Roberto Santana corrupción en cárcel de La Victoria es terrible. Encargado de cárcel recibe 7 millones de pesos semanales de los narcotraficantes.

El encargado de seguridad de la cárcel de La Victoria recibe cada semana siete millones de pesos de corrupción en ese penal, afirmó uno de los principales expertos dominicanos en sistema penitenciario y asesor honorífico del presidente Luis Abinader en esa área.

Roberto Santana Sánchez, pasado Coordinador del Nuevo Modelo Penitenciario Dominicano, quien fue enfático en señalar que esa situación es conocida por la Procuraduría General de la República, pero, la situación se mantiene.

Dijo cada semana el encargado de la seguridad de ese penal recoge 7 millones de pesos entregados por narcotraficantes presos, dueños de negocios dentro del penal, personas que van de visitas y otros vinculados a las actividades ilícitas.

Santana lanzó fuertes críticas al deterioro del sistema penitenciario, señalando que hasta el nuevo modelo ya experimenta degradación.

Lo atribuyó a que más de 500 miembros del nuevo modelo penitenciario han renunciado por la situación y a otros los han mandado al viejo modelo haciendo que el sistema corrupto los arrope.

Aseguró que la gestión gubernamental anterior deterioró en un 40% el nuevo modelo penitenciario y en la actualidad esa situación se ha ido acentuando.

Se preguntó el por qué no se han puesto en funcionamiento los pabellones de la Nueva Victoria, cuya construcción está concluida, para así fortalecer el Nuevo Modelo.

Explicó Esas instalaciones lo que se ha pretendido hacer es simplemente trasladar los presos que ahora están en La Victoria, lo que dijo sería trasladar la corrupción del penal actual.

Roberto Santana, uno de los expertos penitenciarios más reconocidos de la región, se refirió en esos términos en el programa “Esta noche Mariasela”.

Respecto a la cacareada reforma de la Policía, exhortación a la Procuraduría que no permita que el Nuevo Modelo Penitenciario continúe deteriorándose.

Señaló ha puesto las situaciones denunciadas al presidente Abinader.

Roberto Santana Sánchez, es un hombre de valores patrios, de honestidad, solidaridad y respeto, se radicó en la ciudad capital.

Presidió la poderosa y combativa Federación de Estudiantes Dominicanos cuando era presidente de esa entidad en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, para al graduarse pasar a formar parte de su cuerpo profesoral.

Escogido por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, como su Decano, donde revolucionó el accionar académico, elevando el nivel de sus diferentes escuelas.

Pero, su carrera académica no quedó ahí. Luego de ser Decano, fue electo Rector Magnífi co de la UASD.

Su vida social y política ha estado ligada desde siempre a la academia, desde donde no ha escatimado esfuerzos para poner sus conocimientos a disposición de los mejores intereses del país, y de aquellas naciones que lo han requerido.

En aquel momento, luchando contra la represión, por el respeto de los derechos humanos, por el respeto de las libertades públicas, y en solidaridad con la lucha de los pueblos latinoamericanos y el mundo subdesarrollado.

Y fue en ese largo ejercicio de lucha por la democracia y los derechos ciudadanos, en el cual, en más de una ocasión fue apresado por las autoridades policiales y militares de turno, en más de 70 ocasiones, donde pudo conocer la realidad viva y cruda de las cárceles dominicanas.

La realidad de la agonía de seres humanos reducidos a miserias humanas.

La realidad de la tortura. La realidad del soborno, del tráfico de armas, prostitución y juego de azar.

Fue por ello que cuando el entonces Procurador General de la República, doctor Víctor Céspedes Martínez, le pidió su opinión acerca del tipo de institución a crear para impulsar una verdadera reforma penitenciaria en la República Dominicana, inmediatamente le respondió que debía ser una escuela, ya que él era un profesor.

Fue así que nació, la Escuela Nacional Penitenciaria, creada mediante resolución número 10468 del 30 de julio de 2003, en su ordinal Quinto.

Desde entonces, y acompañado de su inseparable amigo, Ysmael Paniagua Guerrero, así como de Doña María Sánchez, Adonis Martín y el extinto Maestro, Ildefonso Guimes Naut, Roberto Santana Sánchez ha trabajado día y noche por la transformación del oprobioso, corrupto e inhumano sistema carcelario dominicano.

Ha sido a través de la Escuela Nacional Penitenciaria desde donde se ha desarrollado la más extraordinaria revolución carcelaria que se ha conocido jamás en la República Dominicana y buena parte del mundo.

Roberto Santana Sánchez fue su primer director general ocupando luego la posición de Coordinador del Nuevo Modelo Penitenciario Dominicano.

Es con la ENAP que se inicia la formación de los muchachos que llevaran sobre sus hombros el digno y decoroso proceso de implementación del Nuevo Modelo Penitenciario Dominicano, su administración y seguridad.

Son los Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciarios, jóvenes dominicanos, de ambos sexos que han demostrado ser el mejor equipo penitenciario del mundo.

Formados por la mejor Escuela Penitenciaria del Mundo.

Han sido miles de horas bien invertidas, a favor de la redención social de los privados de libertad, de aquellos que no tienen nada que ofrecer, de aquellos que no han sido tomados en cuenta, ni siquiera por los políticos, porque no fue hasta el presente año, en que un número reducido de ellos pudo hacer efectivo su derecho constitucional al voto.

Pero ha sido Roberto Santana Sánchez, el que ha dado la vuelta a los poco más de 48 mil kilómetros cuadrados que componen la República Dominicana, en su afán infatigable de llevar el mensaje del Nuevo Modelo Penitenciario Dominicano, que dio su primer fruto con la creación en el 2004 del primer Centro de Corrección y Rehabilitación del país, ubicado en Puerto Plata, el CCR-I, San Felipe.

Desde entonces, Roberto Santana Sánchez ha puesto en juego su salud, ha invertido recursos económicos propios para que miles de dominicanos y dominicanas, privadas de libertad, puedan disfrutar de un espacio digno, y les sean respetados sus derechos a la educación, la salud, la alimentación, el deporte, a su dignidad como seres humanos y ser preparados para la libertad.


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