Glenys Peralta es nativa de Constanza
Ella es madre de tres hijas y una psicóloga recién graduada. Es el vivo ejemplo de que no importan las pruebas, hay que mantener la confianza en Dios. Para someterse a un trasplante de riñón necesita alrededor de cuatro millones de pesos, no los tiene, pero está segura de que los conseguirá.
Por: Marta Féliz
Las
historias en la vida de Glenys Peralta es compleja tras haber sido violada en
su propia casa por ladrones y a pesar de ello nunca ha perdido la fe.
Salió de un campito de Constanza provincia La Vega,
llamado El Mimero para ir a la capital a ayudar a sus padres.
Debió a trabajar en casa de familia y tuvo una
primera relación y se convirtió en madre soltera.
Ese compromiso la impulsó a tener que batallar sola
para hacer frente a su situación.
Relata “Papá Dios” puso en mi camino a un hombre
maravilloso que, cuando los ladrones entraron a nuestra casa y abusaron de mí,
me apoyó que hasta dejó todo para irse conmigo a mi pueblo donde pudiera
recuperarme del trauma causado.
Hoy ha hecho lo mismo. Sabe que lo necesito porque
mi salud está muy débil y él ha sido mi sostén. No me ha dejado caer”. Junto a
su fe, Ramón y su familia la impulsan a seguir hacia delante.
Actualmente es madre de tres
hijas de ellas una psicóloga, recién graduada, que es vivo ejemplo y no
importan las pruebas, por lo que hay que mantener la confianza en Dios, relata.
Ahora tiene que someterse a trasplante
de riñón, requiere la suma de 4 millones de pesos que no los tiene y además hay
que buscar un donante.
Aunque ya le colocaron la fístula para
las diálisis hasta que se consiga el riñón que sea compatible para el
trasplante.
Ha pasado mucho tiempo ya desde que Glenys Peralta
fue abusada por unos ladrones que entraron a su casa.
Esa noche jamás será olvidada por ella. La fe
inmensa que tiene en Dios ha apaciguado el trauma, pero no lo ha borrado.
Hoy, cuando creía que la vida le recompensaría esa
pesadilla y otras más, con una vida feliz, resulta que su salud le está jugando
una mala pasada.
Esta mujer, madre de tres hijas, necesita con
urgencia un trasplante de riñón porque tiene poliquistosis renal crónica y, por
si fuera poco, tiene hígado
poliquístico.
La solución es un trasplante. ¿Pero qué le impide
acceder a esta cirugía? Su respuesta es fuerte: “No tengo donante todavía, y
mucho menos el dinero que se necesita para el procedimiento. Estoy en una lista
de donantes y espero que todo salga bien”.
Es triste saber esto, pero la valentía con que
habla del tema, lo que despierta es admiración hacia quien hace unos años
también luchó contra la enfermedad de una de sus hijas.
¿A cuánto asciende la suma de lo que necesitas? “La
cantidad es alta. Se habla de millones, y nuestra familia es de muy bajos
recursos, por eso hemos recurrido a la solidaridad de las personas y
autoridades para poder seguir con todo el proceso que conlleva está enfermedad
tan delicada y costosa”. Está consciente de esta realidad, pero no se echa a
llorar. Ella misma está dando a conocer su caso.
Sepa más
Para ayudar
a Glenys
Celular 809- 438-6888
Cuenta: BHD 0555620002-7
Glenys sabe lo delicado de su enfermedad.
Ello la ayuda a ofrecer datos que permiten entender
por qué si tiene 15 años con la enfermedad, es ahora que se da cuenta de lo
grave que es su condición. “Es que hay personas que sienten síntomas leves y
después, cuando avanza el problema, es que se dan cuenta de cuán deteriorados
están sus riñones”.
Esto la ha hecho reflexionar sobre la importancia
de prevenir y aconseja a las personas a cuidar su salud.
Mucho dolor de espalda, náuseas, en ocasiones
fiebre y picazón al orinar son algunos de los síntomas que dieron la voz de
alerta. Gracias a esas señales y al apoyo de su esposo Ramón Pérez que la llevó
al médico, pudo conocer su diagnóstico.
Eso sí, recuperar su salud no depende de los
resultados que arrojaron los estudios que le realizaron para saber qué tiene.
La solidaridad de quienes se sensibilicen con su caso es lo que marcará el
antes y el después favorable para ella.
“He pasado por pruebas fuertes”
“Mi vida ha sido muy cambiante, he tenido tiempos
buenos, medios, malos y muy malos en ocasiones, pero gracias a Dios por todo lo
que nos permite vivir y nos ayuda a superar cada momento. Pese a las
experiencias fuertes, que he tenido muchas, he visto la misericordia de Dios en
cada una de ellas y sé que ésta no va a ser la excepción”. Es impresionante la
lección de vida que les da Glenys a los demás.
Aunque su contextura física es, aparentemente
frágil, la madre de Yelissa, Liselot e Isabela es una mujer fuerte. Desde la
adolescencia ha tenido determinación.
¡Un peso por la salud de Glenys!
Glenys Peralta está consciente de su delicada
situación de salud. “Pero mis ánimos están altos porque estoy confiada en Dios
y sé que nada pasa porque sí, todo sucede porque Dios lo permite y Él no me
dejará sola en este tiempo como no lo ha hecho en otras ocasiones en las que me
ha tocado superar pruebas fuertes”.
Su espíritu de lucha y el amor por sus hijas y su
familia la mantienen firme.
Ella ha tenido un avance significativo para ir en
búsqueda de su salud. Ya le colocaron la fístula para las diálisis hasta que se
consiga el riñón que sea compatible para el trasplante.
Están iniciando el proceso de pruebas de
compatibilidad para ver quién de su familia califica para donar el órgano. En
lo que esto da sus resultados, también ha probado suerte poniéndose en lista de
espera.
“De esta forma puedo tener la probabilidad de
conseguir el donante si mis familiares no calificaran, claro que hay
probabilidad de conseguirlo, aunque con más tiempo de espera por la cantidad de
personas que hay en la lista”.
Lo dice dejando saber que su fe se ha multiplicado.
Necesidad económica
Glenys no tiene un monto específico. Los médicos le
han informado que es un procedimiento costoso, pero así sea un peso que cueste,
ella no dispone de dinero para someterse siquiera a una cirugía sencilla. Ahora
bien, sabe que si un buen grupo de personas colaboran aunque sea con un peso
cada quien, puede llegar a alcanzar la meta.
Es de una familia humilde que logra conseguir lo
justo para cubrir lo elemental, nunca para asumir un compromiso de salud de
esta magnitud. El proceso involucra su cirugía y la del donante.
“Nunca pensé que iba a llegar a acudir a la
generosidad de la gente y de instituciones que puedan ayudarme a seguir con
este proceso para evitar que mi salud se siga deteriorando. En estos momentos
estoy en la Concepción de La Vega, pero, como en este centro no cuentan con los
mecanismos necesarios para realizar un trasplante, estamos haciendo las
gestiones para ver si pueden tratarme en la Plaza de la Salud”. No hay
obstáculos que le impidan seguir hacia delante.
“Pero no sólo estoy necesitando ayuda económica,
también pido que oren por mí porque sé el poder que tiene la oración, y por
favor quien pueda colaborar para esta causa sería de gran ayuda. Hasta un peso
será de bendición para lograr conseguir mi salud con el trasplante porque mis
riñones no están funcionando como deberían”.
Es en este momento en el que se le nota algo
acongojada, pero no por mucho tiempo porque su fe la mantiene en pie de lucha.
Desde la experiencia.
Para Glenys nunca es tarde para dar el paso
correcto en la vida, ya sea en la fe, en la salud o la superación. Ella puede
hablar de eso. Fue después de tener a sus hijas grandes que decidió hacer una
carrera universitaria. Hace poco se graduó de psicóloga y presta servicio en un
centro llamado Vida para Niños, en Constanza. Es una mujer noble. Escogió esta
profesión: “Porque me permite ayudar a las personas y comprender su
comportamiento. Es una pasión para mí”. Se nota que sí.
Estar
pasando por este duro momento ha llevado a la protagonista de esta historia a
exhortarle a las personas a que confíen en Dios plenamente, “y por favor, no se
descuiden de ningún síntoma que le presente su cuerpo.
Es
importante darle seguimiento hasta el final para que luego no se complique la
situación y pueda resolverse a tiempo”. Su reflexión es válida, la prevención
siempre será la mejor manera de preservar la salud. “Sobre todo, en estos
tiempos de tantos virus, malos hábitos, es necesario que nos pongamos en manos
de Dios y de los médicos”.
Concluye
la mujer que te dice que hasta un peso puede salvar su vida.
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