Rumbo que propone el CRD para eliminar la delincuencia y sus males
Por: Dra. Guillermina Altagracia Marizàn Santana, Directora de la Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) y Juez.
Introducción:
Las estrategias pro el progreso social y el
desarrollo institucional que promueve el Consejo Regional de Desarrollo, Inc.,
(CRD), enfocan que si cierto es que en nuestra nación al igual que los demás
países que integran la población mundial se detentan criterios claros en torno
a la definición de la delincuencia, al entenderla, como el fenómeno de delinquir
o de cometer actos fuera de las reglas y normas conductuales que impone y
requiere toda sociedad.
Sin embargo, pese a los conceptos referidos,
conforme a los diversos estudios sobre el tema en cuestión del
organismo de desarrollo, es poco lo que cada ciudadano y nuestras instituciones
se han propuesto conocer sobre las verdaderas causas por las que tanto en su
etapa juvenil como al llegar a la adultez, un joven pueda quedar atrapado en un
modo de vivir que le sumerge en un estado delincuencial, además, cómo lograr
con eficiencia que el mismo salga de tan lastimosa situación que denigra a él y
a su núcleo familiar.
Rumbo este que estima que se impone, no solamente
por requerirlo nuestras familias, sino también, para procurar una cura
eficiente a las gravosísimas problemáticas que por muchas décadas han afectados
y lacerados a nuestra entidades estatales y sociales, al ser impactadas por las
perjudiciales males causados por los comportamientos delincuenciales
engendrados en los entornos que crecen y se forman los niños y los jóvenes.
Por ello, considera que se impone reivindicar a las
familias y las demás instituciones públicas y privadas, rompiendo con los
antivalores, teniendo de luz y guía a los liderazgos más idóneos, además, de
las enseñanzas y garantías que ofrece una sociedad soportada en sus mejores
valores.
Soportado en dicho contexto y realidad social,
visualiza indispensable encarar al fondo la problemática, a través de las
alternativas recogidas en este trabajo, para permitir encauzar armónicamente la
paz y el desarrollo social, además de consolidar los factores que garanticen la
seguridad ciudadana y la protección del país frente a los diversos males que
obstaculizan su desarrollo.
Causas visualizadas por el CRD engendradoras de la
delincuencia:
Conforme
a las conclusiones contenidas en los estudios del CRD, las causas pueden ser
orgánicas, fisiológicas y patológicas, además sociales, debido a las
influencias externas originadas por el entorno en el que se desarrolla cada
persona los primeros años de su vida, así como por la carencia de afectos y
atención por parte de los padres o simplemente por una mala orientación.
Al
respecto, visualizan que las actividades ilegales que desarrollan jóvenes,
cuyas conductas no discurren por las normas sociales aceptadas, ni siguen las
mismas pautas de integración que la mayoría, no surgen repentinamente, sino que
forman parte de un proceso gradual de socialización desviada que poco a poco se
va agravando. Este proceso recoge que se manifiesta más agudamente en la
adolescencia, cuando el joven está más capacitado para realizar acciones por
cuenta propia.
Con
relación a lo anterior citado, agregan que entre adolescentes no se puede
considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan
entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En
algunos jóvenes la delincuencia es transitoria, utilizándola para llamar la
atención, mientras que para otros se convierte en una norma de vida. Cuanto más
joven sea el delincuente, más probabilidades habrá de que reincida, y los
reincidentes a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en
delincuentes adultos.
Contemplan
pues, que los niños colocados en un medio muy pobre o que viven en condiciones
difíciles están fuertemente tentados a descifrar su existencia por el robo o
por la búsqueda de consolaciones dudosas, ya que el medio en que se han formado
ejerce en ellos una influencia disolvente golpeadora de
la vida moral.
Como
agravante a los anteriores señalamientos, que hoy en día los medios y familias
más afortunadas en cuanto a riquezas
materiales son cultivos para la formación de
delincuentes, debido a los tristes dramas y los vacíos espirituales y
familiares que padecen, en estas familias los niños disponen de mucho más
dinero y comodidades que otras clases, lo que dá por resultado que la sociedad
haga nacer nuevas y grandes necesidades que sólo pueden ser satisfechas por
actos represivos y delictuales.
Pondera
que muchos padres se convierten en actores de la formación de los delincuentes
por olvidar inculcar a sus hijos los valores morales, la integridad
moral y la dignidad que todo hombre y mujer debe tener; además, por
su falta de discernimiento para dar soporte a sus hijos engendrados en familias
disociadas o en que las priman la falta del entendimiento y diálogo entre sus
dos principales cabezas: El Padre y la Madre.
En
dicho proceder, asume que los niños que ven a sus padres disputarse entre sí,
juzgan a la sociedad en su conjunto sobre el mismo modelo, y llegan
a creer que ellos también deben defender violentamente su punto de vista si no
quieren ser aplastados.
Une
a lo anterior, los impactos negativos de la severidad excesiva, al entender que
cuando los padres son muy exigentes pretendiendo mediante la fuerza y la
violencia hacer perfecto al niño y al adolescente, hacen nacer la rebeldía en
el lugar que debe ocupar en ellos, la honradez y la no delincuencia.
Directrices sugeridas por el CRD:
Para
cambiar de rumbo en el crecimiento sin control de la delincuencia, llama
a denunciar los errores de la educación en el hogar y en nuestras
instituciones, así como también corregirlos, empleando acciones colectivas y
personales, que sirvan de antídotos frente a las causas que dan vida a los
diversos métodos que actualmente se emplean para delinquir.
Como
complemento importante, estima indelegable, erradicar el comportamiento
incorrecto de una gran proporción de los padres en nuestra sociedad, quienes al
descuidar la vigilancia sobre sus hijos, obnubilados en
el espejismo y la falsa creencia de tener una familia que
está unida o perfecta, los lleva a cometer el grave error de
dejarlos sin su vigilancia y con una libertad que les hace perder la
ruta idónea que debe guiar sus conductas, a tal extremo, que se hunden en el
libertinaje y el desorden.
basado
en estos criterios, para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) subsanar
la delincuencia juvenil y detener que nuestros hijos caigan en ella, conlleva
entender que su solución no se encuentra en modificar código ni el
endurecimiento de las penas, sino en valorar como tarea
prioritaria, padres y madres identificados con las metas sociales
que les corresponden asumir, para dar paso a mejores familias y con ellas a una
sociedad dominicana que garantice mejores entornos y una paz social sustentable
a las presentes y futuras generaciones.
La autora es:
Dra. Guillermina Altagracia Marizàn Santana, Directora de
la Comisión de Género del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Juez y
Doctora en Derecho. Tel. 809-244-5496.- Correo: crd.consejoregionaldedesarrollo@yahoo.com.
San Francisco de Macorís. RD.
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