Avión con 105 pasajeros y 24 mil pies en el aire se descapotó en Estados Unidos
El avión se descapotó en el aire había realizado 89 mil 680 vuelos, cuando el fabricante indicaba una vida útil era de 75 mil
Uno de los hechos más increíbles de la aviación
comercial en Estados Unidos en que hay historias que superan hasta la más
excéntrica imaginación del más ingenioso director de cine.
En el mundo está sucedido cosas raras, porque un avión
a 24 mil pies de altura con 100 pasajeros; 5 tripulantes muriendo una de ella,
cuyo cuerpo nunca apareció, cuando la aeronave perdió el techo el 28 de abril 1988
y ahora lo están restaurando para volver a volar.
Este hecho sucedió en Hawai cuando el sol brillaba,
ocupantes emocionados pensaban que iba a ser un vuelo corto, habitual y
placentero.
Era el vuelo 243 de Aloha Airlines, que tuvo
lugar hace 36 años y se registró una de las hazañas más importantes de la
aviación comercial jamás repetida hasta ahora.
Se dio cuenta la copiloto Madeleine
Tompinks una de las pocas mujeres piloto de EEUU por aquel entonces- y el
capitán Robert Schornsteimer inician el despegue, dejando atrás la
ciudad hawaiana de hilo y dirigiéndose a Honolulu en un clásico vuelo
turístico.
Clarabelle Lansing, la jefa de cabina, salió
expulsada del avión y su cuerpo nunca fue hallado y es probable que haya
fallecido al impactar con el mar.
Fue una muerte trágica, en medio de una cadena de
milagros.
El resto de los pasajeros y el personal de cabina
todavía estaban con el cinturón abrochado gracias a que la señal luminosa no se
había apagado.
No fue el único milagro en que todo estaba dado para
que el metal de la aeronave siguiese quebrándose ante tanta presión.
La cabina de comandantes había quedado unida al resto
del avión tan sólo por los bastidores inferiores del compartimiento de carga e
inclinada levemente hacia abajo.
El avión aterrizó en pista sin mayores inconvenientes
con un tercio de su fuselaje desprendido y pasajeros viajando y sin techo, como
si se tratase de un bus de turismo urbano.
El accidente sólo contabilizó la muerte de Lansing,
que tuvo la mala fortuna de ser la única persona en haberse quitado el cinturón
de seguridad, probablemente para iniciar el servicio de a bordo, cuando sucedió
la explosión que la eyectó al aire y al mar.
En cualquier momento podría haberse desprendido, y eso
sí hubiese significado el fin de las 105 vidas que aún seguían a bordo del
Boeing 737-200.
El vuelo estaba a punto de convertirse en una historia
que nunca olvidarían por ser un día normal
Era un gran Boeing 737 que despegó sin problemas, en
que la tripulación 5 caras amables, estaba allí para asegurarse de que todo el
mundo estuviera contento.
La gente encontró sus asientos, miró por las
ventanillas y empezó a charlar de lo que harían una vez aterrizaran.
A mitad del vuelo, todo el mundo estaba relajado y
desde lo alto, las nubes, océano se veían muy bien.
Todo está en calma
Iban que reían, adultos que disfrutaban de aperitivos,
bebidas, había paz.
Confiar en el avión
Aloha Airlines, la compañía que pilotaba el avión, era
conocida por ser segura, que era algo importante, la gente confiaba en que
volar era seguro.
Sus aviones, como este Boeing 737, eran revisados en
tiempo exacto para asegurarse de que estaban en condiciones de volar.
La grieta de la que nadie hablaba
Una pasajera, Gail Yamamoto, vio algo extraño antes
del vuelo al observar había una grieta en la carrocería del avión.
La grieta de la que nadie habló
Le pareció raro, pero no dijo nada, porque a veces,
las pequeñas cosas pueden provocar grandes problemas.
Comentarios
Publicar un comentario