Falleció en Santiago Rodríguez el carismático Ismael Torres el de sonrisa conquistadora

Era hombre humilde y servicial en el colectivo cerca del Hospital general Santiago Rodríguez.

 Por: Marcelo Peralta 

 

SABANETA, Santiago Rodríguez, R.D.- Ismael Torres, de 64 años de edad, era humilde, honesto, servicial, siempre irradiaba con su acostumbrada sonrisa angelical.

 

Se fue con él una vida y quedó apagada una luz que brilló durante seis décadas.

 

Dejó de suspirar y se esfumó un alma humana, de cualidades innatas, que al parecer, el Creador del Universo la requería y destinarla a cumplir alguna misión especial.

 

Como terrícola, Ismael Torres, repartió su estadía en la casa número 51, calle general Gregorio Luperón en el barrio Bolsillo y en la calle Alejandro Bueno en la periferia del Hospital general Santiago Rodríguez.

 

El ser humano debería concientizarse, educarse de que tiempo en la Tierra pasa, que se va la vida,  que no vuelve más, tener la mirada puesta de proseguir hacia adelante y no quedarse nunca a mirar el pasado.

 

Ante esta realidad, se impone, disfrutarla oportunidad en la Tierra, echar a un lado el egocentrismo, dar la mano al caído y necesitado.

 

Paradoja, Ismael Torres, tuvo una vida trágica y traumada.

Hace unos 17 años, falleció su madre Graciela Torres-La mondonguera.

 

Este hombre de carisma fecunda que cautivaba el colectivo de su entorno.

 

Logró tener relaciones sentimentales con una mujer de la comunidad Arroyo Blanco, provincia Santiago Rodríguez, que al cabo de un tiempo enfermó.

 

Ella, dejó de existir, afectada a un cáncer.

 

Le dejó una hija, la cual al cumplir 17 años, exámenes médicos determinaron tenía cáncer en la sangre y murió.

 

Ismael Torres quedó viudo, sin hija, enfermo y era auxiliado por vecinos caritativos.

 

Al cabo de un tiempo enfermó, cayó en cama, vecinos lo llevaron al Hospital general Santiago Rodríguez, donde perdió la batalla y expiró.

 

Ha de esperarse, desde lo alto, envíe protección y seguridad a quienes fueron altruistas mientras ocupó un espacio en este mundo terrenal.

 

Fue mi vecino por décadas y dio testimonios de la calidad humana que componía su anatomía.

 

Consciente estoy, que la muerte solo llega una vez y el cuerpo se esfuma.

 

Adiós Ismael Torres, cariñosamente “pata de catre”.

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