El embriague y exabrupto del Senador de Montecristi Moreno Arias.
Por Marcelo Peralta
El nombre de Moreno Arias me suena en los oídos desde el año 1978 cuando el Partido Revolucionario Dominicano y el pueblo sacaron del poder a Joaquín Balaguer, al Partido Reformista, la Banda Colorá, a los guardias que tenían paños rojos en los fusiles, a los alcahuetes y chivados.Conocí a José Antonio Pimentel Gómez- Moreno Arias, cuando en el gobierno de Antonio Guzmán nombraron a Levi Pimentel, nativo de Castañuelas , Provincia Montecristi en la Doreccoón de Caminos Vecinales con sede en Santiago Rodríguez.
Moreno Arias, hombre de voz “fuerte similar al trueno" cuando está nublado y las nubes cargadas de agua. Parece que este hombre no ha entendido que en política partidaria dos más dos no son cuatro, sino 22.
El nombre de Moreno Arias me suena en los oídos desde el año 1978 cuando el Partido Revolucionario Dominicano y el pueblo sacaron del poder a Joaquín Balaguer, al Partido Reformista, la Banda Colorá, a los guardias que tenían paños rojos en los fusiles, a los alcahuetes y chivados.Conocí a José Antonio Pimentel Gómez- Moreno Arias, cuando en el gobierno de Antonio Guzmán nombraron a Levi Pimentel, nativo de Castañuelas , Provincia Montecristi en la Doreccoón de Caminos Vecinales con sede en Santiago Rodríguez.
La imagen humana es un recurso, especie de instrumento, herramienta sagaz, es un proceso, método para competir, ejercer la autoridad y conservar relaciones.
Esta se debe utilizar de manera estratégica, oportuna, eficiente, con calidad de poder, influenciar a través del liderazgo, no exacerba el dominio, olidarse de los privilegios, distinciones, el ego, cada oportunidad debe ser apñrovechada para atraer a los demás y que produzca conceptos.
Da pena, que su imagen política, social, moral y congresual que conservó durante años se haya deteriorado en un "abrir y cerrar de ojos".
Fue el mismo Moreno Arias deterioró por “torpeza” y erróneamente tras asumir una postura “atropellante” contra un miembro de la Policía que cumple con su deber.
Ese error político, el congresista no lo resarcirá ni siquiera desde la "tumba" porque afectó la imagen personal, familiar, social, política y la del gobierno, porque el presidente Luis Abinader respondió con la altura y conciencia de su investidura elevando de rango al oficial a quien el "torpe legislador avasalló", insultó y humilló.
La imagen del político en estos tiempos de concertación debe servir para promover modales, representar el liderazgo en una sociedad y tiempo determinados como los actuales de la tecnología, en que cualquier persona tiene un celular y la Ley lo faculta a filmar y difundir por las redes sociales.
En otros tiempos, ese legislador, además de insultar y amenazar a los agentes que cumplian con su deber pudo haber gestionado agresiones, humillaciones, sacar de la prisión a su AMIGO, llamar al ministro de Interior y Policíam hacer cancelar a esos agentes y salir a negar ante la sociedad su mal comportmiento
Por pequeñas que sean las expresiones de políticos conllevan al deterioro moral, social, pierde la credibilidad, confianza, descrédito del Partido al que pertenece, afecta al gobierno, le quita autoridad moral a los funcionarios y se convierten en el resultado de la mala percepción ciudadana.
No se dan cuenta que son servidores públicos que la sociedad los elije como sus representantes.
Hablar de la imagen política es tener características, capacidades, habilidades, recursos, atributos, estímulos, mensajes susceptibles de ser comunicados que, al ser percibidos de forma positiva, permiten al actor político definir y orientar la percepción de un público objetivo, distinguirse, posicionarse con respecto a sus competidores, pero si es todo lo contrario se sepulta.
El político nunca estará exento de ciertas confrontaciones con quienes no los comparten.
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