Instituto Ipisa de Santiago y sus años de educación

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Ipisa.
Por Marcelo Peralta

Santiago, R.D.-Una institución basada en una formación tecnológica, académica, humana y religiosa para jóvenes de escasos recursos es el Politécnico Industrial de Santiago, Ipisa, dirigido por la Sociedad Salesiana con el estilo educativo que forjó su fundador, San Juan Bosco.

Aunque el modelo educativo que distingue este centro educativo de otros es el técnico profesional, su fin último no es más que nada fomentar esas enseñanzas junto a valores espirituales como la responsabilidad, tolerancia, honestidad, fe, solidaridad, perseverancia, servicio, amor,  humildad, respeto y organización, entre otros valores conjugados en su lema “Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos”

La filosofía de Don Bosco, quien fue un sacerdote que se interesó por ofrecer una formación técnica a  jóvenes que les permitiera cubrir sus necesidades económicas y a la vez superarse como ente social.  

Así lo testifica el director de la institución, padre de Jesús Baltazar Santana Pérez, en compañía del  coordinador académico, Luis Quéliz, y de la orientadora, Mirian Melenciano. 

“Se busca prepararlos para la vida, que ganen el pan con el sudor de su frente y además promover vocacionalmente a los jóvenes e insertarse en el mundo laboral” comenta  Baltazar.

El director general cuenta que en 1935 los salesianos llegan al país, y fundan la primera Escuela de Arte y Oficios, en Santo Domingo.

Luego en 1987, por la necesidad del empresariado de Santiago, se decide formar Ipisa en Santiago.

Es una institución pública, privada y eclesial, dice Baltazar, “pública porque es del Estado; privada porque los padres también dan un aporte de manera voluntaria y mínima, el cual dan con agrado y eso permite que la institución logre resolver muchas cosas,  y  eclesial porque está cedida por los salesianos. 

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA.

Entregar jóvenes técnicos y profesionales favorece el desarrollo de la sociedad, facilitándole una pronta vinculación con los sectores externos y la inserción en el campo laboral. 

El director considera que para el país es determinante que los jóvenes estén preparados. 

“Diría que todos los dominicanos deberían pasar por una institución como esta.

Tendríamos un país como nos merecemos”, porque entiende que al formarse en un área específica si por cualquier circunstancia de la vida que no pueda llegar a la universidad, el estudiante puede vivir del oficio que aprendió.

Estudiantes valoran la educación del centro, la motivación que le dan sus profesores y profesoras para ser mejores personas cada día. 

Piensan en un futuro colocar su propio taller y ejercer lo que está aprendiendo diseño y confección de modas.

Una escuela rica en valores y enseñanza.

En sus inicios contaban con cinco talleres, actualmente existe un total de ocho:  Contabilidad y Finanzas, Diseño y Construcción y Ensamblaje de Muebles, Electrónica Industrial, Informática, Instalación y Mantenimiento Eléctrico, Mecánica Automotriz y Diesel, y Mecánica Industrial.

Además de la formación que se trabaja en tanda matutina-vespertina, a partir del año 1996 a través de la Unidad de Estudios Continuados, UEC, el Ipisa también trabaja en la modalidad no formal.

Los estudiantes inician sus labores a las 7:20 a. m. hasta las 3:10 p.m.; de 3:10 a 5:00 p. m., es la parte extra curricular con la pastoral y las  actividades salesianas; de 5:10 p. m. en adelante tienen la educación continuada con el apoyo del Instituto de Formación Técnico Profesional, (Infotep), comenta el director. 

Actualmente tenemos 300 estudiantes en este período. 

Las clases son modulares, se acaba un curso y se inicia otro. Los sábados tenemos el oratorio festivo de 8:00 a. m. a 12:30 p. m., llevado a cabo por los salesianos cooperadores”. 

El coordinador académico, Luis Quéliz, explica que en primero de bachiller los estudiantes reciben las orientaciones generales durante un mes completo de cada taller.
Resume, que en segundo de bachiller, los estudiantes definen el taller que les interesa y se les da dos asignaturas de iniciación.  

A partir de tercero y cuarto, se les imparte entre veinte y veintidós horas de clase de taller a la semana, sin excepción las asignaturas que son académicas.

Realizan proyectos de cada asignatura del taller y al final del año escolar hacen exposiciones de los proyectos que durante el año escolar realizaron. 

A través de un concurso los estudiantes ingresan a esta institución. 

El coordinador académico se hace una preselección, donde van entre 500 hasta 700 estudiantes en la preinscripción.

La orientadora Miriam Melenciano agrega,  toman  un examen de admisión, se les hace una entrevista tanto al estudiante como a los padres; al final son elegidos entre 200 a 210 estudiantes que hayan obtenido las mejores calificaciones.

La educación técnica es costosa y exigente manifiesta el padre Baltazar.

Y es muy costosa, porque el mantenimiento de las maquinarias que compone el centro sobrepasa de los 30 mil pesos.
Es exigente, pues de 500 estudiantes que pasan por admisión seleccionar  de 200 a 150 estudiantes es una gran disminución que explica también que hay que tener vocación”. 

 El padre Baltazar concibe que el centro, con sus espacios propicia una educación íntegra y humana de la mano de quienes dirigen, en especial por sacerdotes salesianos.

“La institución es un lugar donde el estudiante casi no puede hacer más que portarse bien, porque el espacio motiva. 

Aquí se trabaja por vocación”, expresó el sacerdote.

NUEVA COSECHA DEL CENTRO EDUCATIVO

XXI Graduación El pasado sábado, Ipisa celebró su vigésima primera graduación invistiendo a 130 jóvenes en sus diferentes áreas técnicas.

La directora general de Educación Técnica Profesional en el Ministerio de Educación, Mercedes Matrillé, destacó la importancia de la educación técnica y el valor que tiene para el desarrollo del país.

Matrillé dijo a los graduandos que la sociedad en sentido general espera una educación pertinente y de calidad, que sean competentes ya sea en empleo, la universidad y que desarrollen competencias como trabajo en equipo, capacidad de comunicarse y capacidad en solución de problemas.

Las autoridades del sector educativo y de Ipisa entregaron los títulos a los graduandos. 

Los encargados y tutores técnicos entregaron a sus áreas los reconocimientos de los alumnos destacados.

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