A codazos limpios.
Por Marcelo Peralta
La llegada de la abrupta y mortífera enfermedad del
COVID19, biológica, quien sabe si creada por el hombre para eliminar a sus hermanos ha hecho de la
humanidad diferencia y preferencia.
En la actualidad, abrazar, besar, dar las manos para saludar a
alguien es un “pecado y una maldición”.
Saludar en las actividades que antes era efusivas entre abrazos,
tocarse las espaldas y hacerlo con un apretón de manos, ahora se ha cambiado a
“codazos limpio”.
Es como que los humanos se tienen “asco”.
Parece que estamos volviendo a los tiempos de los “piojos”, el
“gorgojo” y la “ladilla” que están ardiendo y dando codazos a diestra y
siniestra.
De estas modalidades, hay políticos que hacen “galas”.
Con estos gestos siniestros tratan de buscar de las percepciones políticas
que les permitan captar mayor cantidad de adeptos sin que los votantes puedan
acercarse a exigirle cuáles son las propuestas esenciales y soluciones en
determinados lugares.
Saludar a codazos es algo insultante, humillante, hiriente, aunque
estamos en un periodo de crisis sanitaria por el CVID19.
Hacerlo a “codazos limpios” sería mejor cambiarlo y saludar a
distancia.
Hay gentes que no asimilan eso de saludar a codazos, porque lo
consideran como si padeciera de una enfermedad contagiosa, que lo tratan como
“parásitos” y “sanguijuela”.
Observar esas acciones es quedarse estupefactos debido a las
reacciones de algunas personas, ya que consideran que el COVID19 no es un
virus que se contagia frotando las manos.
Creen que el COVID 19 es un duende, que opera en nocturnidad y con
alevosía.
El COVID19 está cambiando los modales y sentimientos psicológico en la humanidad.
El miedo al contagio nos lleva a ser más conformistas y primitivos, y menos receptivos a la excentricidad.
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