Periodista y Maestro Luis Amilkar Gómez propone quitar nombres de calles, avenidas y museos de extranjeros y colocar de los dominicanos.

Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- El historiador, periodista, maestro, ingeniero y escritor, Luis Amilkar Gómez, nativo de la provincia Santiago Rodríguez y radicado en Estados Unidos instó al Congreso Nacional revisar las calles y avenidas cuyos nombres fueron colocados por desenfreno histerismo para honrar sus memorias sin merecerlos.
Gómez sostiene que la historia de América Latina debe reescribirse ya que hay muchas calles, avenidas, estatuas y monumentos que llevan los nombres de "conquistadores" y héroes extranjeros que nada tuvieron que ver con la vida del latinoamericano.
Cita que la República Dominicana no es la excepción, ya que muchos fueron exterminadores de los indígenas o promotores de invasiones y guerras.
Hace menci`n que que en Santo Domingo, hay estatuas y monumentos que resaltan las figuras de aventureros europeos, cuyos objetivos siempre fue llevar botines a sus países; asesinar a los nativos en caso que fuera necesario, a quien tratara de impedirlo.
Gómez dice que lo más vergonzoso es que las principales avenidas de la Capital en Santo Domingo, República Dominicana llevan nombres de extranjeros que nada tienen que ver con la historia del país.
Señala que las principales avenidas de la ciudad Santo Domingo que es la Primada de América se plasman los nombres de George Washington, Abraham Lincoln, Winston Churchil, Charles Summer.
Lo sorprendente, señala el académico, que la designación de una avenida con el nombre de “Ciudad de Sarasota”, fue que en el año 1963 en el gobierno de Juan Bosch, el país fue invitado por el expresidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, quien en el 1956 había convocado a los presidentes de América Latina para un mejor entendimiento entre los pueblos, crear amigos y preservar la paz.
Ese programa se denominó “Ciudades Hermanas” y la sede fue en Sarasota y organizada en el año 1956 por dominicanos para intercambiar cultura, planes de cooperación y apoyo mutuo como “ciudad Gemela” de la Capital Dominicana.
En tanto, qu7 Gómez sostiene, que los noroestanos estimulados por el patriotismo y sin tener idea de la magnitud del riesgo, un puñado de 80 hombres encabezados por el general Carlos Daniel salieron desde Santa Cruz de Mao para esperar las tropas de ocupación, siendo el punto escogido fue el cerro de la Barranquita cerca de los entonces parajes de Guayacanes y Maizal, en que se unió el capitán Máximo Cabral, miembro del ejército dominicano.
El coronel Joseph Pendentlon, comandante de las fuerzas enemigas de ocupación, salió de Montecristi el 25 de Junio de ese 1916 con 867 hombres bajo su mando y delante venía una guardia de avance de Infantes que continuaba un cuerpo principal formado en infantería, artillería, un hospital móvil y tren de provisiones.
En que la bravura increíble de los dominicanos detuvo por un tiempo prolongado a este gran ejército, y en un momento hasta lo hizo retroceder, por valor y defensa a la Soberanía Nacional, llenos de patriotismo elevados a su máxima expresión, podían darles a estos 80 prohombres la fuerza suficiente para enfrentar, resistir con fortaleza a ese ejército de más de 800 soldados entrenados, fuertemente armados y derrotarlos.
Recuerda Luis Amilkar Gómez que ese acontecimiento histórico en que dominicanos son ignorados y grandes luchadores de la Restauración de la República descansan en el olvido de su tumba.
Señala que pareciera que hasta en el heroísmo, preferimos al extranjero.
Plantea que históricamente se vienen realizando acciones para mantener nombres de personas que nada aportan al quehacer dominicano mientras se premia a extranjeros, y eso “hay que revisarlo”, sostiene Gómez.
Y plantea que eso “hay que revisarlo, hacer más lúcidos y que los congresistas conozcan las exactitudes de lo que significa el esfuerzo, valor y patriotismo de esos prohombres que ofrendaron sus vidas en la defensa del país en aquellos momentos difíciles.
Cuestiona que en algunas otras localidades, la precipitación y la incultura de autoridades y regidores precipitaba quitar nombres a calles de personas que nada aportaron al país.
Entiende Gómez la sugerencia que plantea no busca entrar en polémicas ni diatribas, porque ese no es su estilo, y mucho menos inundar con disquisiciones políticas que no vayan a conducir a ocasionar dolores de cabeza, pero que se debe honrar a quienes lo merecen.
Expone que muchos de esos lugares donde el tránsito humano cotidiano ofrece la versión de la ciudad, de la historia, caminar en el tiempo para devolver la vida de los acontecimientos vividos en el pasado.
El historiador y formador de jóvenes indica que mientras tanto, los mártires de “La Barranquita” del 15 del mes de mayo del año 1916 que fue un símbolo de lucha y heroísmo acaecido en la Provincia Presidente José Desiderio Valverde simbolizó la resistencia del pueblo y el ejército dominicano a la violación de la Soberanía por el ejército extranjero cuando los Estados Unidos de América, acechaba la oportunidad para imponer sus designios sobre la Región del Caribe y que provocó la renuncia del presidente Juan Isidro Jiménez y esos forjadores hombre sno son reconocidos como lo merecen.

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