República Dominicana condenada al caos insostenible caso de Haití.

La carga pesada y crisis de Haití la debe llevar República Dominicana, porque Estados Unidos, Francia, Canadá y Unión Europea lo soltaron en banda.

Por Marcelo Peralta.

Hace 30 años, desde el año 1993 Haití fue abandonado y soltado en “banda” por Estados Unidos, Francia, Canadá y Unión Europea para que esa “desgracia” caiga en los “hombros” de República Dominicana, bajo la premisa de ser el único país que se beneficia de los haitianos como trabajadores y relaciones comerciales.

El flujo migratorio de haitianos se ha incrementado a República Dominicana por tener autoridades corruptas, productores agrícolas y empresarios que nse prestan a contratar manos de obras baratas, militares fronterizos fáciles de sobornar, falta de conciencia ciudadana, antipatriotas, cónsules con el signo de pesos en la frente y propiciadores de llenar este país de haitianos.

Por la cantidad de haitianos, muchos de ellos vagando, traficantes de drogas, armas, ladrones, asesinos, violadores de mujeres, dominicanos confabulados y ahora se añade el tráfico de haitianos con viajes ilegales a Puerto Rico lo que pone más en peligro la Soberanía Nacional.

Más, la odiosa y malsana tareas de sectores económicos de poder corrompiendo a jóvenes hembras y varones mediante el tráfico, venta, consumo de drogas, “teteos”, incursión en bandas de atracadores, asaltantes, son planes orquestados y planificados a llevar al país a un “caos” insostenible, peor que lo que sucede en la actualidad en Haití con el objetivo de obtener ventajas económicas.

El gobierno, las instituciones de sanos pensamientos están abocadas a la garantizar paz, prosperidad universal con el objetivo de encausar alternativas evitando que la violencia haitiana tenga espacio en República Dominicana.

Es obvio, de no poner freno a la migración masiva de haitianos, el país está frente a una profunda crisis alimenticia, sanitaria, con ramificaciones mayúsculas por encima a la existente en Haití.

Ese medio pedazo de tierra integrado por gentes violentas, llenas de virus, insalubridad, poca letrada, limitaciones de convivencia, llenos de pandemia, trastornados, vidas frustradas, economías deterioradas, el peor del Caribe, con divergencia entre ricos y pobres.

La invasión haitiana está devastando la economía de este país, imponiendo transculturación, destruyendo lo que dominicanos han producido y malos ciudadanos premian esta tragedia humana, sin importar el sufrimiento de hombres, mujeres y niños nativos de la tierra de Juan Pablo Duarte.

La paz dominicana se devora rápido y golpea con dureza a segmentos más vulnerables de la población, a pesar de que lucha aunque tengan bajos niveles de ingresos, hoy están frustrados por las amenazas de la presencia de haitianos que cada vez se profundiza y sin perspectivas debido a las gigantescas campañas de descréditos desatados por organizaciones internacionales con herramientas demoledoras y metidas en el país.

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