus
calles, campos, se burlan y desnaturalizan sus idearios Duarte queridos,
barbaries apoyando por antidominicanos.
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