Obispo pide sanciones drásticas contra responsables de incendio.

El Arzobispo Metropolitano, Julio Vian, se pronunció por la muerte de menores en el Hogar Seguro. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)
Guatemala.-Durante la homilía de hoy domingo el Arzobispo Metropolitano de Guatemala, Óscar Julio Vian Morales ha pedido la destitución de los responsables del incendio en el Hogar Seguro en el que murieron carbonizados 40 personas.

El Arzobispo Metropolitano, Julio Vian, se pronunció por la muerte de menores en el Hogar Seguro. (Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)
Este tipo de hechos debió evitarse mejorando las condiciones indignas que hayan sufrido y sigue sufriendo la niñez acogida en los hogares a cargo del Estado”, expuso Vian Morales.

El religioso exigió a las autoridades el inmediato el retiro de sus puestos y someterlos a la  de funcionarios relacionados con la tragedia.
La banda Tijuana Love será una de las que se presentarán en el evento benéfico (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz).
“Que las políticas de protección a la niñez y adolescencia se adapten, respetando el marco legal e internacional vigente”, agregó.
Ambulancias aéreas esperan a las cuatro menores para trasladarlas al Hospital Shriners, en Galveston, Texas, EE. UU. (Foto Prensa Libre: Cortesía)
Varios menores fueron trasladados a Estados Unidos para tratarlos.

El Arzobispo Metropolitano recordó que antes del incendio existían ilícitos como abusos sexuales y de otra índole, que también deben tener persecución penal, refirió.

Desesperación.
Cegada por el dolor, la madre de Lilian Andrea Gómez, de 13 años, abandona la morgue del Instituto de Ciencias Forenses de Guatemala en medio de un familiar y una psicóloga voluntaria.

Acaba de ver, por última vez, un cuerpo carbonizado del que sólo las pruebas de ADN permiten asegurar que se trata de su pequeña, una de las 40 víctimas del incendio el miércoles.

“Maltrataron a mi nena”, musita entre lágrimas, como subrayando el hecho de que Lilian Andrea no solo perdió la vida, sino lo hizo en unas condiciones de brutalidad extremas.

Pero, antes de poder retirar el cuerpo para velarlo de acuerdo a sus creencias, todavía tienen que realizar un engorroso trámite burocrático.

En la sala de espera de la morgue, los familiares de otras de las víctimas esperan que se les confirme la identidad de sus parientes.

Han pasado la noche en unos sillones incómodos. 

Transcurridos tres días desde la tragedia en el hogar seguro Virgen de la Asunción, siguen sin tener certeza de la suerte corrida por sus hijos.

Una mujer que se acerca a la puerta principal el ingreso está vedado a la prensa, tiene gesto de llanto, pero las lágrimas se le han agotado.

El cansancio, las noches sin poder conciliar el sueño más que a ráfagas, un sentimiento de impotencia absoluta y un cada minuto más débil rayo de esperanza, “tal vez no sea ella”, completan el retrato.


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