El COVID, pobreza y quédate en casa
Por: Ramón Antonio
Veras.
I.- El
COVID-19, encuentra aquí un medio adecuado
1.- En
todo el planeta tierra está presente el COVID-19; que se ha extendido
a los lugares más diversos de los diferentes países. Se ha expandido sin que
pueda ser controlada su difusión y su agrandamiento sin parar hace
pensar que no tiene límite alguno para ensancharse.
2.- En su
andar sin rumbo, el COVID-19 se ha alojado en el territorio nacional
dominicano donde se ha ambientado porque el medio le resulta
adecuado para originar y desarrollar enfermedades contagiosas. Las
condiciones nuestras le son apropiadas a sus propósitos contaminantes y
perjudiciales.
3.- Todo un
conjunto de circunstancias previas y necesarias para que
el COVID-19 se mueva con facilidad en su obrar de muerte, aflicción y
temor, se encuentran dadas en la República Dominicana. La pandemia está aquí en
forma placentera porque se le presentan las cosas a su gusto, como
mandadas a hacer a su medida.
5.- La gran
cantidad de personas que reúnen las condiciones de pobretería es el caldo de
cultivo ideal para que se mantenga y desarrolle el COVID-19. La
mendicidad lleva a este a que se mantenga accionando y matando.
6.- Aunque
se ha difundido la idea de que el COVID-19 es un virus que se ha
globalizado sin discriminación, hay que tomar en cuenta que en cada
país, convivir hacinado hace posible la contaminación por transmisión
entre los que están aglomerados.
7.- Es una
realidad que amontonarse en el mismo espacio para dormir es cuestión de
estrechez de espacio físico. La acumulación de personas facilita
infectar que es el medio ideal para el COVID-19 alcanzar a
sus víctimas.
8.- La
gran cantidad de personas fallecidas en New York, a causa del
COVID-19, se debe, no solamente a que el virus que se ha alojado en esa ciudad
tuvo su origen en Italia o España, sino también por los
tantos neoyorquinos pobres que se ven en la necesidad de vivir
hacinados en apartamentos, donde muchas veces conviven hasta diez
personas o más en una pequeña habitación.
9.- El
COVID-19 no discrimina en acción de contagiar para matar, pero aprovecha la
diferencia entre aquel ser humano que dispone más de lo
necesario para vivir, y el menesteroso que no es más que un arrancao.
II.- El
COVID-19, y dificultad de ejecutar “quédate en casa”
10- En
nuestro país, si no fuera tan manifiesta la desigualdad y
notoria la pobreza, enfrentar el COVID-19, resultaría
menos difícil, pero dada la opresión social y material que padece una gran masa
de la población, es algo engorroso tomar medidas colectivas para atacar el
virus.
11.- Real y
efectivamente, mantenerse cada quien en su casa es la forma más efectiva de que
el COVID-19, no llegue a matar a una persona. La prevención del
aislamiento hace posible evitar la contaminación y, por vía
de consecuencia, alejarse de la muerte.
12.- Pero
una cosa es lo que conviene, el aislamiento, y otra muy distinta la
posibilidad de materializar lo beneficioso que es mantenerse en la
casa llevando a cabo el no contacto o acercamiento físico.
14.- A quienes
les resulta difícil, y casi imposible de llevar a la práctica el
mensaje de “quédate en casa”, es a los millones de dominicanos y
dominicanas que están obligados a salir de la casa y
tomar las calles para buscársela para sí y su familia.
15.- Es casi
pedirle lo imposible a un triciclero, padre de cuatro o cinco hijos
y, tiene a su mujer, que se quede en su casa, porque ¿de dónde
va a obtener el dinero para adquirir los alimentos, pagar el alquiler, y
los servicios de energía y agua?.
16.- En
nuestro país, las condiciones de vida material y espiritual del
pueblo dominicano, no son iguales o semejantes. Las diferencias
se expresan en la facilidad de subsistencia de una minoría, y las dificultades
que acompañan a la mayoría para una vida digna. Partiendo de esta dura realidad
es fácil de comprender que no es cómodo para la mayoría de los
nuestros cumplir “quédate en casa”.
18.-
La única forma de los pobres escapar, con seguridad,
del COVID-19, es si el Estado va en su auxilio y le facilita medios de
subsistencia para que permanezcan quedándose en su casa. De lo contrario,
durante mucho tiempo el COVID-19, continuará entre nosotros, y los
desposeídos serán sus sacrificados.
19.- Debemos
de ser realistas y proceder con sensatez. Por más que se quieran ocultar las
desigualdades, la pobreza y otras lacras que genera el statu quo, ellas
están ahí, y en cualquier momento salen a flote, sin importar
que sean ciclones, inundaciones o ahora con el COVID-19.
20.- La
pobreza trae como consecuencia la falta de techo; malo o
ningún servicio de salud; analfabetismo, mala nutrición y dificultad
alimentaria. El ser humano necesita comer para subsistir.
23.- Es
posible que para justificar y defender “quédate en casa”, salgan
algunas personas y digan que la tarjeta solidaridad,
“comer es primero”, FASE y otros beneficios sociales resuelven el
problema de los pobres. Pero no es así.
24.- Cuando
en el país han ocurrido dificultades como consecuencia de fenómenos de la
naturaleza, se han enfrentado con cierto éxito, y el sistema sigue funcionando.
Pero ahora la situación es peliaguda porque el adversario no se deja ver, no
hay arma para enfrentar los daños que produce y, lo que es
peor, no se sabe hasta cuándo se mantendrá oculto, inspirando
miedo y matando gente.
25.- El
resultado feliz en la lucha contra el COVID-19, solamente lo logramos con el
sacrificio preventivo de permanecer en la casa, con la separación física y
distanciamiento social. Pero todo esto tiene un componente económico que
no está al alcance de todos los integrantes de la
sociedad dominicana.
26.- Uno
solo de nuestros compatriotas, no debe ser víctima del
COVID-19, por lo que se impone una solución humanitaria de Estado, sin importar
el sacrificio económico que entrañe, poniendo a disposición
de los necesitados, llámese chiriperos, trabajadores por cuenta
propia, o vendedores ambulantes de baratijas. El dinero está hecho,
lo que hay que hacer es tomar la decisión y así,
entonces, sí funciona el llamado de “quédate en
casa”.
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