El Covid-19, deterioro del confinamientoy preocupación
I.- Opiniones buenas y malvadas
1.- En los períodos de desgracia para la humanidad
hacen acto de presencia ideas que brotan de cerebros tan lúcidos como
perversos. Hay que cuidarse de que opiniones venenosas no
lleguen a impurificar a quienes piensan sanamente, principalmente ahora que el
Covid-19 impulsa a opinadores que gozan difundiendo calamidades, aunque las
adornan con mensajes de felicidad.
2.- Ante la embestida desatada por
el Covid-19, algunos intelectuales haciendo el papel de falsos
encantadores han elaborado tenebrosas teorías para justificar la apertura de la
economía y que los trabajadores abandonen la medida preventiva de
aislamiento social y decidan regresar a sus labores.
3.- En la cabeza de un médico e
inversionista norteamericano, de nombre Michael Burry,
que encarna la mente diabólica de Adolf Hitler, como
excusa para abrir la economía en los
Estados Unidos, lanzó una serie de propuestas
en las que sostiene que la política de
aislamiento social causa mayores daños que el Covid-19, ya que este solo
ataca el 0.2 %, de personas mayores y con ciertas enfermedades.
Su posición se reduce a que hay que abrir la economía aunque el virus mate a
ancianos, diabéticos, hipertensos y a los obesos, colocando a estos como carga
sociales.
4.- Así como escuchamos tesis
perturbantes y ausentes de contenido humanista, también
disfrutamos el encanto de la voz del más fiel y consecuente predicador del
cristianismo en los últimos decenios, el Papa Francisco, cuando exclama
misericordia con un mensaje dirigido a todo el mundo en el que, haciendo
mención de la crisis desencadenada por el coronavirus“pidió acabar con las guerras y la producción de armas, así como
“relajar” las sanciones internacionales que sufren los países afectados por el
virus y que les impide ofrecer una ayuda adecuada a sus ciudadanos”.
5.- El Covid-19, no necesitaba venir para poner a
prueba el pensamiento noble de la mayor cantidad de millones
de personas que habitan en el planeta tierra, pero su
presencia ha hecho posible saber lo que es la ideología siniestra de
gobernantes como Donald Trump, quien en sus expresiones y
actos destila odio a colectivos humanos, como se evidencia con el
recrudecimiento, en plena pandemia, de sanciones a Cuba y a Venezuela.
II.- El Covid-19 imponiendo miedo a la
humanidad
6.- El tiempo que estamos viviendo está rodeado de
hechos que causan traumas psíquicos hasta al que está preparado para las
situaciones no comunes ni ordinarias.Loinsólito no es sorpresa en la época de
Covid-19.Hasta el que tiene como hábito mentir, no puede decir que hoy permanece
libre de pavor porque la serenidad de ánimo se mantiene alterada.
7.- En esta época del Covid-19 lo que a diario
vemos son impresiones repentinas de miedo en el rostro de nuestros
compatriotas. La comunidad humana de la mayor parte del mundo se mantiene en
estado de incertidumbre; en condición de excitación y con los nervios
irritables. En cada persona se advierte hoy una condición como si se encontrara en un trance producido
por debilidad mental manifestada en tristeza y temor.
8.- Sin haber cometido falta alguna, el Covid-19, ha
sancionado a la especie humana
imponiéndole la muerte, el encerramiento, la neurastenia, perturbación de la
razón y cuantos trastornos afligen.
9.- El Covid-19, se ha dispuesto en su misión macabra
convertir a mujeres y hombres de seres vivos, en cadáveres, y a los que tienen
la dicha de permanecer con vida, que sigan existiendo, pero como trapos viejos
y rotos, puros guiñapos.
III.- El momento es para médicos de alto nivel en su especialidad
10.- En estos momentos de incertidumbre, la comunidad
científica nacional dominicana, vinculada con las ciencias médicas, tiene la obligación de explicarle al país
cuál es su opinión irrefutable con relación asi por el método utilizado
actualmente en nariz y garganta, es posible certificar en un 90% o más, la certeza de las pruebas que se
están realizando para determinar si una persona está afectada del Covid-19.
11.- El país requiere hoy el comportamiento más
responsable de sus mujeres y hombres ligados a la medicina. Los galenos que son verdaderos
estudiosos; los maestros de la medicina;
aquellos que poseen sabiduría excepcional; conocimientos profundos en sus
respectivas especialidades como infectólogos y neumólogos, deben fijar en forma
pormenorizada sus opiniones respecto a temas de importancia relacionados con el
Covid-19, y el valor de las pruebas.
12.- Talvez como
nunca antes, nuestro pueblo está pasando por un proceso de aturdimiento
colectivo, y precisa ser debidamente orientado. La ocasión no es para brujos,
matasanos ni medicuchos; lo mejor de la población dominicana quiere recibir la
orientación certera de aquellos que bien merecen ser llamados como sabios,
maestros de la medicina en las áreas que hoy es de su competencia. Las
actitudes de medias tintas no cuadran en aquellos que la sociedad
dominicana califica como sabihondos de
la carrera que escogieron para aportarle salud a todo aquel que la requiera o
necesite una consulta oportuna e idónea.
IV.- Reflexiones finales
13.- Como ser
humano, ciudadano del mundo y particularmente como dominicano, me siento
sumamente preocupado porque tengo la impresión, partiendo de las informaciones
que he recibido, que totalmente se
ha perdido la única medida de prevención
efectiva para evitar la contaminación, el aislamiento social. El día de ayer, el
Centro Histórico de Santiago de los Caballeros, parecía que había ganado el
campeonato el equipo Águilas Cibaeñas,
por la gran acumulación de persona.
14.- Con el Covid-19
las debilidades sistémicas han salido a relucir. A nadie le pasó por la
mente pensar que los Estados Unidos de Norteamérica, al igual que otros países
dominados por el sistema capitalista, utilizarían la piratería y el robo de
equipos a utilizar en los hospitales, como ha ocurrido con la sustracción e
incautación de mascarillas, ventiladores
y respiradores mecánicos.
15.- El
Covid-19 le ha dado la oportunidad a lo mejor del pueblo dominicano de conocer
la ausencia de sensibilidad en aquellos políticos que demuestran anteponer sus
apetencias personales y politiqueras, en lugar del interés y el dolor nacional
e internacional, como se comprueba en este momento angustioso cuando la
humanidad es víctima de 139,419
fallecidos por la pandemia, y particularmente nosotros nos lamentamos contar
con 196 muertos cuyas familias
permanecen en profunda aflicción.
16.- Mientras la generalidad de los dominicanos y las
dominicanas permanecen vivamente
lesionados anímicamente, el fenómeno de la corrupción hace acto de presencia,
conforme denuncias reciente formuladas, y algunas comprobadas. Hasta dónde va a
llegar la podredumbre de este ordenamiento social que padecemos y que muchos
luchan por prolongar.
17.- Lo que pinta la realidad de la República Dominicana
ante el Covid-19, es que la cultura del desorden, la indisciplina y la falta de
sanción harán interminable el número de
personas fallecidas. Estamos en una situación de sálvese quien pueda.
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