Farah Josefina Cabrera Estévez es diseñadora y un ejemplo a ”emular”,
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- La famosa diseñadora santiaguera, Farah Josefina Cabrera
Estévez, afirma es producto de la fe de su bisabuelo, la fe en Dios, uso de remedios
caseros le salvaron la vida, porque médicos la desahuciaron cuando joven por
haber sufrido una enfermedad de “tifus”.
“Mi abuela me llevó para donde mis bisabuelos Paula Ramos y Manuel Santana, por eso digo que soy producto de la fe de mi bisabuelo y de los remedios caseros porque los médicos me habían desahuciado”.
“Y por supuesto, por la obra de Dios”. “Mi madre nos visitaba en
vacaciones cuando podía venir a Santiago”.
Está entre las mejores siete diseñadoras
dominicanas y su mayor orgullo es decir “santiaguera de nacimiento y de corazón”.
Nació en Santiago en el año 1941 y a sus 82 años está como el primer “guandul”
y no piensa retirarse por el momento, porque es “apasionada” a la profesión que
estudió.
Hija de padres divorciados y doña Tita Lola que es la “mamá” de los León
Estévez, llevó a su madre a Santo Domingo para que se abriera camino.
Se define santiaguera de “verdad”, la cual es considerada de las
primeras diseñadoras de República Dominicana y reconocida en el mundo.
Tuvo la oportunidad de dirigir la primera Escuela de Diseño del país, en
1968 que pertenece a la Universidad Mundial Dominicana.
Empezó a trabajar en diciembre de 1987 y desde entonces no ha parado y ni
personarlo que lo vaya a dejar.
Ella se dejó con su hermana Lourdes Sofía de Estévez y José Antonio
Estévez hasta que las cosas se solucionaran.
Relata Farah Josefina Cabrera Estévez su
hermana estaba recién nacida.
El Ayuntamiento de Santiago la ha reconocido, dibujando un mural en su
honor.
Aprendió a cocinar, lavar, planchar, hacer oficios y tarea doméstica
desde la edad de 10 años y debía levantarse a las 5 de la mañana a estudiar
antes de ir a la escuela.
Desde los 10 años aprendió hacer su ropa porque en la casa de su abuela
había una máquina de coser, ella y su mamá eran modistas.
Recuerda hizo un vestido y la gente se volvió loca con él, porque medio
Santiago quería uno igual.
Era de color azul marino, con tela de algodón, escote en V y la falda de
vuelos alternados uno azul marino y otro de tiras bordadas blancas.
“La verdad que era bonito y novedoso” a pesar de que cuando hizo la
creación tenía diez años de edad.
Su mamá era Yolanda Estévez fue una persona maravillosa, lamentablemente
le dio Covid19 y murió.
Fue valiente, luchadora incansable, trabajaba modista y con lo que ganaba
pagó los mejores colegios de Santiago.
Ya retirada del oficio, le daba opiniones sobre trabajos que hacía, la
ayudaba en el taller a bordar, las terminaciones de mano, ella era una mujer
fuera de serie.
Farah no conoció a su padre biológico y Rafael Fernández Báez que era médico
y esposo de su madre al que amaba porque era afable.
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