Grandeza de un japón. Allí nadie ha dormido con la victoria de anoche.
En Japón nadie ha dormido.
Por Marcelo Peralta
En el
mundo del deporte existen disciplinas diversas en las que hay superestrellas
que lo hacen parecer fácil, el factor esencial es la cultura y dedicación con
que lo hacen.
El béisbol
es un deporte de alcance mundial, en que se habla de figura sobresalientes por
encima del resto y que firman con equipos de Grandes Ligas por sumas millonarias.
Está
el caso Shogei Ohtani, el místico beisbolista japonés y mejor de la historia en
que batea y lanza de manera fenomenal.
Se ha
convertido en el más sensacional del béisbol nipones, al llegar a Grandes Ligas
de Estados Unidos y rehízo su hazaña en el recién Clásico Mundial de Béisbol en
que su equipo fue el campeón y él el cerrador del juego final.
Consagrado
en Estados Unidos como superestrella, lo evidenció en el Clásico Mundial que lo
hizo aún más grande elevando su nombre y llegar a lugares que muchos
desconocían.
Nacido
en Japón que tiene población de 125 millones 681 mil 593 personas, según
el último registro del año 2023, una alta densidad de población de 333
habitantes por cada kilómetros cuadrado.
Lo
fue en su país de origen y lo repite en Estados Unidos.
Anoche
en el Clásico Mundial se encargó de hacer realidad sueños increíbles
bateando y lanzando la última entrada saliendo airoso.
Millones
de fanáticos en el mundo vieron a esa estrella más grande del planeta.
Es posible
que esta historia no volvería a repetirse cuando Ohtani se enfrentó a su
compañero de equipo en Grandes Ligas y de los mejores pagados como es Mark Trout
a quien ponchٕó a final del partido y el Clásico Mundial.
“Este
es el mejor momento de mi vida”, dijo Ohtani a través de un traductor.
El
lanzador y bateador japonés, Shohei Ohtani, que usa el
número 16 terminó el partido con la victoria 3-2 ante Estados Unidos.
Es
una estrella bidireccional que cautivó a fanáticos continentales, votado el
Jugador Más Valioso, bateó 435 con un jonrón; 4 dobles; 8 carreras impulsadas;
le dieron 10 bases por bolas; ganó 2 partidos sin derrotas; logró un salvamento;
efectividad de 1.86 en el montículo; ponchó 11 contrarios y efectividad de 9.2
entradas.
Con
edad de 29 años, educado, respetuoso llegará muy lejos todavía en el béisbol de
Estados Unidos.
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