Lo que ignoró el PLD y lo que copió Abinader
A partir del 2027, el liderazgo
regional, bajo el timón de Santiago de los Caballeros, incrementó su lucha
regionalista por más inversiones públicas, lo que provocó el reagrupamiento de
instituciones económicas y sociales.
Y también se profundizaron los
graves problemas internos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Santiago,
originándose posteriormente la renuncia del presidente de esa
entidad en esta jurisdicción, Ángel Julián Serulle Ramia,
quien fue sustituido por Ramón Ventura Camejo, quien logró una victoria
electoral que parecía era del Partido Revolucionario Dominicano
(PRD) en l 2008.
Ese mejoramiento del PLD aportó mucho
a la victoria de Leonel Fernández en las elecciones del 2008, gobierno que ya era
enfrentado por el Cibao, el cual se quejaba, a través de sus líderes, de que
la mayoría de las inversiones públicas eran realizadas en el Distrito Nacional.
Pero el PLD
fue ignorando las causas que comenzaban a carcomer la base de su
sostenimiento en el gobierno, básicamente en el exigente Cibao,
responsable de aportarle al gobierno el 41 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB). Santiago, según lo afirmado por el presidente
de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago, Sandy Filpo,
aporta el 17%, pero apenas recibe un 3 por ciento en obras.
En el 2012, el candidato presidencial
del PLD, Danilo Medina, ganó las elecciones nacionales, pero perdió en el Cibao. Las
exigencias del empresariado y parte del liderazgo del PLD por más inversiones
públicas se incrementaba en
el Cibao, con
Santiago dirigiendo, pero las respuestas oficiales fueron muy tímidas.
En los tres gobiernos de Leonel
Fernández, la mayoría de las inversiones fueron para el Distrito Nacional. En
el 2016, Danilo Medina volvió a ganar las elecciones nacionales, pero también
fue derrotado en el Cibao. En el 2012
Danilo Medina ganó la Presidencia de la República, pero perdió el Cibao.
En el 2016, Medina
volvió a ganar las elecciones, pero perdió el Cibao de Luis Abinader.
En el 2020, el PLD perdió en el Cibao las elecciones nacionales, con el agravante que también
fue derrotado en los comicios municipales y congresionales.
El PLD perdió dos de las senadorías que
se consideraban de las más fuertes a nivel nacional, como son las de las
Provincias de Santiago y Espaillat. Ahí fueron derrotados los senadores Julio César
Valentín y José Rafael Vargas Pantaleón.
Para fortalecer ese trabajo político, Abinader escogió
como su compañera de boleta a la empresaria Raquel Peña, quien es hoy la
vicepresidenta de la República. Con todo ese andamiaje, la oposición logró bajar del
poder al PLD.
Pero debemos ser realistas, porque
hay que admitir que el entonces Presidente Medina tomó la decisión de aumentar
las inversiones, a partir de la mitad de su segundo
período en el Cibao, lo que
contribuyó a mejorar la posición del PLD en Santiago.
A los problemas citados, se
le agrega que la mayoría de funcionarios se olvidó de la base del PLD. E,
incluso, millares de peledeístas y
aliados no pudieron ser beneficiados con los planes sociales del gobierno, por
falta de gestión de la mayoría de los altos dirigentes. ¡Ni siquiera les tomaban el teléfono a los
dirigentes o simpatizantes de la base, porque sabían que era para tratarles
problemas!
En el caso de Santiago, el PLD
demostró su fortaleza, porque retuvo sus seis candidaturas a diputados, aunque
cambió a casi todos los legisladores actuales del momento, para escoger a otros
morados, castigando, de manera severa, al senador Julio César Valentín, el cual
perdió de 70 a 30 por ciento de Eduardo Estrella, el candidato del
Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Otro problema fue que la mayoría de
los miembros del Comité Político del PLD, no abrazó el movimiento
reeleccionista a favor del Presidente Danilo Medina, impulsado por Ramón
Ventura Camejo, José Ramón Fadul y
Silvio Durán, los tres de Santiago. El Municipio de Santiago también
retuvo la poderosa Alcaldía Municipal en la figura del peledeísta Abel
Martínez.
Danilo Medina no optó por su repostulación,
pero estaba facultado, en virtud de que la Constitución de la República permite
ocho años consecutivos y el entonces gobernante sólo llevaba cuatro, luego de
la modificación.
Muchos de
los dirigentes de la base de los partidos políticos no quieren empleos, sino
otras soluciones que están disponibles en el Estado. A los
problemas de la base del PLD, se le sumó la forma negativa cómo el gobierno morado trató
a la mayoría de medios
de comunicaciones aliados. Muchos programas y periódicos digitales vinculados al
PLD desaparecieron por falta de publicidad.
Los capitaleños dicen que los
afectados fueron más de 400 medios de comunicaciones, sólo en las grandes
ciudades. Otros sobrevivieron con muchas limitaciones,
eliminando su personal hasta en un 90%. El error
principal fue concentrar en el Palacio Nacional toda la publicidad, para
manejarla como un negocio particular.
Es importante destacar la
forma equilibrada que manejó la publicidad el anterior director de la
Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN), Silvio Durán,
favoreciendo a comunicadores oficialistas y opositores, lo que motivó el
reconocimiento de parte de varias instituciones de la
comunicación, incluyendo al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
También hay que destacar la
distribución equitativa de la publicidad que hizo el
Ministerio de Administración Pública (MAP), que tenía como ministro a Ramón Ventura Camejo. ¡Del poco
dinerito que recibía para ese renglón!
El Presidente Abinader,
del Partido Revolucionario Moderno (PRM), bien enterado de esa situación, parece que
está decidido a convertir al Cibao en una
“fortaleza política”, disponiendo obras, ordenando soluciones a problemas
comunes, reuniéndose con los diferentes sectores y trasladándose a las diferentes
comunidades cibaeñas, para tener contactos directos con sus habitantes.
La gestión de Danilo
Medina fue buena, independientemente que en las investigaciones aparezcan cosas
indebidas hechas por algunos de sus funcionarios. ¡En un gobierno cada quien
debe responder por sus hechos! Hoy, el país tiene en la
Presidencia de la República a un hombre, Luis Abinader, que en
la campaña electoral actuó de una manera muy distinta a lo que está haciendo ahora con un alto
grado de positivismo.
El mensaje más claro del
Presidente Abinader en su interés
por mantener el apoyo del Cibao, es que su primer Consejo de Gobierno lo hizo en
Santiago. Al PLD le advertimos que debería postular un candidato o candidata a
la Vicepresidencia de la República de Santiago, si el aspirante a la Presidencia, como ocurrió en
todos sus
períodos, no era del Cibao. ¡Nunca lo hizo y pagó las consecuencias!
El actual gobernante
es hijo del ex senador por Santiago, José Rafael Abinader, y la señora Rosa Sula Corona, ambos del Cibao. El jefe de
Estado, que nació en Santo
Domingo, parece que hará su carrera política impulsado por la sangre cibaeña. Leonel Fernández es hijo de un cibaeño, pero nacido en la capital. Sus principales obras, como
Presidente de la República, no
favorecieron a esta región.
Danilo
Medina distribuyó sus obras en todo el país, pero no dejó satisfecho al liderazgo de
Santiago, que exigía más en
comparación con su PIB, aunque ese ex gobernante, con lo que hizo como jefe de
Estado, está en el “ajedrez” empresarial cibaeño.
El
Presidente Abinader, con esos conocimientos, tratará de aumentar su
posición política en el Cibao, que demostró, con sus votos, ser un adversario del PLD, aunque le
dejó una “ventana abierta” a Danilo Medina. Aunque la Fuerza del Pueblo que dirige Leonel Fernández está haciendo
esfuerzos para tratar de fortalecerse, el Cibao parece que estará moviéndose entre los liderazgos de Medina y Abinader.
La
mayoría de los altos funcionarios morados no hizo su trabajo político en las
elecciones pasadas y su candidato presidencial, Gonzalo Castillo, perdió las
elecciones. El propio ex Presidente Medina dijo que la mayoría de ellos no trabajó porque
exigían dinero y más dinero.
Si
el Presidente Abinader sigue con su mismo estilo, el PLD, que es la oposición del gobierno, tendrá que buscarse la forma de cómo recomponerse, incorporando nuevas figuras a sus
Comités Político y Central, sean
jóvenes o personas “maduras”.
¡Gracias
por leernos!
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