En Constanza lloran a Rosalina Ynoa
Por Marcelo Peralta
Constanza, provincia La Vega, en el
Cibao Central, R.D.- El dolor y congoja se ha apoderado en la ciudad de
Constanza, cuna de nacimiento de Rosalina Ynoa, que a pesar de emigrar desde
muy joven de esta comunidad, es recordada por muchos.
Al conocerse
que Ynoa había muerto en España en un accidente de tren donde cumplía misiones
oficiales por ser funcionaria del gobierno dominicano, su muerte causó gran dolor.
Esta joven
mujer batalló para hacerse profesional y la militancia política que la unía al Presidente
Danilo Medina la llevó a ocupar una buena posición en el tren gubernamental.
Asumió con
gallardía su puesto, cargo que desempeñaba en la actualidad.
La semana que recién finaliza dejó de existir.
Una gran
pérdida para el gobierno, su esposo, sus cuatro hijos y sus familiares.
Apenas conocida la triste noticia, la comunidad entera se conmovió, principalmente el arco político y dirigencial del PLD, que destacó sus virtudes como funcionaria y en lo humano.
Los comunitarios de Constanza están de duelo en el ámbito familiar.
El Gobierno del Presidente Danilo Medina lamentó la pérdida.
Hizo voto de
duelo a familiares de Ynoa, amigos y compañeros para superar el difícil
momento.
Alberto Canela es el esposo de ella. Llevaban 22 años casados y
procrearon cuatro hijos de 20, 18, 14 y 11 años. Fue tan organizada en sus
acciones que anticipaba hasta los consejos para con sus hijos; en su papel de
cónyuge era tenaz y enfocada para sumar optimismo
La dominicana que murió el pasado miércoles en un accidente de tren en
España era mucho más que una funcionaria.
Esta pérdida significa un dolor inconsolable para sus cuatro hijos, la
ausencia del alma para su madre y una pieza irremplazable para su esposo.
Rosalina Ynoa nació en Constanza para 1969.
Desde muy pequeña emigró junto
a su familia hasta Santo Domingo y a los 15 años se lanzó a la calle a
trabajar.
Se graduó de administradora de empresas y se especializó en finanzas.
Su disciplina y preparación la llevaron a ser directora ejecutiva de la
Unidad de Análisis y Coordinación de la Cooperación Internacional.
Alberto Canela es el esposo de ella.
Llevaban 22 años casados y procrearon cuatro hijos de 20, 18, 14 y 11 años.
Fue tan organizada en sus acciones que anticipaba hasta los consejos para
con sus hijos; en su papel de cónyuge era tenaz y enfocada para sumar
optimismo.
"Con Rosalina aprendí a ser más organizado, más enfocado en las cosas
y nunca dejarlas sin antes terminarlas.
Fue una mujer de carácter y optimismo.
Lo que más me marcó de ella fue su vocación de servicio", describió
Alberto mientras trataba sin éxito de aguantar las lágrimas.
La víctima dominicana murió el miércoles, pero días antes del accidente su
esposo le había pedido que no fuera a ese viaje, ya que antes estuvo en
Centroamérica y quería pasar tiempo con ella.
El argumento de Rosalina para ir, además de cumplir funciones diplomáticas,
era visitar la tumba de una de sus hermanas fallecida en el 2008, a cuyo
funeral no pudo asistir.
Presentimientos:
Para
el sábado en la noche la familia salió hacia el Aeropuerto Internacional de Las
Américas, desde donde la madre y esposa ejemplar partiría hacia Europa.
En
el trayecto hasta la terminal conversaban sobre accidentes y, según Alberto,
ella le dijo a su hijo mayor: "No te preocupes que yo tengo un buen
seguro; si me muero, ustedes me traen".
Al
llegar a España, Rosalina se comunicó con la familia para avisarles que había
llegado bien. Durante los días que estuvo en Madrid conversaba todos los días
con sus hijos y esposo.
Mientras la dominicana viajaba en el tren del suceso charlaba con su esposo
y él rememora las últimas palabras que escuchó de ella: "Llámame en una
hora y media que el tren tarda como 45 minutos en llegar a Santiago y así
hablamos tranquilos".
Después de eso volvió a saber de ella por las noticias.
Ocurrido el hecho no habían identificado a todos los cuerpos, incluyendo el
de la dominicana. Para sus parientes y amigos la espera fue tan difícil como
traumática.
A Canela le subía la presión constantemente y los vástagos no paraban de
llorar. Confirmada la trágica noticia, el llanto se expandió por toda la casa.
Rosalina murió el pasado miércoles cuando el tren en el que se desplazaba
desde Madrid hasta Santiago de Compostela se descarriló por una
"imprudencia" del maquinista.
Versiones no confirmadas lo acusan de haber conducido a una velocidad más
alta de la normal.
En el accidente murieron 79 personas, ocho de las cuales eran extranjera.
El funeral por las víctimas del accidente se celebrará el lunes 29 de julio
en la catedral de Santiago, con la asistencia del presidente del gobierno
español Mariano Rajoy.
En el apartamento 4A del residencial Laura Mariel, en el Ensanche Kennedy,
las puertas están abiertas, pero no se escuchan muchas voces.
Los dolientes preparan las maletas del esposo que saldrá la noche de este
sábado en busca del cadáver de su extinta amada.
Funcionarios y amigos de Rosalina han visitado a los dolientes para
externar pesar por la pérdida.
El presidente Danilo Medina emitió condolencias públicas por el suceso.
En la repisa de la sala se pueden ver dos fotos de Rosalina acompañadas de
velas y flores.
Cada vez que uno de los hijos mira hacia esa esquina se le humedecen los
ojos y sube hasta las habitaciones.
Las autoridades dominicanas hacen lo posible para que el cadáver de la
funcionaria sea traído hasta su tierra a final de la semana entrante.
Con el tiempo su puesto en el gobierno podrá ser ocupado por otra
profesional, pero el vacío que deja en su casa es un hueco indeleble que
perdurará por siempre.
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