Ni los perros pueden beber el agua.
Hace tiempo que hay crisis de agua en los hogares
en San Ignacio de Sabaneta.
Cuando en el 1974 que por gestiones del Senador
Reformista por Santiago Rodríguez, Don Juan Rafael Peralta gestionó ante el
Presidente de la República Joaquín Balaguer el acueducto tiene una vida útil de
20 años.
Desde esa fecha a la de hoy nunca se amplió la
capacidad de la toma de abastecimiento, si no que se ha vivido “remendando”
similar a lo hecho en el Hospital General Santiago Rodríguez.
A pesar de esas dificultades, en el año 1983 en
pleno ejercicio del gobierno de Salvador Jorge Blanco se ampliaron las redes
del acueducto hasta San José.
Eso fue llevar las tuberías desde el lado Sur
hacia el Norte a sabiendas que no había agua suficiente para hacer esas redes,
debido a la poca capacidad de la toma de abastecimiento.
El sistema siempre ha funcionado por gravedad
debido a la altura del rio y la ciudad San Ignacio de Sabaneta.
Pero, en el año 2012 el entonces Presidente de la
República, doctor Leonel Fernández con sus buenas intenciones autorizo
construir una toma de abastecimiento donde se gastaron 300 millones de pesos y
lo engañaron a él y al pueblo, porque eso fue una “estafa y un robo” ya que
nunca funcionó.
No funcionó porque para hacer la inauguración y
abrir las calles, el agua fue sacada con una bomba sumergible y la crisis de
agua ha persistido.
Ahora, ni hay agua y la poca que llega con
dificultades el grado de contaminación es de tal magnitud que podría provocar
epidemias y causar más muertes que las generadas en la “guerra de Irak”.
La situación empeora.
No se vislumbra interés y capacidad de las
autoridades para buscarle solucionar la problemática.
El impacto en la
población es que afecta a miles de personas, ricos y los más pobres.
Sus habitantes no se organizan, ni
reclaman y en Santiago Rodríguez todo es “amen”.
El agua que aquí consumen es excesivamente
“contaminada”.
Es tan impura que ni siquiera los “perros
realengos” se atreven a beberla.
Cada día personas de aquí acuden a los médicos afectados
de las enfermedades cuyo vector es el agua contaminada.
Aquí se
carece unidad poblacional para exigir buenos servicios.
Tomamos
agua contaminada.
INAPA
en la provincia no tiene capacidad de construir una nueva y solo presiona con
la guagua anunciadora para que los clientes paguen el servicio que no reciben.
¿De qué
nos quejamos si no nos organizamos ni reclamamos nuestros derechos?.
De continuar
así: ¿Qué más esperamos?.
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