Voces y ecos
¿Por qué dos naciones en una isla?
RAFAEL PERALTA
ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Las incomodidades que ha vivido, y
sigue viviendo, la República Dominicana, a propósito de su vecindad con Haití
no parece que sean conocidas por voceros y ejecutivos de organismos
internacionales. Conviene que esos señores y señoras, expertos en soluciones
fantasiosas, conozcan un poco de la historia de ambas naciones.
Quizá no se hayan preguntado por qué
en una isla de 76,192 kilómetros cuadrados habitan dos pueblos con marcadas
diferencias culturales. Se trata de uno de los jalones más profundos en la
historia dominicana y una de las consecuencias más perceptibles de la
incidencia maléfica de las potencias marítimas europeas en el Nuevo Mundo.
Lo que vemos ahora es consecuencia de
las acciones de España, Inglaterra, Portugal y sobre todo Francia, a partir del
azaroso descubrimiento, ocurrido al final del siglo XV, y durante los siglos
XVI, XVII y parte del siglo XVIII, cuando se producen las guerras de
independencia en la mayoría de las colonias.
Las desbordadas ambiciones de riqueza
y de poder que corroían a los gobernantes europeos originaron múltiples
conflictos bélicos cuyos finales afectaron en muchos casos territorios
americanos, repartidos como botines de guerra. Por ejemplo, la guerra denominada
de los Nueve Años involucró enfrentamientos de Francia contra España,
Inglaterra y otros países.
La solución de este conflicto,
particularizando entre Francia y España, determinó que esta última nación
cediera a la primera la tercera parte o lado occidental de la isla Española,
que para entonces ya era llamada Santo Domingo.
Eso fue pactado en un tratado suscrito entre ambos Estados, en Ryswiick, ciudad holandesa, en 1697.
Otros convenios suscritos ente
potencias europeas y que incidieron en nuestro territorio han sido el tratado
de Aranjuez y el de Basilea. Con este
último, firmado el 22 de julio de 1795 en la localidad suiza de Basilea, España
resolvió un conflicto con los franceses cediendo a cambio la parte oriental de
La Española en el mar Caribe.
Al relatar este hecho en su Compendio
de historia de Santo Domingo, don José Gabriel García, casi llora: “… quedando condenada en él la parte española de la isla,
hija fiel y sufrida hasta entonces, a verse brutalmente arrancada de los brazos
de la madre ingrata con cuya memoria deliberaba, para caer en las garras de los
adustos representantes de una madrastra, que a pesar de su buena intención y de
sus sanos deseos, no podía ofrecerle en aquellos momentos sino la miseria y el
desconcierto de que era presa la compañera que pretendía darle por hermana”.
(pág. 261).
Quien conoce
la historia habla con más mesura.
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Saludos.
Mi blogs tiene problemas e ignoro las razones