Voces y ecos
Con la promulgación de la ley 502-08, se asignó a la Biblioteca Nacional
la misión de supervisar y comprobar el estado en que se encuentran las
bibliotecas públicas en los municipios. Las visitas técnicas a diversas
localidades han permitido comprobar que son penosas las condiciones en que
éstas funcionan.
En los recorridos realizados por técnicos y ejecutivos de la Biblioteca
Nacional se ha orientado a los alcaldes en lo relativo a la ley 502-08, del Libro
y las Bibliotecas, y su importancia, y acerca de las responsabilidades de los
gobiernos municipales en la creación de bibliotecas públicas en sus
localidades.
Ha sido comprobado el estado de abandono en que se encuentran las
bibliotecas municipales, muchas de ellas están cerradas por falta de personal
calificado. Algunas alcaldías las han convertido en almacén de depósitos de
herramientas, documentos y otros tereques.
Sus mobiliarios están deteriorados, ocupan espacios muy pequeños para
albergar los libros y materiales que poseen, por lo general necesitan adquirir
nuevas estanterías para organizar sus fondos bibliográficos. Lo más frecuente
es la desidia de los gobiernos locales para restablecer las bibliotecas.
En la región Este, por ejemplo, la mayoría de las bibliotecas
municipales están cerradas o en proceso de reparación, sus locales resultan muy
pequeños en condiciones precarias para albergar fondos bibliográficos, algunos
de esos espacios carecen de climatización adecuada para el funcionamiento de la
biblioteca.
Solo Higüey y San Pedro de Macorís poseen buenas bibliotecas, protegidas
y preservadas por sus alcaldes. Algunos
ejecutivos municipales de la región han mostrado interés en la instalación de
bibliotecas en sus municipios, bajo la asesoría de la Biblioteca Nacional. La
alcaldesa de Miches, Luz Mercedes, es buen ejemplo.
En el Sur, a pesar de las precariedades económicas, las alcaldías hacen
esfuerzos para la construcción de bibliotecas en sus municipios. Algunas reúnen condiciones mínimas, pero sus
fondos bibliográficos requieren ampliación y actualización. El personal trabaja
con sueldos muy bajos.
En cuanto al Cibao, la mayoría de los municipios poseen bibliotecas
públicas, algunas de ellas con locales amplios con buena climatización, condiciones
aptas y valiosos fondos bibliográficos. Hay que destacar la existencia, en
Puerto Plata, de la rica biblioteca organizada por la Sociedad Cultural
Renovación, el modelo deseable.
Hay bibliotecas en buenas condiciones en Santiago de los Caballeros, como la de Amantes de la Luz; La Vega, de la sociedad Progresista; en Moca, el esfuerzo de las autoridades es notorio y la biblioteca municipal es una realidad. Lo mismo diremos de San Francisco de Macorís. En muchos pueblos falta la biblioteca y sobra desidia de autoridades.
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