Expresidente Hipólito Mejía pide al Presidente Danilo Medina mayor atención al campo dominicano.
Prensaglobaldigital
Santiago, R.D.-Una recomendación urgente, impostergable y sincera ha hecho
el expresidente Hipólito Mejía al presidente Danilo Medina prestar
mayor atención a la producción nacional.
Mejía quien gobernó el país desde el 2000 al 2004 exhorta al presidente
Medina invertir mayor cantidad de recursos, aprovechar el momento oportuno, dar
un giro al estado en que se halla la investigación agropecuaria en el país.
El exgobernante considera que lo primordial ahora es apoyar con
recursos económicos y técnicos los centros que integran el sistema nacional de
investigación, ponerlos en capacidad de generar y validar soluciones
tecnológicas a los problemas que enfrenta la agricultura dominicana.
En su misiva Mejía señala que la inversión pública del país en
investigación agropecuaria en los últimos 10 años, apenas alcanza 250 millones
de pesos un estimado a 5 millones de dólares al año.
Y
afirma que con estos niveles de inversión, es casi imposible impulsar
condiciones de competitividad equiparable al de las naciones con las cuales
compite nuestra producción en los mercados internacionales.
Destaca que países con sistemas agrícolas altamente desarrollados
y competitivos, como son Israel, Japón, los Estados Unidos, España y Chile que
se caracterizan por gran la inversión a la investigación y experimentación
agropecuaria y por eso hay desarrollo.
“Señor Presidente, estoy convencido que la inversión, así como
los recursos dedicados a la investigación y a la creación de conocimientos
aplicados a la agricultura, tienen el más alto retorno económico y social”.
“Y añade
son la mejor contribución que se puede hacer para garantizar la seguridad
alimentaria; y constituyen una fuente confiable de generación de divisas y
promoción de la sostenibilidad medioambiental”, dice el profesional de la
agropecuaria y exmandataro.
La carta de Hipólito Mejía:
Santo Domingo D.N.
18 de octubre de 2016
Su Excelencia
Danilo Medina
Presidente Constitucional de la República
Palacio Nacional
Excelentísimo señor Presidente:
Después de la provechosa actividad que auspició nuestro mutuo
amigo Don Rafael Perelló, en su centro de reproducción cafetalera en Rancho
Arriba, provincia San José de Ocoa, es oportuna la ocasión para compartir con
Usted algunas reflexiones sobre el estado actual de nuestra agricultura,
especialmente lo que concierne a la situación de la investigación y difusión
tecnológica y sus implicaciones en los avances del sector agropecuario, como
uno de nuestro más firmes pilares en el desarrollo económico y social del país.
Como es bien sabido por Usted, los grandes avances de la
agricultura así como el aumento de la producción de alimentos en el mundo son
el resultado de cambios tecnológicos generados a través de la investigación y
la extensión agrícola. A este respecto se prevé que el 90% de los incrementos
en producción en los próximos años sea fruto de la aplicación de nuevos
conocimientos y sólo el restante 10% sea el resultado de la ampliación de las
áreas cultivadas.
La revolución verde que permitió duplicar y hasta triplicar los
rendimientos de los principales productos de la alimentación humana a través
del uso de fertilizantes, control químico de plagas, enfermedades y malezas son
el fruto de los avances científicos y el conocimiento desarrollado en los
centros de investigación.
Estos logros se tradujeron en mayor productividad y permitieron
no solo alimentar la creciente población mundial sino también salvar millones
de hectáreas de bosques de ser eliminadas para dedicarlas a la agricultura.
Ahora estamos frente a nuevos desafíos, ya que se estima que
para los próximos 30 años se duplicará la demanda actual de bienes
agropecuarios, debido principalmente al aumento de los ingresos de grandes
núcleos poblacionales, que pasarán a consumir más derivados cárnicos y lácteos,
así como más frutas y vegetales.
Esas proyecciones constituyen excelentes oportunidades para
naciones como la nuestra, con gran potencial para la producción de estos
rubros, pero para aprovechar estas oportunidades el país tendrá que mejorar su
capacidad de producir competitivamente bienes agropecuarios, con altos niveles
de calidad e inocuidad.
La sostenibilidad medioambiental es otro de los grandes retos
que enfrentan los actuales sistemas de producción para garantizar que el uso
intensivo del suelo, así como la aplicación masiva de pesticidas y
fertilizantes no tengasecuelas irreversibles sobre el suelo, el agua y el medio
ambiente.
En consecuencia, la existencia de un eficiente sistema de
investigación y transferencia tecnológica, es fundamental para alcanzar los
niveles de productividad, calidad e inocuidad en la producción de bienes agropecuarios,
que le permitan a la República Dominicana convertirse en un país globalmente
competitivo.
Aunque el país dispone de una red de centros de investigación
bajo la coordinación del Instituto Dominicano de Investigación Agropecuaria y
Forestal (IDIAF), la falta de recursos económicos y recursos humanos
especializados, dificultan que estos centros puedan responder a las necesidades
tecnológicas que requiere la agricultura de nuestro país hoy día.
Son estos centros de investigación los llamados a generar
tecnologías para la producción orgánica bajo techo, sobre los polinizadores
criollos que pueden ser utilizados para aumentar la productividad de los
cultivos seleccionados, sobre los insectos predadores de las principales plagas
de los cultivos bajo invernadero, sobre las mejores formas de controlar plagas
y enfermedades utilizando agentes biológicos variados con seguridad y garantía
absoluta para los consumidores.
El país tiene una gran oportunidad en la producción de frutas
tropicales, dada la creciente demanda en los mercados internacionales de frutas
tales como banano, aguacate, piña, mango, guayaba y guanábana, entre otras,
pero para ello se necesitará generar conocimientos apropiados sobre el control
biológico de plagas, la nutrición dirigida y el manejo post-cosecha de los
cultivos. También debería contemplarse la introducción de nuevos cultivares
como son la pitajaya, carambola y, otras, así como aumentar las facilidades
para la reproducción celular de plantas, lo cual requiere de laboratorios especializados.
Con el propósito de impulsar el desarrollo de tecnologías y
sistemas de manejos aplicados a la producción de frutas tropicales, se
estableció la estación de investigación en frutas localizada en Matanzas, Baní.
Este centro,que hoy se encuentra abandonado, sería el indicado para la
reproducción del material genético y la generación de los conocimientos que
necesita nuestra fruticultura para alcanzar los estándares que requieren los
mercados internacionales.
En el caso de los cultivos tradicionales, el país necesita
recuperar su capacidad de producción, y para ello se requiere el desarrollo y
aplicación de paquetes tecnológicos que reviertan la baja productividad y
rentabilidad que actualmente se observa en estos cultivos.
El valle de San Juan de la Maguana tiene un clima muy apropiado
para la producción de granos de leguminosas y cereales y de hecho hasta hace
poco esta zona fue la principal productora de frijol, guandul y maíz del país.
Lamentablemente, esta capacidad se ha perdido y sólo el pasado año el país
importó más de 800 mil quintales de frijol y un monto superior a los 200
millones de dólares en maíz.
Es necesario convertir la estación experimental de Arroyo Loro,
en San Juan de la Maguana, en un instrumento de tecnificación de la agricultura
del valle y puerta de entrada de innovaciones para diversificar y elevar la
rentabilidad de los productores.
El cultivo del arroz, base de la seguridad alimentaria del país,
requiere de una capacidad permanente de mejoramiento genético, multiplicación
de semillas, adaptación de nuevas prácticas de cultivo, fertilización, manejo
de agua y secado, por lo que es muy importante que la estación de investigación
Juma, Bonao, permanezca como un centro de experimentación de vanguardia para el
cultivo del arroz.
En el café, el país ha pasado de ser un exportador importante a
importador de este grano. De aproximadamente 900 mil quintales anuales que se
producían en promedio en la década pasada, en los últimos dos años apenas se
produjeron menos de 300 mil quintales, viéndose el país obligado a importar
este grano para poder satisfacer su demanda interna.
La estación experimental localizada en la Cumbre, Puerto Plata,
deber ser rehabilitada para generar respuestas a los problemas que enfrentan
los productores de café, así como para probar y multiplicar variedades
mejoradas de mayor rendimiento y resistencia a la roya, con las cuales reponer
las viejas plantaciones susceptibles a las plagas y enfermedades que han estado
afectando el cultivo en los últimos tiempos.
El cultivo de tomate industrial ha estado en los últimos tres
años sometido a severos ataques de plagas y enfermedades que han afectado
notablemente la productividad del cultivo y arruinado la economía de los
pequeños productores que se dedican a la siembra de este rubro en la zona de
Azua. Por ello, es de vital importancia que el Centro de Investigaciones
Aplicadas a Zonas Áridas (CIAZA), localizado en el Valle de Azua, recupere la
capacidad de trabajar en la búsqueda de respuestas a los problemas que enfrentan
los productores de este cultivo y otros, como es el cultivo del plátano en la
zona de influencia del canal Yaque del Sur.
También, para la producción de vegetales orientales y la
agricultura de invernaderos, se necesita la generación de investigación
especializada, ya que los mercados hacia donde van dirigidos estos productos
son muy exigentes en cuanto al manejo de los residuos de pesticidas y la
inocuidad de los mismos.
En cuanto a la ganadería de leche y carne, debido a que su
producción está en manos, principalmente, de pequeños y medianos ganaderos, el
avance y desarrollo de este sector requiere del auxilio estatal más que ningún
otro. Para elevar la productividad de la actividad pecuaria, el país necesita
trabajar en el mejoramiento genético, la mejora de pastos y los sistemas de
alimentación del ganado, así como el control sanitario, para lo cual, tanto el
Centro de Investigaciones Agropecuarias, con su sede central en el Km. 25 de la
autopista Duarte, como el Centro de Reproducción Caprina, ubicado en la
comunidad Las Tablas, Bani, deben dotarse de la capacidad de generar
tecnologías y conocimientos aplicados a la ganadería del país.
Señor Presidente, este es un momento oportuno para dar un giro
al estado en que se encuentra la investigación agropecuaria en el país. El
primer paso en este sentido es apoyar con recursos económicos y técnicos los
centros que integran el sistema nacional de investigación, para poner a estos
en capacidad de generar y validar soluciones tecnológicas a los problemas que
enfrenta la agricultura.
La inversión pública del país en investigación agropecuaria, en
los últimos 10 años, apenas alcanza menos de 250 millones de pesos, es decir,
aproximadamente 5 millones de dólares al año. Con estos niveles de inversión,
es casi imposible, impulsar condiciones de competitividad equiparable al de las
naciones con las cuales compite nuestra producción en los mercados
internacionales.
Aquellos países con sistemas agrícolas altamente desarrollados y
competitivos, como son Israel, Japón, los Estados Unidos, España y Chile, entre
otros, se caracterizan por dedicar montos significativos de inversión a la
investigación y experimentación agropecuaria.
Señor Presidente, estoy convencido que la inversión, así como
los recursos dedicados a la investigación y a la creación de conocimientos
aplicados a la agricultura, tienen el más alto retorno económico y social; son
la mejor contribución que se puede hacer para garantizar la seguridad
alimentaria; y constituyen una fuente confiable de generación de divisas y
promoción de la sostenibilidad medioambiental.
Con la seguridad de que estas reflexiones recibirán su oportuna
atención, le saludo con sentimiento de mi más alta consideración,
Muy atentamente,
Hipólito
Mejía.
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