Islas flotantes de sargazo llegan a nuestras costas
El Nuevo Día fue testigo ayer de cómo esta alga flotante llega a las playas de la Reserva de la Biosfera en Guánica.
“En 32
años que llevo aquí (en el Bosque Seco) lo vi por primera vez el año pasado”,
dijo Canals.
En 2011
hubo un evento de sargazo significativo. El año pasado, en octubre, el
Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) publicó
un comunicado de Prensa informando sobre la presencia de grandes cantidades de
sargazo que entonces afectaban la costa norte y este de Puerto Rico, incluyendo
las islas de Culebra y Desecheo.
En 2014 el Nuevo Día también lo
vio en la zona suroeste.
“El
fenómeno se debe a que en el Océano Atlántico existe una concentración de
esta alga flotante del tamaño de los Estados Unidos, conocida en el mundo
científico como Sargassum.
A esta concentración se le conoce
como el Mar del Sargazo.
De esta gran manta de sargazo
siempre se desprenden pedazos que con los cambios de corriente y del viento
llegan al Mar Caribe incluyendo Puerto Rico”, detallaba la agencia en su
comunicado, que lo describía como un fenómeno natural raro, pero beneficioso.
“Esta alga
es sumamente importante para los juveniles de tortugas marinas y para un
sinnúmero de organismos que se alimentan y se reproducen en las grandes
concentraciones que se acumulan. Para los pescadores es importante también
porque los peces de gran consumo humano como el dorado, lo utilizan como
refugio.
El fenómeno, aunque inusual, es un
proceso natural que beneficia nuestras playas al protegerla del problema de la
erosión que afecta muchas de nuestras costas.
Además la vegetación, cuando se
compacta, ayuda a estabilizar el perfil de la arena de las playas”, recalcó
entonces el DRNA.
Pero esta
semana Canals parecía más bien preocupado.
“Trae como consecuencia que cuando
se muere aumenta los niveles de nitrógeno y fosfato y causa una explosión
poblacional de un alga que cubre por completo los corales y los afecta y los
pueda matar”, alertó, inquieto sobre todo por especies de corales que ya están
amenazadas por otro tipo de situación.
Ayer el
DRNA, a través del director de la Unidad de Proyectos Especiales Marinos, el
biólogo Robert Matos, reiteró que el fenómeno es parte de un proceso natural y
resulta beneficioso para muchas especies marinas que se alimentan y se protegen
en estas “islas” flotantes.
Matos
reconoció que demasiado salgazo puede ser peligroso en casos de acumulación
excesiva, e hizo un llamado a autoridades municipales y a empresas privadas
como hoteles, a remover el alga cuando haya acumulaciones.
“Cuando se
acumula en bahías cerradas podría afectar hierbazales marinos y algunas
especies de corales. En la industria turística tiene un impacto enorme porque
se descompone y hay un olor no muy grato.
Además llena la arena de ese
material y a hay que removerlo”, describió.
Hay
científicos que creen que el aumento del fenómeno en nuestra zona se deba a los
efectos del calentamiento global, que en los últimos años ha causado cambios en
las corrientes oceánicas y mayores concentraciones de nutrientes en algunas
zonas del mar.
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