No más.
Prensa Global Digital
Es
un territorio compuesto por personas agresivas.
Son,
en su mayoría ciudadanos frustrados.
Desde
hace años Haití se ha convertido en un enemigo
de República Dominicana.
Analice
si las críticas hechas por sus
ciudadanos.
Mientras
los haitianos en cada oportunidad insulta y condenan a República Dominicana,
nosotros mantenemos la calma, el respeto
y la consideración.
Haití
está compuesto por personas agresivas.
Este
es un territorio de enemigos contra República Dominicana.
Es
una medida isla que se caracteriza por demostrar su rabia con ataques
directos en público.
Usa
contra República Dominicana insultos y escenas de condena y, ante todo, mantenemos
la calma y el respeto.
Los
haitianos están frustrados y nosotros no tenemos
la culpa.
Haití,
en su conjunto parece tener a República Dominicana pendiente de crítica hasta
en la sopa que se beben,
Este
tipo de enemigo, se caracteriza porque critica en base a su experiencia
frustrada.
Posee
una frecuente envidia por los éxitos de los habitantes dominicanos.
Es
un país de personas que quiere sobresalir frente a las demás naciones y hace
cualquier cosa que esté en su mano para lograrlo mediante el engaño y la
avileza contra República Dominicana.
Se
evidencia el chantaje que representa el supuesto victimismo haitiano.
Se
nos atribuyen obligaciones extranacionales y extraterritoriales,
culpabilidades, responsabilidades con esa población extranjera que, en
realidad, no tenemos incidencia.
Si
los dominicanos defendemos los empleos que país produce se nos acusa de
confrontación.
Al
parecer, los únicos que tienen derecho a trabajar en el país son los
extranjeros ilegales.
Si
repatriamos a los niños que traen las mafias que viven del ataque a
nuestro Estado, se nos acusa de violar los derechos humanos.
Si
exigimos que los hijos de haitianos no sean despojados de la nacionalidad de
sus padres, se nos acusa de genocidio civil.
Haití
tiene un objetivo del chantaje contra su vecino que siempre les ha dado la mano
en las desgracias que ha sufrido,
Desde
tiempos inmemorables los dominicanos somos víctimas del chantaje y del
terrorismo verbal ejercido por personas que suelen prescindir de la realidad,
para imponerse el mundo imaginario surgido de sus resentimientos.
Se
está llegando el tiempo, y eso lo saben todos los dominicanos de que hay que
detener el terrorismo contra nuestros productos que emplean los haitianos.
Nadie
me va a convencer de que a la República Dominicana le conviene importar
trabajadores de un país que posee el
mayor desempleo del mundo.
De
que los haitianos vengan a destruir nuestra mano de obra.
A
dañar la imagen trayendo haitianos y haitianas a pedir en nuestras calles.
A
importar enfermos del país más insalubre del mundo.
A
contagiar a nuestra población.
A
desmantelar el presupuesto de los hospitales atendiendo gratis a parturientas
para luego desacreditarnos a nivel mundial.
A
enseñar y gastar dinero en educación, para luego criticarnos y criticar a
nuestro país.
No
nos conviene introducir a sus habitantes en el sistema educativo escolares del
país vecino y descalabrar las escuelas públicas.
Nadie
nos convencerá de que las situaciones creadas contra nuestros productos
comestibles por Haití puedan tener un resultado positivo para los dominicanos.
Se
ha puesto de moda, tratar de manipular a todas las fundaciones que exaltan las
memorias de los caídos durante la dictadura de Trujillo-
Están
ahora de llamarle trujillistas a los que defienden al país de las devastadoras
consecuencias de la inmigración haitiana.
La
injuria, el desprecio, el apandillamiento de esas instituciones,
instrumentalizándolas como un rodillo contra los dominicanos, es el precio que
hay que pagar para mantener las convicciones nacionalistas.
A
mí que nadie me venga con cuentos chinos, si Trujillo dijo que dos más dos son
cuatro, pues hay que creer que son cuatro.
Muchos de los haitianos se
refieren a los dominicanos como si no tuviéramos ni siquiera derecho al aire
que respiramos en nuestro propio país.
En la radio escuchamos comentaristas
que nos insultan.
Los propios haitianos
escriben cartas injuriosas en los periódicos.
Se manifiestan ante la
Junta Central Electoral.
Llaman a los programas de
radio para bombardearnos con insultos zafios.
Desafían a las autoridades
de inmigración y se baten a tiros con ella.
Y, en todo ese tejemaneje,
la República Dominicana, la nación agredida, cada vez tiene menos derechos.
En nuestro país, el
chantaje ha sido simbolizado por varios personajes, que, a su vez, representan
a gente que opera en el teatro de los acontecimientos como en un
hormiguero.
Los dominicanos siempre
hemos tratado, cierto casos aislados, con respeto, la protección y la seguridad
para las familias que viven en nuestra Patria.
Les
ofrecemos garantía para todos los ciudadanos haitianos.
Boyer
nos gobernó durante 21 años a los dominicanos.
Nuestra
frontera con Haití mide unos 388 kilómetros, es una frontera convencional,
donde los haitianos hacen los que les venga en gana.
Secuestran
camioneros, roban sus vehículos, mercancías.
Trafican
armas, drogas, mercancías y con personas hacia República Dominicana y todo
amén.
El
Tratado de Límites con Haití el 21 de Enero de 1929, no se pudo determinar
oficialmente esa frontera por la intransigencia de los gobernantes de ese país.
La Constitución Dominicana de 1966 y la Frontera
establece en su artículo 5 determina que el territorio de la República Dominicana
es, y será inalienable.
Determina
que sus límites terrestres, irreducibles, están fijados por el Tratado
Fronterizo en 1929, y su protocolo de Revisión de 1936.
Mientras que el
artículo 7 determina que es de supremo y permanente interés nacional el desarrollo
económico y social del territorio de la República Dominicana a lo largo de la
línea fronteriza, así como la difusión en el mismo de la cultura y la tradición
religiosa del pueblo dominicano.
Y
que el aprovechamiento agrícola e industrial de los ríos fronterizos se
continuará regulando por los principios consagrados en el artículo 6 del
Protocolo de revisión de 1936.
Además,
habla del Tratado de Fronteras de 1929, y en el artículo 10 del tratado de Paz,
Amistad y Arbitraje de 1929.
Los
haitianos que nos dejen en paz para que no se produzca un berenjenal.
Estados
Unidos, Francia, Canadá y España quienes se aprovecharon de las riquezas de Haití tienen que
intervenir, porque los dominicanos no estamos dispuestos a seguir soportando
estos chantajes y atropellos.
ESTA
BUENO YA……………
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