Procurador de la Corte en Santiago afirma haitianos operan bandas de criminales.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- En las calles
de esta ciudad norteña los haitianos irregulares deambulan como especies de “pinguinos”,
muchos delinquiendo, unos subiendo, bajando calles, sin documentos semidesnudos,
en calizos, pantalones cortos y algunos vendiendo ropas de segunda, tercera
mano y contaminadas.
Mientras, al procurador
general de la Corte de Apelación de aquí, doctor Juan Carlos Bircann Sánchez,
afirmó observa con profunda preocupación la incidencia de haitianos en hechos
delictivos, de la que subraya se ha masificado en los años recientes.
Ve haitianos están liderando
bandas delictivas y la Policía en Santiago informó sobre el apresamiento
de un haitiano acusado de encabezar una banda criminal que opera en pueblos de
la Región Norte del país.
Para el funcionario judicial,
este panorama cambió de tal manera, hoy día usted ve una gran influencia de
ciudadanos haitianos implicados en robos, atracos, asaltos, vendiendo drogas,
implicados en otros tipos delitos que causan preocupación.
La máxima autoridad del
sistema judicial con sede en la Región Norte, hizo saber hasta hace poco, los
haitianos que eran sometidos a la justicia eran por casos de riñas, sin
embargo, ahora están implicados en todos los hechos delictivos.
Salir a las calles de Santiago
a cualquier hora del día verá a miles de haitianos de todas las edades congregados,
hablando en creole y observando hasta la forma de caminar de los dominicanos.
Un alto porcentaje de haitianos
llegan diariamente a Santiago duplicando la influencia haciendo más hostil la
convivencia entre los dominicanos.
Para los que ya viven en
Santiago, donde residen la mayoría, no cuenten con permisos, no son regulados su
situación como migrantes por carecer de documentos de su país.
A esta ciudad llegan diariamente
decenas haciendo escala en pueblos de la Región Noroeste, esperanzados por el “boca
a boca” de sus connacionales de que esta era una tierra que les pertenece.
Cifras no oficiales carecen
de estadísticas de la cantidad de haitianos que hay en Santiago y en el país.
El crecimiento de la colonia
haitiana desborda y se torna explosiva en el país, porque la inmigración es
masiva de afrodescendientes, carentes de papeles y formación humana.
Cada día, colorean el paisaje
urbano y rural de Santiago, en las estribaciones en campos, cordilleras, sortean
la barrera del dialecto creole con apoyo de voluntarios organizados,
traficantes, contribuyentes dominicanos que los concentran para tener la mayor
población haitiana.
Crece la presenciad e
foráneos en las calles de barrios populares, el centro de la ciudad, las
escuelas, restaurantes, supermercados, pulperías, hospitales, clínicas, choferes
del transporte urbano, consultorios de salud, lugares que comienzan a tener
cada vez más haitianos, trabajadores irregulares varones y hembras.
Es palpable su presencia en
trabajos de jardinería, de carga de productos agrícolas y vendiendo en
carretillas, camiones, camionetas, motoconchando, laborando en centros de
abastos de alimentos, construcción de casas, edificios estatales, privados, en
camiones recolectores de desperdicios sólidos.
Una proliferación de regiones
donde se ofrecen liturgias, misas, oraciones y ceremonias en creole.
En estos “templos”
convertidos en lugares de encuentros sociales de los haitianos que decidieron
dejar su tierra para rehacer su vida en República Dominicana sin tener
documentos.
Algunos circulan con documentos
falsificados cedidos por dominicanos por la intervención de sus compatriotas.
Desde el gobierno de Luis
Abinader y el PRM no se adoptan medidas ejecutivas para poner un férreo
torniquete a la inmigración haitiana.
Los haitianos se reagrupan, no
son regularizados, michos carecen de “buena fama”, crecen las expresiones sociales
de prejuicios contra dominicanos que se suman a una discriminación específica: “De
que vienen a recuperar la tierra que les pertenece”.
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