Hasta cuando estaremos permitiendo los atropellos de esos haitianos?


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Por Marcelo Peralta
Los haitianos se han ensañado contra la República Dominicana sin que evalúen es su vecino más cercano, el que les ha “metido” las manos en las buenas y en las malas, que les vende comidas y usan como fuente para el narcotráfico.

La osadía de los haitianos ha llegado tan lejos que vienen a nuestro país, asesinan hombres y mujeres, las violan, les queman su sagrada Bandera Nacional, venden drogas, trafican con todos, los ofrecen servicios médicos gratis y la carga la cubre el pueblo dominicano.

Son tan abusadores y despiadados que penetran al Consulado en Puerto Príncipe provocan a su personal diplomático, queman su Bandera Tricolor e izan la de su país y todo pasa “amen” por este país caribeño español.

El presidente de Haití, ante esta barbarie que viola las leyes diplomáticas ni siquiera se molesta en aplicar sanciones, porque parece que esas acciones son promovidas y consentidas por el gobierno haitiano.

Los abusos de los haitianos contra los dominicanos están tomando ribetes muy desagradables y de continuar estas “provocaciones” la taza se podría rebosar y desencadenar en acciones de respuestas inesperadas.

Se hace impostergable que el gobierno dominicano adopte medidas sanas para contrarrestar esos hechos y sacar del país a los haitianos de raíz, porque ya están abusando demasiado.
De continuar esas provocaciones, los dominicanos no estamos dispuestos a seguir soportando más atropellos, vejámenes, provocaciones y pendejadas.

De Haití vienen gentes formadas por elementos inútiles, cojos, reumáticos, enajenados mentales y en completa miseria física, fisiológica, moral que no es a producir ni a contribuir en nada a su progreso, sino a desnaturalizar la cultura dominicana.

Esos individuos lo único que vienen a hacer es a dar espectáculos desconsoladores en lo que respecta a la moral y a la estética de la República Dominicana con su importación asquerosa de culturas dañinas hacia nuestros jóvenes y niños.

La presencia haitiana lo único que nos hace es daños constantes y entre ellos provocan desórdenes, riñas, agresiones, amenazas, escándalos, violadores de las leyes nacionales, cortes despiadados de arboles, crean  conflictos y los dominicanos soportando por decencia.

Son frecuentes las reseñas sobre reyertas en las que haitianos se ven involucrados cometiendo crímenes, robos, atracos, asaltos y violando y asesinando mujeres dominicanas, por negarse a sostener relaciones sentimentales con ellos.

La presencia de haitianos en los actuales momentos es de invasión y ocupación de un país que no es el suyo, ni les pertenece, porque quienes tienen que resolverles sus problemas es Francia.

Esos demonios selváticos tienen costumbres y vicios denigrantes e importadores enfermedades nunca vistas en la tierra de Juan Pablo Duarte, muchas de ellas que llaman poderosamente la atención a nivel del mundo por su peligrosidad.

Haití es carcomido por una epidemia que apareciera en año 2010 acumulando más de 725 mil casos de cólera y cerca de 9 mil muertes relacionadas con la enfermedad.

El número de casos desde, supuestamente a 30 mil en el 2014, el problema sigue siendo tomando fuerza y causando muertes.

Controlar esa enfermedad, se ha dicho que se requiere la cantidad de 30 millones de dólares en este 2015 y que las ayudas hacia Haití solo seria 3 millones de dólares.

A todas las enfermedades infectocontagiosas que padecen los haitianos, apareció el cólera que mato a una inmensidad de personas y se une la mortífera enfermedad de ébola que en Guinea Nueva en Africa ha matado a miles de personas.


En República Dominicana hay miles de gentes de Nueva Guinea y Guinea  Nueva, muchos de ellos y ellas matriculados en universidades en Santiago.

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