Contraste de la juventud dominicana
Por David Lorenzo
En algo más de un mes, los
acontecimientos imprevistos que se han producido en la República Dominicana,
como la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero y la
pandemia del coronavirus, ha sacado a la luz pública dos protagonistas con igualdad
de edad, pero con ideologías contrapuestas.
Los primeros, los que protestaron durante varias semanas en la
Plaza de la Bandera, en demanda de transparencia, democracia, cese de la
corrupción, la impunidad fueron jóvenes con ideologías, propósitos, que quieren
y luchan por un mundo mejor.
Y los segundos, quienes están desafiando la cuarentena por la
epidemia y a las autoridades, son también jóvenes de los barrios empobrecidos,
que se presentan borrachos, endrogados o fumando jukah.
Rompen botellas, apedrean
vehículos, lanzan piedras a la Policía y los amenazan con recibirlos a tiros.
Son las lacras sociales y
muchos de ellos son los viciosos que atracan y matan hasta por un simple
celular.
Se sienten feliz haciéndose
más visibles y desafiado a la Policía.
No tienen ideologías y no saben hacia dónde van, aunque vean a
otros de sus compañeros en prisión o muertos en enfrentamientos entre ellos o
con la Policía.
Esa tragedia para ellos es una
diversión.
Pero esa es nuestra realidad, una juventud que es un barco a la
deriva que se hunde un poco cada día, pero afortunadamente, otra que vez la
vida color esperanza.
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