Violador condenado a cadena perpetua


El secuestrador de tres jóvenes en Ohio, Estados Unidos ha sido condenado este viernes a cadena perpetua este viernes, pero antes había sido sentenciado a cumplir mil años de cárcel.
Otra condena adicional lo confina a mil años de cárcel, sin opción a libertad condicional, de acuerdo a lo dispuesto por un juez de Cleveland.

La defensa de Castro alcanzó un acuerdo con la Fiscalía para no continuar con el juicio y evitar una posible sentencia a pena de muerte. 
Castro, de origen puertorriqueño, exconductor de autobuses escolares, fue acusado de secuestrar y violar a Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight, rescatadas el pasado 6 de mayo.
El hombre fue detenido después de que una de las mujeres lograra escapar.
Los abogados de las víctimas saludaron el acuerdo entre la fiscalía y su captor.
 “Ellas están satisfechas con la resolución del caso y están deseando que termine cuanto antes el proceso”, han indicado en un comunicado.
De no haberse llegado a un pacto, el juicio hubiera comenzado el 5 de agosto y las tres jóvenes deberían haber tenido que comparecer y recordar el calvario a las que las sometió Castro.
Durante la vista, Castro se ha mostrado más locuaz que en anteriores audiencias, en las que apenas levantaba la cabeza del suelo.
 “Mi adicción a la pornografía y mis problemas sexuales me han afectado mentalmente”, ha indicado.
 “Yo fui una víctima de abusos de niño y eso ha ido a más”, ha tratado de justificarse el secuestrador.
El juez no le ha permitido continuar, advirtiéndole de que cualquier explicación debía guardarla para el día en que leyera la sentencia.
El acuerdo es el epílogo de una pesadilla que se inició el 22 de abril de 2002, cuando Castro secuestró a su primera víctima, Michelle Knight.
Un año después, capturó a Amanda Berry, en la víspera de su 17 cumpleaños, y en 2004 invitó a subir a su camioneta roja a Gina Dejesus.
Durante esos 10 años, Castro sometió a sus tres víctimas a un infierno, manteniéndolas en condiciones infrahumanas, abusando de ellas, matándolas de hambre, teniéndolas atadas con correas.
Durante el encierro, Berry dio a luz a una hija de su captor.
El pasado 6 de mayo los gritos desesperados de Berry tras la puerta del número 2207 de la Avenida Seymour alertaron a sus vecinos y permitieron poner en libertad a las tres jóvenes.
La noticia conmocionó al país y especialmente a los residentes del barrio de Castro cuyas atrocidades les pasaron completamente desapercibidas durante 10 años.
El pacto entre el Monstruo de Cleveland y la fiscalía puede ser un punto y final para Castro, pero solo es un punto y seguido para sus víctimas.
Hace apenas un mes, las tres jóvenes aparecían en público por primera vez desde su liberación en un emotivo vídeo.
En él muestran su agradecimiento por el apoyo prestado por sus familiares y amigos, pero las sonrisas de sus rostros no logran ocultar las huellas del sufrimiento que han pasado y que, según los expertos, aún tardarán tiempo en superar.

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