Divino Niño en Constanza convertido en centro de sanación, un símbolo religioso y turístico.
Por Luis Ramón López y Marcelo Peralta
Constanza,
La Vega R.D.-Enclavada en la cordillera Central, de un paisaje agrícola único,
de vista mágica y de impresionantes temperaturas frías, cuenta con un turismo
religioso creciente de adoración, sanación, espiritualidad, de dominicanos y extranjero
al Divino Niño.
Zona
de loma, con diversidad de colonia, el municipio de Constanza donde está La
Vega la gigantesca estatura del Divino Niño, hecha a mano, de unos 15 metros de
altura, diseñada por el escultor Ramón Osorio, en el 2011, que a diario llegan
miles de devotos a cumplir promesas de sanación, adoración y turismo de fe.
Único
de su género en el país, protagonista, del creador Manuel Antonio Camilo, al
abismo de la muerte, padeció en dos ocasiones de la terrible enfermedad de
cáncer y médicos lo desahuciaron, la acción de gracias y se levantó.
Su
querida madre, que era devota del Divino Niño, durante un sueño le reveló desde
el Cielo, que ponga toda su fe en él le curaría, así sucedió y a partir de su
revelación se hizo adorador creyente del Santo por el milagro de curación.
Por
fe y perseverancia, la enfermedad desapareció del cuerpo de Manuel Antonio
Camilo, ahora médicos no tienen explicación científicamente de su cura divina.
Por su milagro obtenido y en agradecimiento del mismo al Santo, inició una
campaña de recaudación de fondos para construirle en ofrenda el monumento en su
honor.
Sin
quererlo este gigantesco mausoleo con la estatua más grande de la República
Dominicana del Divino Niño, se ha convertido en un símbolo religioso nacional,
que ha hecho de Constanza su nido de fe y esperanza para muchos creyentes, que
creen en sus milagros de sanación.
Su
construcción de casi un año, la escultura tiene 26 pies de altura, el pedestal
22.44 pies y pesa unas 12 toneladas. Está compuesta por concreto armado, acero
y revestida con planchuelas de mármol blanco y rosado. En su interior tiene un
mural donde detalla el sueño de sanación que motivo a Manuel Antonio Camilo,
levantar el obelisco.
Desde
la altura de este santuario emblemático de Constanza y el país, los devotos que
llegan desde distintos puntos del país, a dar fe de sanación y a visitar en
homenaje al Santo el Divino Niño, disfrutan de la llanura del vale, de los sembradíos
agrícolas verdes.
Para
los devotos visitantes, hay una cámara de ofrenda, una tienda de recuerdos con
muchos souvenirs y una capilla, a la tienen acceso el público.
RECORDATORIO
Los
últimos domingos de cada mes, a partir de las 3:00 de la tarde, se celebrar una
misa al aire libre en la explanada del mausoleo, al llegan a través del
empinado camino de tres kilómetros a lo alto en peregrinación a pies y en
vehículos que los trasladan hasta allí.
TESTIMONIO
El
testimonio de Manuel Antonio Camilo, es revelador, asegura que en su enfermedad
llegó a rebajar 50 libras, cuando le estaban dando las últimas terapias, una
noche en que estaba durmiendo vi a mi madre al lado de la cama y me dijo
apegaste al Divino Nino, que él te vas a sanar.
«Yo
no era devoto del Divino Niño, pero antes la situación de salud en que estaba, acogió la revelación de mi difunta madre la que le había regalado dos estampitas y siempre preguntaba en vida, que si
siempre la mantenía en mi cartera, cosa que yo siempre hacía por no
desagradarla, al otro día me di cuenta que tenían dos oraciones y de ahí en
adelante comencé a rezar esas oraciones y eso constituyó el vínculo entre el
Divino Niño y yo», recuerda Camilo al relatar su revelación de su madre.
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