Las madres no paran de llorar.
Por Marcelo Peralta
Las carreteras se llenan de cadáveres y las madres no cesan de llorar.
La tristeza llega a los hogares debido a los accidentes con
saldos trágicos.
Perder la vida en un instante es dejar el corazón roto de muchos
seres queridos.
Los accidentes de tránsito es una especie epidemia por el número
de muertes.
Se impone que se busque solución a este drama.
Hay que atacar las causas que generan este caos en las
carreteras.
Calles, autopistas y carreteras son usadas para las tediosas
carreras de motocicletas.
Es en las mismas narices de las autoridades que estas temibles
competencias se realizan.
Se torna impostergable y urgente que se ponga “frenos” a estos
abusos.
Debe imponerse stop a estas temibles carreras en las carreteras.
Estos abusadores irresponsables arriesgan sus vidas y los transeúntes
que tienen derecho a circular libremente.
Ellos con sus motocicletas violan y pisotean la ley de tránsito.
Es propicio para comenzar jornadas educativas sobre el manejo
prudente.
Llamaos a la conciencia ciudadana y de quienes cometen estas bellaquerías.
Hay que manejar pensando en uno mismo y en los demás.
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