Hasta cuando estaremos permitiendo los atropellos de esos haitianos?
Los haitianos se han ensañado contra la República
Dominicana sin que evalúen es su vecino más cercano, el que les ha “metido” las
manos en las buenas y en las malas, que les vende comidas y usan como fuente
para el narcotráfico.
La osadía de los haitianos ha llegado tan lejos que
vienen a nuestro país, asesinan hombres y mujeres, las violan, les queman su
sagrada Bandera Nacional, venden drogas, trafican con todos, los ofrecen
servicios médicos gratis y la carga la cubre el pueblo dominicano.
Son tan abusadores y despiadados que penetran al
Consulado en Puerto Príncipe provocan a su personal diplomático, queman su Bandera
Tricolor e izan la de su país y todo pasa “amen” por este país caribeño español.
El presidente de Haití, ante esta barbarie que
viola las leyes diplomáticas ni siquiera se molesta en aplicar sanciones,
porque parece que esas acciones son promovidas y consentidas por el gobierno
haitiano.
Los abusos de los haitianos contra los dominicanos están
tomando ribetes muy desagradables y de continuar estas “provocaciones” la taza
se podría rebosar y desencadenar en acciones de respuestas inesperadas.
Se hace impostergable que el gobierno dominicano
adopte medidas sanas para contrarrestar esos hechos y sacar del país a los
haitianos de raíz, porque ya están abusando demasiado.
De continuar esas provocaciones, los dominicanos no
estamos dispuestos a seguir soportando más atropellos, vejámenes, provocaciones
y pendejadas.
De Haití vienen gentes formadas por elementos
inútiles, cojos, reumáticos, enajenados mentales y en completa miseria física,
fisiológica, moral que no es a producir ni a contribuir en nada a su progreso,
sino a desnaturalizar la cultura dominicana.
Esos individuos lo único que vienen a hacer es a
dar espectáculos desconsoladores en lo que respecta a la moral y a la estética
de la República Dominicana con su importación asquerosa de culturas dañinas hacia
nuestros jóvenes y niños.
La
presencia haitiana lo único que nos hace es daños constantes y entre ellos provocan desórdenes, riñas,
agresiones, amenazas, escándalos, violadores de las leyes nacionales, cortes
despiadados de arboles, crean conflictos
y los dominicanos soportando por decencia.
Son
frecuentes las reseñas sobre reyertas en las que haitianos se ven involucrados cometiendo
crímenes, robos, atracos, asaltos y violando y asesinando mujeres dominicanas,
por negarse a sostener relaciones sentimentales con ellos.
La
presencia de haitianos en los actuales momentos es de invasión y ocupación de
un país que no es el suyo, ni les pertenece, porque quienes tienen que
resolverles sus problemas es Francia.
Esos
demonios selváticos tienen costumbres
y vicios denigrantes e importadores enfermedades nunca vistas en la
tierra de Juan Pablo Duarte, muchas de ellas que llaman poderosamente la atención a nivel del mundo por su peligrosidad.
Haití es carcomido por una epidemia que apareciera en año 2010 acumulando más de 725 mil casos de cólera
y cerca de 9 mil muertes relacionadas con la enfermedad.
El número de
casos desde, supuestamente a 30 mil en el 2014, el problema sigue siendo tomando
fuerza y causando muertes.
Controlar esa enfermedad, se ha dicho que se requiere la cantidad de 30 millones
de dólares en este 2015 y que las ayudas hacia Haití solo seria 3 millones de
dólares.
A todas las enfermedades infectocontagiosas que padecen los haitianos, apareció
el cólera que mato a una inmensidad de personas y se une la mortífera
enfermedad de ébola que en Guinea Nueva en Africa ha matado a miles de
personas.
En República Dominicana hay miles de gentes de Nueva Guinea y Guinea Nueva, muchos de ellos y ellas matriculados
en universidades en Santiago.
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