Cuba acusa a Estados Unidos de tener odio y desestabilizar.

Santo Domingo, R.D.-El gobierno de los Estados Unidos se empeña en desestabilizar y destruir la Revolución cubana.

 

La denuncia el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la XXVIII Cumbre Iberoamericana que tuvo sede en República Dominicana.

 

Dice el mandatario que desde 2019, escaló el bloqueo contra Cuba a una dimensión extrema, infligir de manera deliberada el mayor daño posible a las familias cubanas, sembrar el desaliento, insatisfacción y estrangular la economía.

 

El daño humano que ocasiona esa política, imposible de cuantificar, es enorme y cruel.

 

Si faltaba una prueba de hasta dónde ha escalado el odio político de Estados Unidos y el mundo pudo verlo desatarse sin frenos en un escenario noble y amistoso como debe ser un terreno deportivo.

 

Señala se trató de un espectáculo vergonzoso, solo posible por la incitación activa y la complicidad de las autoridades políticas de la ciudad de Miami.

 

Recuerda el mandatario que solo por representar a Cuba porque se jugaba en un estadio de esa ciudad, peloteros, algunos de sus familiares fueron acosados y hostilizados sin ninguna consideración, en la semifinal del Clásico de Béisbol.

 

Paralelamente, como un insulto a la verdad y una ofensa a mi país, que está entre las mayores víctimas del terrorismo en el hemisferio occidental, se mantiene la injustificada inclusión de Cuba en la espuria lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, emitida unilateralmente por el Departamento de Estado. 

 

No se trata solo de una mentira, de una calumnia sin fundamento al incluir en esa lista a un país cuya conducta de firme rechazo, persecución, manifestación de terrorismo es intachable, reconocida, dificulta en extremo a transacciones financieras, comerciales, posibilidades de crédito.  

 

Valioso acompañamiento de Iberoamérica, pronunciamientos de rechazo al bloqueo y sus demandas de exclusión de Cuba de la arbitraria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, dice el presidente cubano