Renuncia Cardenal
El cardenal católico británico Keith O'Brien ha renunciado como arzobispo de St Andrews y Edimburgo tras haber sido acusado de "comportamiento inapropiado" hacia otros religiosos en la década de los 80. El papa ha aceptado inmediatamente su renuncia "por motivos de edad", por lo que no participará en el inminente cónclave.
O'Brien era la figura más veterana de la Iglesia católica en el Reino Unido e iba a ser el único representante británico en el cónclave para elegir nuevo papa tras la reciente renuncia de Benedicto XVI."No deseo que la atención mediática en Roma esté centrada en mí, sino en el papa Benedicto XVI y en su sucesor", ha dicho O'Brien al dar a conocer su renuncia, según un comunicado divulgado este lunes por la Iglesia católica escocesa.
El ya excardenal nació el 17 de marzo de 1938, es decir, estaba a menos de un mes de cumplir los 75 años, que es la edad de jubilación en la Iglesia.
En ocasiones, el papa acepta rápidamente la renuncia, aunque en otras muchas mantiene al purpurado varios años más al frente de su archidiócesis. En este caso, el Vaticano ha hecho pública la aceptación de la renuncia solo unos minutos después de el cardenal anunciara su cese.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha dicho que la renuncia fue aceptada por el papa el pasado 18 de febrero y simplemente ha dicho que lo hizo en conformidad con el artículo 401/1 del Código de Derecho Canónico, es decir por "motivos de edad"
Un día después de las revelaciones
El pasado mes, O'Brien ya renunció a algunas de las tareas de primera línea dentro de la Iglesia católica escocesa.
Este domingo se conoció que tres sacerdotes y un exsacerdote le habían denunciado por "conducta indebida". Según el dominical británico The Observer, el exreligioso explicó que el O'Brien fue su "director espiritual" cuando era seminarista con 20 años y que los acercamientos "inapropiados" de O'Brian hacia él, tras realizar sus oraciones nocturnas, le provocaron depresión y cambios en su personalidad.
Además de arzobispo en St Andrews y Edimburgo (Escocia) desde 1985, el cardenal británico, nacido en Ballycastle (Irlanda del Norte), es presidente de la Conferencia de Obispos de Escocia.
El religioso se ha manifestado en contra de la propuesta de legalizar el matrimonio entre homosexuales y a favor de que los sacerdotes puedan contraer matrimonio y tener familia, según manifestó el pasado viernes en una entrevista a la BBC.
Su marcha, junto a otro cardenal de baja por enfermedad, dejarán a un total de 115 cardenales al frente de la elección del nuevo pontífice de los 117 que tenían derecho a voto.
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