Dos sacerdotes mueren en Santiago. Uno murió de un infarto oficiando una misa.

Sacerdote José Miguel Vásquez, murió oficiando una misa en el Santuario Virgen de La Altagracia cerca del área monumental. Era director de la Revista religiosa Amigo del Hogar.  Por Marcelo Peralta

Santiago, R.D.- Gran revuelo causa la muerte de dos sacerdotes en la ciudad Santiago de los Caballeros.

El primer sacerdote fallecido de un fulminante infarto fue José Miguel Vásquez, ocurrida el viernes recién pasado cuando oficiaba una misa en el Santuario de la Virgen de La Altagracia ubicada en la esquina que forman las calles Del Sol y General Gregorio Luperón.

Mientras que el segundo sacerdote fue Lucas Lafleur, quien expiró en la mañana del sábado, sin que se tenga detalles del deceso.

El primer religioso muerto, Lefleur era miembro de la Compañía de Jesús.

Nativo de Canadá y llevaba muchos años viviendo en el país.

En tanto que José Miguel Vásquez, además de sacerdote era el director de la revista de corte religiosa Amigo del Hogar.

Estaban asignados a la Parroquia y Santuario de La Altagracia en Santiago de los Caballeros.

Sus sepelios se efectuaron en el panteón del cementerio El Ingenio, a cuya despedida acudieron feligreses, sacerdotes, diáconos y miembros de la Religión Católica.

El padre Lucas Lefleur tenía más de 60 años en el país cuando vino en el año 1961.

De origen canadiense, el padre Lucas llegó a República Dominicana en el año 1961, recién ordenado de sacerdote, como profesor de idiomas en el Seminario Menor de los MSC, en San José de las Matas. 

Cuatro años después fue nombrado párroco en la Parroquia Corazón de Jesús de los Jardines Metropolitanos de Santiago, donde implementó un ministerio innovador.

Más tarde en Nagua, María Trinidad Sánchez, se involucró con las Ligas Agrarias Campesinas, y la fundación del Plan Nagua, para ayudar a los campesinos en el rescate y trabajo de la tierra, contribuyendo a dignificar esa labor.

Su ministerio en las Parroquias San Isidro en Castillo, San Francisco de Macorís; Nuestra Señora del Sagrado Corazón en los Prados, Santo Domingo; y Nuestra Señora de la Altagracia en Santiago, dejaron un legado de enseñanzas y vivencias de orden social y de fe, que al día de hoy están vigentes y multiplican sus frutos.

Además era amante de los Clubes de Madres, Dinámicas de Parejas (Dipar), el Corazón de Dios y muchos proyectos más, que han cambiado la vida de mucha gente de las comunidades donde trabajó.

En la Parroquia Divino Niño Jesús en Las Praderas, Santo Domingo, estuvo como párroco desde el año 2004 al año 2016, fortaleciendo la formación de las comunidades y la participación de los sectores, que junto al III Plan de Pastoral y la Misión Continental, dijeron sí a estos proyectos de evangelización de la Iglesia Católica.

Con su creatividad y cercanía a su feligresía el padre Lucas generó un entusiasmo que hizo de la Parroquia Divino Niño Jesús una iglesia viva, unida en la fe y en la práctica del Evangelio, desde los planes de ayuda comunitaria, visita a los enfermos y necesitados, la solidaridad y el acompañamiento, para hacer de esta comunidad una gran familia de Dios.

Como gran pastoralista y apasionado por el trabajo de las familias, dirigió por varios años los planes de Pastoral de la Iglesia Católica, siendo además asesor de las familias desde su posición en el Movimiento Familiar Cristiano, la fundación del Movimiento Dinámica de Parejas, Juez del Tribunal Eclesial y la consejería a nivel personal y familiar.

Su participación en numerosos capítulos, congresos y asambleas de su congregación, como traductor simultáneo, le ha valido el aprecio y cariño de sus compañeros, por la calidad de un trabajo, que más que traducción, ha sido calificado como verdadera interpretación de vida y de fe.

Lucas no escapa al buen humor de los misioneros, y sus anécdotas siempre han formado parte de su vida, por lo que no podían dejar de estar presentes en estas memorias.

A sus 86 años de vida, el religioso estaba retirado y daba consejo a las personas que le visitaban y daba recomendación para “el manejo de las situaciones que no es posible cambiar”.

 


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