La delincuencia y el irrespeto hacia la Policía está llegando a extremos delicados.
Por
Marcelo Peralta
Enfrentar
la delincuencia en el país requiere de un alto nivel de preparación policial, cualificación,
especialización, coraje, paciencia, burla, humillaciones y enfrentarla con la
eficiencia que se requiere de ellos.
Y en
ocasiones, hay agentes policiales que
por alguna simpleza arrebatan la vida a tiros a ciudadanos honestos y
trabajadores, mientras en ocasiones perdonan a los asesinos, ladrones,
atracadores, asaltantes, que en muchas casos mandan a sus víctimas al
cementerio y algunos los dejan ciegos, en sillas de ruedas o convertidos en
vegetales.
En el
país, existe la llamada delincuencia intermedia, que se ubica entre ambos
extremos protegidas por sectores de poder que funciona en la estratificación
del impacto económico y otra en el grado de planificación y uso de la tecnología.
Es indudable
que hay ciudadanos irrespetan, desafían y se burlan de los agentes de la
Policía en el país.
El
reloj marcaba las 2:02:00 AM de este jueves Santo cuando un hombre en un caballo
se paseaba de manera impune por la calle Cabanacoa, a sabiendas de la prohibición
debido al coronavirus.
El
ciudadano fue mandado a detener por un agente de policía que lo conminaba
detenerse por violar un decreto presidencial.
Sin
embargo, el hombre terco desafiaba al agente que en ocasiones cruzaba frente al
caballo su motocicleta y el infractor lo esquivaba.
Al
llegar al Edificio 42, de la Manzana AA, en La Cruz, Zona Sur de Santiago, el
infractor logró burlar al agente policial, al introducirse entre los
apartamentos.
Burlado,
impotente, el agente retrocedió hacia la calle Principal Canabacoa recibiendo
esfuerzo de dos agentes más en una motocicleta.
Los
agentes se desplazaron por la calle Florinda Soriano-Mamá Tingó-, pero el
ciudadano desafiante logró burlar a los agentes.
Este
jueves se dice que los agentes lo buscarían hasta debajo de la Tierra para
someterlo a trabajos comunitarios por infringir restricciones gubernamentales.
La
acción de este ciudadano decía que su caballo era suyo, pero el agente le
reclamaba que era porque estaba violando el toque de queda.
Ese
comportamiento evidencia los diversos tipos de delincuencia que tiene que
enfrentar la presencia policial, por el irrespeto, desafío, reto y la intolerancia
de ciudadanos, creyendo que los agentes provienen de otros planetas.
Los
comunitarios deben tener una vocación de servicio público, en virtud que los agentes policiales y militares cumplen
misiones que requieren las circunstancias y que ningún ciudadano está por
encima de la ley.
En
lo personal, aplaudo la paciente del agente, que a pesar de haber recorrido una
distancia prudente a las 2 de la madrugada, en que muchos ciudadanos dormían,
él conminaba al ciudadano detenerse y
ante la desobediencia no usó los medios coercitivos que le faculta la ley.
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