Ardiente: Periodistas de Miami y Ecuador investigan en República Dominicana sobornos de la ODEBRECHT
En diciembre de 2016, cuando la empresa constructora brasileña Odebrecht S.A. reconoció la existencia de una enorme trama de corrupción, que el Departamento de Justicia de Estados Unidos describió como “el mayor caso de sobornos extranjeros en la historia”, se desató una ola de escándalos políticos en toda Latinoamérica.
Cayeron gobiernos y
algunos ex presidentes y funcionarios de alto rango, además de ejecutivos de
Odebrecht, pasaron de transitar los pasillos del poder a dormir tras las rejas.
En su confesión, la empresa entregó detalles pormenorizados de sus delitos y
aceptó cooperar con fiscales de toda la región, que se han comprometido a
llevar a todos los involucrados ante la justicia.
Pero resulta que
Odebrecht no contó la historia completa.
“División de
Sobornos”, una nueva investigación llevada adelante por el Consorcio Internacional
de Periodistas de Investigación (ICIJ ), revela que esos pagos a cambio de
contratos fueron incluso mayores de lo admitido por Odebrecht, y que
involucraban a destacadas figuras y enormes proyectos de obras públicas que no
aparecen mencionados ni en las causas judiciales en trámite ni en ninguna otra
investigación oficial hasta la fecha.
El nuevo hallazgo se
desprende de la filtración de una gran cantidad de documentos y registros del
Departamento de Operaciones Estructuradas, una división de Odebrecht creada con
el propósito de manejar los sobornos que entregaba la empresa. Esos registros
fueron obtenidos por la organización de noticias ecuatoriana La Posta, y luego
compartidos con el ICIJ y 17 medios aliados en las Américas. Las filtraciones revelan
pagos secretos a lo largo y ancho de toda la región, y que van mucho más allá
de lo informado públicamente hasta ahora. Entre otras cosas, lo registros
revelan:
▪ Pagos secretos
de Odebrecht por más de 39 millones de dólares vinculados con la construcción
de una enorme central termoeléctrica a carbón en Punta Catalina, República
Dominicana. Las dos investigaciones oficiales previas sobre el proyecto, que
informaron no haber encontrado hechos delictivos, no mencionan estos pagos.
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▪ Diecisiete
pagos por un total de más de 3 millones de dólares relacionados con un
gasoducto en Perú. Entre los que debían recibir pagos había una una empresa
propiedad de un político peruano que en una grabación no vinculada con este
caso y difundida recientemente por una emisora de radio de Perú aparece
complotando el asesinato de un adversario político.
▪ Emails donde se
discuten los pagos secretos realizados por un banco propiedad de operativos de
Odebrecht a empresas fantasmas y
relacionados con un contrato de 2,000 millones de dólares para la construcción
de una red de subterráneos en Quito, capital de Ecuador. Los documentos no
revelan quién recibió el dinero.
▪ Pagos relacionados
con más de una docena de otros proyectos de infraestructura en países de toda
la región, incluidos más de 18 millones de dólares vinculados a la red de
subterráneos de la Ciudad de Panamá, y más de 34 millones de dólares
relacionados con la Línea 5 de la red de subterráneos de Caracas, Venezuela.
Los pagos de Odebrecht
a funcionarios públicos eran de tal escala que la empresa creó una división
especial interna, el Departamento de Operaciones Estructuradas, cuyo propósito
básico era el manejo y pago de sobornos. Los archivos obtenidos por La Posta y
el ICIJ contienen más de 13 mil documentos que esa unidad de Odebrecht
almacenaba en una plataforma de comunicaciones secretas conocida como Drousys.
Esos mismos registros también fueron obtenidos, de manera independiente, por el
medio de prensa ecuatoriano Mil Hojas, que luego se sumó a este proyecto.
El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da
Silva hace un gesto a sus partidarios durante el lanzamiento de un libro suyo
en Sao Paulo, Brasil, el 16 de marzo de 2018.
En Brasil, epicentro
del escándalo, el ex presidente por dos mandatos Luiz Inacio Lula da Silva
–calificado alguna vez por Barack Obama como “el político más popular del
planeta”–, cumple una larga condena en prisión por corrupción y negociados,
incluidos delitos vinculados a Odebrecht. El 17 de junio de este año, la
empresa Odebrecht anunció que presentaría ante la justicia un Procedimiento
Preventivo de Crisis, para reestructurar su deuda de 13,000 millones de dólares
y evitar la quiebra.
Hace más de cuatro
meses que el ICIJ trabaja con más de 50 periodistas de 10 países en un análisis
a fondo de los registros contables de ese “Departamento de Sobornos” de la
empresa Odebrecht.
En un comunicado
enviado al ICIJ, Odebrecht ratificó su compromiso de plena cooperación con las
autoridades que investigan la corrupción vinculada a la empresa. “Odebrecht
seguirá haciendo todos los esfuerzos ante las autoridades competentes en un
régimen de colaboración irrestricto”, informó en su declaración.
La empresa no quiso
responder sobre casos individuales.
¿POR QUÉ PARTE DE LA HISTORIA PERMANECIÓ OCULTA?
El escándalo Odebrecht
es un imparable terremoto político que sacude a Latinoamérica.
Las revelaciones sobre
pagos ilegales han tumbado gobiernos en Brasil y Perú y llevado al
encarcelamiento de expresidentes de ambos países. Y a medida que se fueron
descubriendo nuevos destinatarios de esos sobornos, los fiscales de toda la
región han imputado a un creciente y constante número de funcionarios públicos
y privados.
Pero las nuevas
filtraciones dejan en claro que la red de corrupción de Odebrecht se extendía a
muchos proyectos de obras públicas y a personalidades públicas que hasta ahora
no habían sido alcanzados por la ley, lo que genera dudas sobre la total
honestidad de la confesión de Odebrecht ante las autoridades y sobre la
voluntad política de algunos fiscales para avanzar con los casos. Video
La constructora
brasileña Odebrecht, acusada de orquestar una gran operación de corrupción, no
es muy conocida por la mayoría de estadounidenses, pero las obras de su
subsidiaria en Miami han moldeado el rostro del sur de la Florida.
El desenmascaramiento
de las prácticas corruptas de la empresa también ha causado agitación política,
desatando la furia de los políticos del establishment y alimentando una
creciente inestabilidad.
“Cuando todos los
partidos tradicionales quedan deslegitimados, se abre espacio para la
insurgencia de un populista”, dice Yascha Mounk, politólogo de la Universidad
John Hopkins dedicado al estudio del declive global de la democracia liberal.
Cuando Lula da Silva
quedó afuera de la contienda por la presidencia debido a su condena judicial,
los votantes tomaron la crucial decisión de elegir al exmilitar
ultraconservador Jair Bolsonaro, que hizo campaña despotricando contra las
élites corruptas y que una vez dijo que la dictadura militar que gobernó Brasil
de 1964 a 1985 debería haber asesinado a 30.000 personas más.
Las filtraciones
también dejan al desnudo el rol que jugó el oscuro mundo de las finanzas
offshore, que fue el que hizo posible el funcionamiento de la oficina de
sobornos de Odebrecht. Si bien los beneficiarios de los sobornos eran casi
todos de Latinoamérica, los pagos invariablemente se canalizaban a través de
una secreta red de empresas y cuentas fantasma en paraísos fiscales.
Esas turbias entidades
offshore canalizaban cientos de millones de dólares en pagos secretos, a través
de empresas y bancos en países de todo el mundo, incluidos Estados Unidos,
China, los Países Bajos, los Emiratos Árabes Unidos, Panamá, y Antigua y
Barbuda. En un caso, los pagos pasaron de Odebrecht a una empresa radicada en
las Bahamas y de ahí a una con domicilio en República Dominicana, que luego
compró un departamento de 2 millones de dólares en el centro de Manhattan.
En total, según datos
del Departamento de Justicia de Estados Unidos, entre 2001 y 2016, la empresa
Odebrecht pagó más de 788 millones de dólares en concepto de sobornos, que le
reportaron unos 3,300 millones de dólares en ganancias mal habidas.
“Es alucinante pensar
que esto funcionó durante tanto tiempo”, dice Shruti Shah, presidente y CEO de
Coalición por la Integridad, una organización sin fines de lucro de la ciudad
de Washington que impulsa mayores controles para frenar la corrupción
empresarial y gubernamental.
EL AUGE DE ODEBRECHT
La empresa fue fundada
en 1944 por Norberto Odebrecht, descendiente de inmigrantes alemanes llegados
en el siglo XIX, en la ciudad portuaria de Salvador de Bahía, Brasil. El padre
de Norberto Odebrecht había fundado anteriormente una empresa constructora que
tuvo que cerrar por los altos precios de los materiales durante la época de la
Segunda Guerra Mundial.
Las décadas pasaron y
Odebrecht se fue convirtiendo en la empresa constructora más grande de
Latinoamérica, de la que dependían los gobiernos de la región para la
realización de sus grandes proyectos de obras públicas, desde autopistas hasta
centrales eléctricas.
Los
supuestos pagos ilegales por la construcción de una planta electrogeneradora
por parte de Odebrecht en República Dominicana, que se observa en el fondo de
esta imagen, provocaro protestas cuando los pagos salieron a relucir.
La empresa atribuye su éxito a un conjunto de elevados “principios, conceptos
y criterios” elaborados por su fundador y a los que llama Tecnología
Empresarial Odebrecht. Entre esos principios, señala la “Educación por el
Trabajo”, la “Asociación entre los integrantes” y la “Confianza en las
personas”. A lo largo de los años, la presidencia de la empresa fue cambiando
de mano, pero siempre dentro de la familia Odebrecht, primero de Norberto a su
hijo Emilio, en 1991, y luego a su nieto Marcelo, en 2009.
Bajo el liderazgo de
Marcelo Odebrecht, un delgado ejecutivo de anteojos que alguna vez fue conocido
como “El Príncipe”, los ingresos anuales de la empresa crecieron
astronómicamente, de 17,500 millones de dólares en 2008, a 45,800 millones de
dólares en 2014.
Ganando licitaciones
para la construcción de descomunales proyectos de obras pública —entre ellos,
un gasoducto en Perú por 7,000 millones de dólares, la central termoeléctrica
de 2,000 millones de dólares en República Dominicana, y la red de subterráneos
en Perú por 2,000 millones de dólares—, el grupo Odebrecht consolidó su
posición como contratista dominante en Latinoamérica y como una de las mayores
contratistas del mundo entero.
Marcelo Odebrecht, conocido como El Príncipe,
es la tercera generación de su familia en dirigir el enorme conglomerado
brasileño de la construcción.
Odebrecht aprovechó
sus estrechos vínculos con el influyente presidente brasileño Lula da Silva,
cuyo gobierno recurrió a la empresa para la realización de proyectos de
infraestructura que era parte de su agenda de desarrollo y de su ambicioso
programa de lucha contra la pobreza.
Pero el vertiginoso
crecimiento de la empresa bajo el mando de Marcelo Odebrecht también se vio
potenciado por otro factor: los negociados a gran escala.
Las operaciones de
sobornos de la empresa eran de tal magnitud que en 2006 la empresa creó una
división especial para el manejo de esos pagos. El Departamento de Operaciones
Estructuradas “funcionaba en los hechos como una oficina de sobornos”, según
consta en una declaración de hechos que las autoridades hicieron de la empresa,
y que Odebrecht reconoció como “cierta y exacta”, como parte del acuerdo de
admisión de culpabilidad negociado con el Departamento de Justicia de Estados
Unidos.
Ninguno de esos pagos quedaba registrado en en los libros contables de
la empresa y por lo tanto eran ilegales, como más tarde declararía ante los
fiscales peruanos el extesorero de esa oficina, Fernando Migliaccio.
Fernando Migliaccio, quien trabajaba desde
Miami, fue una importante figura en la División de Operaciones Estructuradas de
Odebrecht, que manejaba el procesamiento de pagos ilegales a políticos.
La compañía, sin
embargo ha dicho que no todos los pagos de ese Departamento fueron sobornos.
“En esos sistemas hay
registrados varios trabajos de la compañía”, declaró en julio de 2018 la filial
de Odebrecht en Perú, en referencia al sistema Drousys y a otra plataforma
usada por el Departamento de Operaciones Estructuradas que tampoco figura en los
libros contables. “Eso no implica que en todos esos trabajos haya habido
sobornos o corrupción”.
ASÍ FUNCIONABA LA OFICINA DE SOBORNOS
El Departamento de
Operaciones Estructuradas combinaba el sigilo de una organización delictiva con
la burocracia de una gran corporación.
Para comunicarse en
secreto, la oficina de sobornos elaboró el sistema Drousys, una plataforma por
fuera de los libros contables que incluía el envío seguro de emails y mensajes
instantáneos.
En esas
comunicaciones, los empleados de Odebrecht y los destinatarios de los sobornos
solo figuran bajo apodos, muchos de los cuales todavía no han sido descifrados.
Los empleados tenían nombres en clave como “Gigo” y “Waterloo”, mientras que a
los receptores de los sobornos se les solía adjudicar apodos más coloridos,
como “Bambi”, “Robocop”, Darth Vader” y “Stalin”.
Esos registros
incluyen discusiones abiertas y explícitas sobre cómo garantizar la
confidencialidad del sistema. En una de esas cadenas de emails, los empleados
de la empresa hablan de dividir un soborno multimillonario en pagos más chicos,
para evitar despertar la sospecha de los bancos.
También se hallaron
planillas de cálculo que rastrean el historial de pago de coimas de la oficina.
Una de ellas consigna más de 600 pagos por un total de 230 millones de dólares,
realizados entre fines de 2013 y fines de 2014.
Como luego revelarían
las investigaciones penales, entre los tantos proyectos que esa oficina ayudó a
encaminar para la empresa Odebrecht se encuentran la red de tránsito rápido de
Lima, Perú, una represa en el estado de Michoacán, México, y un proyecto de la
central hidroeléctrica en Ecuador.
El sistema de
corrupción de Odebrecht fue finalmente desbaratado por los fiscales brasileños
durante la famosa investigación por corrupción conocida como Operación Lava
Jato.
Lanzada en marzo de
2014, la pesquisa primero se enfocó en el lavado de dinero a través de pequeños
negocios, como los lavaderos de automóviles, pero luego se expandió cuando el
dinero sucio condujo a los investigadores al descubrimiento de un gigantesco
complot de sobornos y licitaciones amañadas que involucraba a la petrolera
estatal brasileña Petrobras y al grupo privado Odebrecht.
En junio de 2015, los
funcionarios de la justicia brasileña que investigaban sobornos, licitaciones
amañadas y sobreprecios en contratos con el Estado, arrestaron a Marcelo
Odebrecht, y en marzo de 2016, un tribunal brasileño lo condenó a 16 años de
prisión, sentencia que luego fue reducida y convertida en arresto domiciliario
a cambio de su cooperación con las autoridades.
En diciembre de 2016,
la empresa Odebrecht llegó a un acuerdo de aceptación de responsabilidades con
los fiscales de Brasil, pero también con los de Estados Unidos y Suiza, ya que
ambos países se sumaron a la causa tras descubrir que los pagos ilegales de la
empresa habían pasado por bancos suizos y estadounidenses.
La empresa logró
evitar el juicio tras aceptar dar una detallada declaración pública de sus
delitos y acordar el pago de una multa de 2,600 millones de dólares.
Esa “declaración de
hechos” de 23 páginas describe en detalle cómo fue creado el Departamento de
Operaciones Estructuradas y con qué propósito. La empresa admitió que esa
oficina canalizaba fondos no registrados en los libros a través de empresas y
bancos offshore en paraísos fiscales, a veces utilizando contratos ficticios
para encubrir sus operaciones. Al final, ese dinero se usaba para sobornar a
políticos, funcionarios públicos y partidos políticos.
Como parte de las
revelaciones a las que se comprometía en su acuerdo con la justicia, Odebrecht
le entregó a los fiscales una gran cantidad de documentos, entre ellos,
planillas de cálculo con un seguimiento de los pagos secretos, declaraciones de
las cuentas en bancos offshore, emails, registros de transacciones, contratos y
registros informáticos, todos almacenados en su sistema Drousys.
Las revelaciones de
Odebrecht desataron una ola de indignación y malestar en toda Latinoamérica. El
arresto del expresidente Lula da Silva por cargos relacionados con la causa
Odebrecht produjo fuertes enfrentamientos entre sus seguidores y sus
detractores en las calles de Brasil. En República Dominicana, los manifestantes
anticorrupción del Movimiento Verde exigieron el fin de la impunidad para los
políticos involucrados con Odebrecht.
Los acuerdos de
cooperación y las confesiones resultaron en causas judiciales de alto perfil.
El exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas está preso, tras haber sido
condenado por recibir sobornos de Odebrecht. El expresidente peruano Ollanta Humala
enfrenta cargos por corrupción que podrían resultar en una condena a 20 años de
prisión.
En abril de 2019, la
policía llegó con una orden de arresto derivada del caso Odebrecht a la casa
del predecesor de Humala, el expresidente peruano Alan García. Cuando
intentaron arrestarlo, García se encerró en su dormitorio, sacó un arma y se
suicidó.
Los fiscales han dicho
que el caso Odebrecht es un hito en la lucha contra la corrupción pública en
Latinoamérica y a nivel global.
En una declaración en
la que anunciaba en el acuerdo de colaboración de Odebrecht, el entonces fiscal
de Estados Unidos para el Distrito Este de Nuevo York, Robert L. Capers dijo
que “El mensaje enviado por esta fiscalía es que Estados Unidos, en
colaboración con sus colegas de las fuerzas de la ley del extranjero, no
dudarán en responsabilizar a aquellas corporaciones e individuos que busquen
enriquecerse a través de la corrupción de las legítimas funciones de gobierno,
sin importar cuán sofisticado sea el sistema que utilizan para hacerlo”.
LA LETRA CHICA
Pero resultó ser que
el amplio acuerdo de colaboración de Odebrecht con Brasil, Estados Unidos y
Suiza tenía límites significativos.
De hecho, a Odebrecht
no se la obligó a contar todo. En su detallada exposición de los hechos, por
ejemplo, la empresa revela cuánto pagó en total en sobornos en toda la región,
pero no especifica a qué proyectos iban destinados esos sobornos ni quién los
había recibido.
Los fiscales de otros
países están trabajando con las autoridades brasileñas para reunir pruebas y
algunos han presentado cargos contra políticos y otras personas implicadas en
el sistema de Odebrecht. Mientras tanto, la empresa y sus ejecutivos están
negociando acuerdos de inmunidad o de reducción de la pena a cambio de
cooperación. Hasta el momento, ya se firmaron acuerdos de colaboración premiada
en Perú, República Dominicana, Panamá, Ecuador y Guatemala, junto con los de
Brasil, Estados Unidos y Suiza.
Una de las trampas de
esos acuerdos es que los países se comprometen a no procesar a los ejecutivos
de Odebrecht que ya se declararon culpables y firmaron acuerdos de cooperación
con la justicia de Brasil.
Según los analistas,
sin embargo, mucho depende de que los gobiernos tengan la voluntad política y
los recursos para investigar y llevar a juicio esos delitos. Las operaciones de
sobornos de Odebrecht alcanzaron los más altos niveles de la política y la
sociedad en toda la región, y cada país respondió de manera muy diferente.
Durante los dos últimos años, por ejemplo, los fiscales de Perú han enviado 68
pedidos de informes a las autoridades brasileñas, mientras que los fiscales
dominicanos solo han enviado tres.
EL ECONOMISTA DOMINICANO
Resta mucho por
descubrir sobre el entramado de empresas, acuerdos de consultas y servicios, y
cuentas bancarias secretas utilizados por la oficina de sobornos de Odebrecht.
Pero hay algo que
queda claro: los archivos Drousys de esa oficina contienen los nombres de
muchas importantes figuras que ocupan cargos de responsabilidad y que nunca
fueron abiertamente cuestionados por sus relaciones con Odebrecht, hasta ahora…
Andrés Dauhajre es un
conocido miembro de la dirigencia política dominicana.
Dauhajre es un
economista de anteojos y pelo entrecano que escribe una columna semanal en el
diario El Caribe. Integró una delegación de líderes empresarios que acompañaron
al presidente dominicano Danilo Medina en su visita de Estado a China, en
noviembre pasado.
El economista también
preside la Fundación Economía y Desarrollo, una consultora económica que suele
obtener contratos con el Estado dominicano y que tiene su sede en Santo
Domingo, capital del país.
A fines de 2013,
cuando la empresa de servicios públicos dominicana ofrecía un contrato para la
construcción de la central termoeléctrica de Punta Catalina, una planta de 770
mega watts sobre las costas del Caribe, recurrió a la consultora de Dauhajre,
entre otras dos, para evaluar las propuestas de los ofertantes.
Para entonces, el
organismo de servicios públicos ya había descalificado a varios ofertantes,
argumentando pobreza técnica en sus presentaciones, y el único candidato en pie
para el trabajo era un consorcio empresarial liderado por Odebrecht.
De todos modos, para
alzarse con el contrato, Odebrecht seguía necesitando que aprobaran su oferta
económica y su plan de financiamiento. Dauhajre y otros consultores aprobaron
su plan, y a Odebrecht se le otorgó un contrato por más de 2,000 millones de dólares,
cientos de millones más que algunas de las ofertas de sus competidores
desplazados.
Cuando el escándalo de
Odebrecht estalló en toda Latinoamérica, la empresa admitió frente a los
fiscales, en diciembre de 2016, que sus pagos ilegales incluían 92 millones de
dólares en sobornos en República Dominicana. De inmediato, el proyecto de Punta
Catalina quedó bajo un manto de sospecha.
Entonces fue nombrada
una comisión para investigar el contrato, presidida por monseñor Agripino Núñez
Collado, un influyente hombre de la Iglesia dominicana. Entre los testigos
citados por la comisión se hallaba Dauhajre.
El 5 de febrero de
2017, tres días después de su testimonio, Dauhajre rechazó indignado las
sospechas de que el contrato de Odebrecht estuviese inflado.
“La supuesta
sobrevaluación de Punta Catalina es la mentira mejor mercadeada en los últimos
años en la República Dominicana”, escribió Dauhajre en su columna en El Caribe,
uno de sus varios artículos periodísticos en los que defiende públicamente la
construcción de la planta y su financiamiento. En esas columnas, Dauhajre no
menciona ninguna relación financiera entre él y la empresa Odebrecht.
Finalmente, la
comisión no encontró pruebas de irregularidades en la licitación o el
financiamiento de la planta, y le regaló una importante victoria a Odebrecht.
En su presentación de cargos contra 7 acusados en el caso Odebrecht, en junio
de 2018, el fiscal general de República Dominicana dijo haber llegado a una
conclusión similar, y que su equipo había investigado a fondo el caso de Punta
Catalina, sin encontrar evidencia alguna de corrupción.
Los libros contables
del Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht muestran decenas de
pagos que parecen habérseles escapado a los investigadores, ya que no tuvieron
acceso a los registros ahora obtenidos por el ICIJ.
Una planilla de
cálculo que consigna los pagos ocultos de la oficina entre fines de diciembre
de 2013 y fines de diciembre de 2014 revela 62 pagos por un total de 39
millones de dólares, relacionados con una “Planta Termo” o “Planta
Termoeléctrica”. Cinco de esos pagos, por un valor total de 3.3 millones de
dólares, fueron a parar a una empresa llamada Baker Street Financial Inc.
La planilla consigna
que al menos dos de los pagos a Baker Street pasaron por una empresa radicada
en Bahamas, Fincastle Enterprises Ltd., que aparece mencionada por los fiscales
de Perú como uno de los vehículos para los sobornos de Odebrecht. Esos pagos se
realizaron en mayo y julio de 2014, varios meses después de que aprobaran el
plan de financiamiento presentado por Odebrecht.
El 7 de diciembre de
2015, Baker Street Financial pagó más de 2 millones de dólares por un
departamento en el piso 12 de un elegante edificio vidriado en el lujoso centro
de Manhattan, justo a la vuelta del célebre restaurante francés “Le Bernardin”.
Los registros de la
ciudad de Nueva York sobre la venta de ese inmueble incluyen una escritura de
propiedad firmada por el único director de Baker Street Financial: Andrés
Dauhajre.
Ante la consulta del
ICIJ, Dauhajre respondió que los pagos que recibió de Odebrecht fueron por los
servicios de asesoría que le brindó a la empresa en conexión con la central
eléctrica. Dauhajre dice que Odebrecht contrató sus servicios a principios de
2014, después de que unas de las principales fuentes de financiamiento que se
esperaba apoyaría el proyecto, el Eximbank (Export-Import Bank of the United
States), se retiró debido a una directiva del entonces presidente
norteamericano Obama de no financiar centrales termoeléctricas alimentadas con
carbón por sus consecuencias sobre el cambio climático.
Dauhajre dice haber
ayudado a Odebrecht a encontrar fuentes de financiamiento alternativas para el
proyecto, y que fue Odebrecht la que propuso a Fincastle Enterprises para
canalizar el pago por sus servicios.
“Baker Street
Financial Inc. prestó de manera exitosa y efectiva el servicio de asesoría
solicitado por Odebrecht durante los años 2014 y 2015”, manifiesta Dauhajre en
una carta enviada al ICIJ. “Ese servicio de estructura financiera fue el que
generó la remuneración pagada”.
EL ELENCO SE AGRANDA
Los archivos del
Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht involucran a un
entramado de funcionarios públicos y prominentes ciudadanos que hasta el
momento no habían sido conectados con los pagos ocultos de la empresa.
Uno de esos
funcionarios es Constantino Galarza Saldivar, quien en octubre pasado fue
elegido vicegobernador de Callao, la provincia donde se encuentra el principal
puerto de Perú. A fines de 2014, la empresa panameña CGZ Ingeniería Corp.
recibió dos pagos por un total de 240.000 dólares relacionados con un gasoducto
peruano, según revelan los registros del sistema Drousys. Galarza, cuyas
iniciales son CGZ, es presidente y director de CGZ Ingeniería, según datos del
Registro Público de Panamá.
Según su perfil en
Linkedln, Galarza también se desempeñó durante años como gerente general de la
compañía, incluida la época en la que se recibieron los pagos. CGX Ingeniería
ofrece servicios de ingeniería, inteligencia empresarial, y relaciones legales,
financieras e institucionales, con oficinas en Lima, panamá, Colombia y Madrid,
según muestra el perfil de Linkedln de Galarza.
Hasta ahora Galarza no
había sido vinculado con la oficina de sobornos de Odebrecht. Su nombre surgió
en marzo, en conexión con otra controversia. En un audio difundido en el
programa de noticias de la televisión peruana “Panorama”, se escucha a Galarza
complotar para asesinar a su jefe, Dante Madriotti, gobernador de Callao.
En esa grabación,
Galarza discute los planes del golpe contra Mandriotti con un cómplice
desconocido, diciendo que para hacer el trabajo haría falta “un profesional de
alto nivel de México o Colombia”. “Le tienen que meter harta bala”, dice
Galarza textualmente en la grabación.
Tras la difusión del
audio, Mandriotti solicitó a los fiscales que acusen a Galarza por
conspiración, intento de homicidio, y otros cargos. Los fiscales de Callao
señalaron que investigarían el caso.
En conferencia de
prensa, Galarza admitió que la voz que se escucha en la grabación es la suya,
pero dijo que había hablado en un momento de furia, sin intención de concretar
el asesinato.
En una conversación
telefónica inicial con un periodista del ICIJ el 21 de junio de este año,
Galarza negó haber realiado ningún negocio relacionado con Odebrecht o el
Gasoducto Sur. Entonces, en una entrevista el 24 de junio, Galarza dijo que su
compañía recibió pagos por servicios indirectos de asesoría financiera
relacionados con el gasoducto. Dijo que su firma fue contratada por una
compañía india de construcción, ECI Engineering & Construction Company
Ltd., que estaba trabajando en un ducto para líquidos que correría de manera
paralela al Gasoducto Sur. El segundo ducto, dijo Galarza, era un proyecto
privado también liderado por Odebrecht. Agregó que Odebrecht no le pagó a su
firma directamente, y que el ducto paralelo nunca se concretó.
En la entrevista,
Galzarza también mostró dudas sobre la grabación en que discutió el posible
asesinato de Mandriotti. Dijo que aunque algunas partes de la grabación eran
auténticas, otras eran falsas y probablemente fueron manipuladas.
“Nunca trabajé para
Odebrecht. Tampoco mi empresa”, dijo Galarza. “Nunca brindamos ningún servicio
a Odebrecht”.
Un pago inexplicado hecho por Odebrecht:
$200,000 a una compañía panameña llamada El Facilitator, liderada por el
ejecutivo radial José Luis Saca. El pago estaba relacionado con un proyecto de
obras públicas, pero no se sabe mucho más. Mauricio Cáceres
El alcance del
Departamento de Operaciones Estructuradas se extendía por toda Latinoamérica.
Los archivos consignan un pago de enero 2014 por 200.000 dólares a una empresa
panameña llamada El Facilitador Holding, relacionada con un proyecto de obras
públicas al que los registros de la oficina se refieren como “LE LM”. Aún no
queda claro a qué se refiere esa sigla ni para qué se hizo ese pago.
El presidente y
director de El Facilitador es José Luis Saca, un ejecutivo de la radio
salvadoreña. Desde 2015, Saca preside la Asociación Internacional de
Radiodifusión (AIR-IAB), un grupo que representa a unas 17.000 emisoras de
radio y televisión del continente americano.
Saca, quien en su
carácter de presidente de AIR-IAB asesora a las Naciones Unidas en temas de
medios de comunicación, viaja por Latinoamérica promoviendo la libertad de
prensa.
Saca no respondió a la
solicitud periodística de comentario del ICIJ, que incluyó el envío de emails,
llamadas telefónicas, una carta enviada a la AIR-IAB, y una carta entregada en
mano en Radio Corporación, la empresa de radio salvadoreña de la que Saca es
vicepresidente.
PROYECTOS NO REVELADOS
Un viernes por la
mañana, en la sala de espera del doctor Robert Reid Cabral en el Hospital de
Niños de Santo Domingo, unas 50 personas –mayormente bebés, niños, y sus
preocupados padres–, esperaban sentados en sillas oxidadas para ver a un
doctor. En la habitación hacía calor. El llanto de los niños era constante, más
o menos fuerte en diferentes partes de la sala.
Pimentel, de
Participación Ciudadana, dice que esas familias son las verdaderas víctimas del
tipo de corrupción practicada por Odebrecht. Mientras los gobiernos dilapidaban
dinero en contratos públicos inflados y amañados, los servicios públicos
básicos pasaban hambre.
Si bien no es posible
atribuir hechos específicos a los efectos de la corrupción, las cifras en
dólares involucradas son inmensas y los riesgos, muy altos. En 2014, por
ejemplo, a través de los pagos ocultos que realizaba su Departamento de
Operaciones Estructuradas, la empresa Odebrecht podría haberse alzado con miles
de millones de dólares en contratos para la construcción de la planta de
energía de Punta Catalina y otros proyectos. Ese mismo año, el Hospital de
Niños dominicano se quedó sin reservas de oxígeno y murieron 11 niños: el
hospital estaba fuertemente endeudado con sus proveedores.
“Lo que se pierde a
causa de la corrupción es que el Estado dominicano no puede invertir en
políticas públicas que garanticen los derechos de la gente”, señala Pimentel.
República Dominicana
es uno de una media docena de países en donde los proyectos de infraestructura
ahora quedaron vinculados por primera vez en el sistema de corrupción de
Odebrecht.
El proyecto más
importante de la empresa en Ecuador era una red de subterráneos para la ciudad
de Quito, capital del país, situada a gran altitud y donde viven más de 1.5
millones de personas. El presupuesto de construcción del proyecto superó los
2,000 millones de dólares. Se espera que esa red de 14 kilómetros de extensión,
cuya inauguración está prevista para diciembre, transportará a hasta 530.000
pasajeros por día.
Cuando el esquema
internacional de sobornos de Odebrecht salió a la luz, los fiscales peruanos lanzaron
una investigación para saber si las obras de la empresa en el Metro de Quito
estaban manchadas por sobornos. En marzo de 2018, tras más de un año de ahondar
en el caso, los fiscales cerraron la investigación, diciendo que no había
evidencias que sustentaran los cargos.
La revelación de los
archivos de la oficina de sobornos de Odebrecht podría impulsar la reapertura
de las investigaciones.
En el sistema de
emails Drousys, empleados de Odebrecht con los nombres clave de “Silver”,
“Fred” y “Wilson”, hablan de pagos relacionados con el Metro de Quito que
fueron canalizados a través de su oficina. En julio de 2015, por ejemplo,
Silver le pregunta a Fred si se había efectuado el pago para el Metro y si se
había hecho a través del Meinl Bank, un banco cuya filial en Antigua y Barbuda
había sido adquirida por Odebrecht en 2010 para facilitar los sobornos, según
los fiscales. Fred responde afirmativamente.
“El pago del Metro
también se realizó a través de Meinl”, escribe Fred en su email de respuesta a
Silver.
El mensaje señala que
el pago fue hecho a través de la empresa Fortress Investors Ltd., que aparece
mencionada repetidamente en los archivos de la oficina de sobornos como uno de
los conductos para realizar pagos. Los registros no dicen quién recibió esos
pagos secretos ni con qué objetivo se hicieron.
Mauricio Rodas, el
ex-alcalde de Quito cuya administración aprobó el contrato de Odebrecht, dijo a
una periodista de ICIJ que Odebrecht fue seleccionada solo porque había hecho
la oferta más económica, y que el proyecto iba a transformar la movilidad en
Quito.
Los archivos Drousys
que se filtraron incluyen otros pagos secretos relacionados con proyectos que
hasta ahora no habían sido vinculados con el escándalo de Odebrecht. El
Gasoducto Sur, un tendido de gas en el sur de Perú y el proyecto más importante
del gobierno del expresidente Ollanta Humala, aparece mencionado en conexión
con 17 pagos de 2014 por un total de más de 3 millones de dólares.
En mayo de este año,
un fiscal peruano llamó a indagatoria a Humala y a su esposa, Nadine Heredia,
por supuesto lavado de dinero proveniente de Odebrecht. Hasta ahora, los pagos
relacionados con el gasoducto de 7,000 millones de dólares no habían sido
revelados por Odebrecht.
La Ruta Viva, una
autopista de conexión entre Quito y el principal puerto de Ecuador, no es
mencionada en las acusaciones de los fiscales ecuatorianos, pero su nombre sí
aparece en este nuevo tesoro de documentos filtrados, en conexión con un pago
de octubre de 2012 por 915,000 unidades de una moneda no especificada, unos
meses después de que la ciudad le otorgara a Odebrecht el contrato de
construcción de esa ruta. Los documentos ahora filtrados no revelan quién
recibió ese pago secreto.
El sistema de tránsito
rápido de la Ciudad de Panamá, el primero en ese país, y la ampliación del
Aeropuerto Internacional de Tocumen, de dicha capital, ahora aparecen
vinculados por primera vez con millones de dólares en pagos ocultos realizados
en 2014.
En Venezuela, surgen
nuevos detalles que revelan más de 34 millones de dólares en pagos ocultos del
año 2014, vinculados con la Línea 5 del Metro de Caracas, del cual solo se ha
construido una de las diez estaciones previstas.
No queda claro por qué
los pagos ocultos encontrados en los archivos Drousys no han salido a la luz en
las investigaciones de la justicia. En respuesta a la solicitud periodística de
comentario del ICIJ sobre por qué no había actuado ante las revelaciones de los
pagos asociados con la República Dominicana, la oficina del fiscal general dominicano
se comunicó con el ICIJ para solicitarle que le envíe cualquier documento
relevante para las investigaciones que se sustancian en ese país.
“Despierta el interés
de este órgano persecutor el hecho de que el Consorcio de Periodistas tenga en
su poder información relevante para una investigación de naturaleza penal”,
escribió la fiscal anticorrupción Laura María Guerrero en su carta al ICIJ. “Los
conminamos a depositar ante el Ministerio Público dominicano los documentos que
sustenten estos alegatos”.
(La política de ICIJ
es no colaborar o compartir materiales con los organismos judiciales.)
Jessica Tillipman,
vicedecana de la Escuela de Leyes de la Universidad George Washington y
especializada en contratos de gobierno gubernamentales y cuestiones
anticorrupción, dice que esos pagos podrían ser objeto de investigaciones
penales que se encuentran en curso, o que Odebrecht tal vez haya argumentado exitosamente
que esos pagos no violaban la ley.
Si Odebrecht, por la
razón que sea, retuvo información sobre sus delitos antes las autoridades, las
consecuencias podrían ser nefastas para la empresa. “Si el gobierno lo descubre
post facto, eso haría volar por los aires los términos del acuerdo que firmó la
empresa”, dice Tillipman.
Pimental, el activista
anticorrupción, dice que el fracaso de los fiscales para llevar ante la
justicia los delitos relacionados con proyectos como el de Punta Catalina
revela la poca voluntad política por saber la verdad que existe en un país
donde las élites política y económica están estrechamente interconectadas.
Hace mucho tiempo que
los ciudadanos saben que la corrupción y la impunidad son problemas graves,
dice Pimentel, pero el caso Odebrecht ha revelado que esa corrupción alcanzaba
los más altos niveles de gobierno.
Y agrega que los magros resultados de las
investigaciones oficiales demuestran la permanente incapacidad del gobierno
para sacarse el estigma de Odebrecht.
“El caso Odebrecht”,
dice Pimentel, “sirvió para desnudar la institucionalidad de la Republica
Dominicana”.
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