Periodista y analista Reynaldo Rodríguez pide al presidente Luis Abiander "limpiar de lacras la Policía Dominicana".
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D. El periodista, investigador
privado y productor de un programa televisivo en You Tube, Reynaldo Rodríguez, respaldó
la medida del presidente Luis Abinader de sancionar a los policías que
ejecutaron esta semana en Villa Altagracía la pareja de esposos y religiosos Joel Díaz y Elizabeth Muñoz
Marte.
Advierte que es tiempo de “limpiar
esa institución de arriba hacia abajo”, porque quienes actuaron en la ejecución
estaba integrada por el segundo teniente Victorino Reyes Navarro, el sargento
Domingo Perdomo Reyes, los cabos Norkys Rodríguez Jiménez y Ángel de los
Santos, y los rasos Anthony Castro Pérez y Juan Manuel Ogando Solís.
Exhorta al presidente
Abinader hacer una “cruzada” orientada a cambiar de manera radical la
percepción que tiene la ciudadanía con el cuerpo del orden que deplora la labor
de la institución armada, desconfía por su rol negativo, cuestiona el perfil
delincuencial dentro y fuera que exhiben algunos de sus miembros.
Considera
que la Policía Dominicana creada en el año 1936 debe ser transformada y
despojada de la mentalidad represiva, sanguinaria que mantiene desde los
gobiernos de Rafael Leónidas Trujillo Molina y Joaquín Balaguer, en que ejecutaban
a personas y para justificar sus crímenes al lado del cuerpo colocaban armas de
fuegos y granadas.
Entiende
que dentro de la Policía hay miembros honorables que son dignos de
reconocimientos, sin embargo, considera que hay especies de “ovejas negras” que
con su accionar opacan y dañan todo lo bueno que pueda haber.
Advierte que el cuerpo del
orden, las acciones positivas que existan allí, son castigadas de forma severa
el comportamiento negativo de algunos integrantes que deshonran la imagen del
organismo que por décadas existe y hacen que desluzca y se sobreponga más la
mala práctica en el ejercicio de sus funciones.
Califica de “aterrador” que
en las gestiones presidentes de Hipólito Mejía, del PRD; Leonel Fernández, en
el PLD y Danilo Medina, del PLD, que en las jefaturas de la Policía encabezadas
por Jaime Marte Martínez, Guillermo Fermín, José Armando Polanco Gómez,
Bernardo Santana Páez, Manuel de Jesús Pérez Sánchez, Manuel Castro Castillo, José
Polanco Gómez, Nelson Peguero, Ney Aldrín Bautista Almonte, más de mil 700
personas ejecutadas.
Recuerda lo sucedido en la
gestión de Jaime Marte Martínez en la jefatura de la Policía, en que se
incautaban carros de lujos a ciudadanos honorables para asignarlos a sus “amantes”
y oficiales de altos rangos.
Mencionó el caso del Obispo
de la Diócesis de La Vega de ese entonces, su Eminencia Reverendísima, Monseñor
Antonio Camilo González quien tenía un carro marca Mercedes Benz y oficiales de
la Policía lo incautaron y asignado a un espaldero del Mayor General Jaime
Marte Martínez.
En esa ocasión, el religioso que reclamaba su propiedad recibió amenazas de muerte por miembros de las Policía para que desistiera de reclamar el vehículo ya que estaba en poder de un alto oficial policial.
Pese a esa "gestión negra de Jaime Marte Martínez", el presidente Luis Abinader lo designó como presidente del Consejo Nacional de Drogas (CND), decisión que erosionó los más altos cimientos de la sociedad.
Rodríguez cuestiona el hecho
que periodistas y dueños de medios de comunicación guardan “silencio” ante estas
barbaridades, a la vez de cifrar esperanzas de que el presidente Luis Abinader,
con la reforma que se plantea, cambie de manera total la mentalidad policial y
reduzca la cantidad de generales que lo que están es “engordando”, creciendo
las “pansas”, consumiendo un sueldo que no justifican y haciéndose “multimillonarios”.
Y un oficial que estaba en el
municipio de Sosúa, Provincia Puerto Plata un oficial que comandaba el
destacamento de allí incautaba las drogas y por detrás mandaba a venderla a los
consumidores.
Hace saber que ese mismo
oficial con el rango de coronel era el mismo que comandaba el destacamento
policial en Villa Altagracia, cuando la semana pasada sus agentes ejecutaron a
una pareja de esposos religiosos que se dirigían desde Bonao a Santo Domingo.
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