Asesinato del niño Llenas Aybar: 25 años de dolor.
Todavía da escalofríos: Mario José Redondo Llenas, uno de los imputados de tomar parte en el hecho, era primo de la víctima, e incluso, familiares de la embajadora argentina de aquel entonces, Teresa Meccía de Palma, tuvieron participación en el incidente.
Fue su primo hermano, en
quien su madre confiaba, el que empuñó el arma homicida.
Ashley
Ann Presinal
Fuente Listín Diario.
Hoy, 4 de mayo, la sociedad dominicana aún recuerda con pesar cómo hace 25 años
dos jóvenes le arrebataron la vida al niño José Rafael Llenas Aybar, en uno de
los casos más trágicos que ha sufrido el país, llegando a ser definido como “el
caso del siglo”.
Su cuerpo sin vida fue
encontrado a medio zambullir en un arroyo el sábado 4 de mayo de 1996, y justo
para estas fechas sus familiares recuerdan que de haber estado vivo,
José Rafael hubiera cumplido 37 años de edad.
Mario Arredondo Llenas es el asesino.
“Ir a ver una exhibición de
motores en un supermercado” fue el engaño que utilizaron
los asesinos, su primo hermano Mario José Redondo Llenas, de 19 años, y su
amigo Juan Manuel Moliné Rodríguez, de 18, para sacarlo de su casa cuando tenía
12 años.
Lo que conmocionó a la
sociedad, dejando huellas después de más de dos décadas de haber sucedido el
hecho, es la forma en la que José Rafael fue asesinado por su primo, a quien
los padres del menor confiaban su custodia. El cadáver del infante fue
hallado en el arroyo Lebrón, próximo al kilómetro 24 de la autopista
Duarte, en unas condiciones bastante “crudas”: envuelto en cinca
adhesiva gruesa y con 34 puñaladas que atravesaron la piel de su espalda.
Según lo relatado por los
implicados en el juicio, fue su primo hermano quien le propinó las
cuchilladas, mientras que el papel de Moliné Rodríguez se limitó a
sujetarlo con fuerza para “aquietarlo”.
Pero antes de esto José
Rafael ya estaba siendo torturado, puesto que tenía varias horas
amarrado de pies y manos en el baúl de un vehículo mientras sus
asesinos “averiguaban qué hacer con él”.
El día de la desaparición
Un día antes de su trágica
muerte, la madre de José Rafael, Ileana Aybar Nadal, recibió una llamada de su
hijo al trabajo en la que le pedía permiso para salir con su primo a una
supuesta exhibición de motores que tenía lugar en un supermercado. Ileana
accedió con la condición de que su hijo volviera a casa a las 5:00 de la tarde.
Sin embargo, José Rafael
nunca llegó a la exposición de motores, ya que su verdadero paradero
fue la casa del amigo de su primo, donde Mario Redondo y Moliné Rodríguez
empezaron a planificar lo que harían con él.
En el juicio ambos declararon
que en principio pretendían secuestrarlo para cobrar un rescate de
aproximadamente RD$10 millones, en vista de que el niño pertenecía a una
familia de clase media alta, sin embargo terminaron asesinándolo.
Luego de dar “vueltas” en el
vehículo, donde José Rafael permanecía en el baúl amordazado, Mario
Redondo le dijo a su amigo que no podía regresar el niño a casa porque “podía
hablar” por lo que lo apuñalaron ahí mismo y luego lo lanzaron al arroyo.
En ese momento Mario llamó a
la madre de su primo, su tía, para decirle que lo había dejado en La
Bolera a petición del niño, ya que más tarde se encontraría con unos
amigos.
Ileana Aybar comenzó a
sospechar, puesto que su hijo nunca salía sin la supervisión de un
adulto. Así que fue al supermercado donde creía que se iba encontrar
con la exposición de motores, pero nunca hubo una.
Luego fue a la plaza donde
supuestamente Mario había dejado a su primo, sin embargo, no lo encontró. En
medio de la desesperación y el miedo la madre se comunicó con su primo
Guillermo Moncada Aybar para que la ayudara a buscar a su hijo. Tiempo
después el mismo Mario se integró en la búsqueda “preocupado”.
Un día más tarde una pareja
de campesinos del sector El Cenit, ubicado en Pedro Brand, se encontraron el
cuerpo de José Rafael tirado en un arroyo, sólo le flotaban los pies.
Un “papelito” en sus manos
Un papel hallado en las manos
sin vida del niño fue la pista que condujo a las autoridades hacia los
autores del crimen.
El “papelito” contenía el
número telefónico de Kimberly Caldas, novia de Moliné. Luego los investigadores
conectaron con el primo hermano del infante, Mario Redondo Llenas. Al
día siguiente ambos implicados fueron apresados y confesaron lo que habían
hecho.
En el país se expandieron
rápidamente las campañas en busca de justicia por el crimen. Un avión
se abría paso en el firmamento del Gran Santo Domingo con un cartel donde se
leía “Justicia para José”.
Mario Redondo y Moliné
Rodríguez fueron condenados en un inicio a 30 años de prisión a cumplirse en
los centros penitenciarios de San Pedro de Macorís y Najayo Hombres
respectivamente, no obstante, el 14 de octubre de 2002 la cámara penal de la
Corte de Apelación de Santo Domingo bajó la condena de Moliné a 20 años
y ratificó la de Mario a 30.
“El dolor de la falta de mi
hijo no lo resarce ninguna condena”, expresó entonces ante los
medios de comunicación la madre de José Rafael.
Ambos fueron acusados de
asesinato, secuestro,, robo agravado, asociación de malhechores y porte ilegal
de arma blanca en perjuicio del menor. Además de los años que pasarían en
prisión, también los condenaron al pago de cinco millones de pesos como
indemnización a los padres de la víctima.
Moliné fue puesto en libertad
En mayo de 2016 Moliné
Rodríguez, cuya pena había sido rebajada a 20 años, cumplió su condena y fue
puesto en libertad por los tribunales.
Anteriormente había solicitado la libertad condicional ante la justicia, sin
embargo, nunca le fue concedida.
Al salir a las calles dio un “mensaje de arrepentimiento” y “pidió perdón” a la sociedad dominicana por el fatídico crimen que cometió Mario Arredondo.
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