Cantinflas único artista en el mundo que le negó visita a los Trujillo.
Pero lo hizo
hace 67 años en los gobiernos Juan Bosch y Joaquín Balaguer. Fue invitado por el presidente Juan Bosch. Lo
nombraron Raso honorífico de la Policía. Y Capitán Cuerpo de Bomberos. Se
presentó en la Feria Ganadera y los estadios Quisqueya en Santo Domingo y
Cibao de Santiago.
Por Sebastián del Pilar, Marcelo Peralta y Eusebio Mejía.-
Santiago, R.D.- Bien lo describía el poeta de origen español Marcos Valerio Marcial que el hecho de poder disfrutar de los recuerdos de la vida, era
vivir dos veces.
Aunque sea una paradoja, sin embargo, las pérdidas de vidas, llagas,
lagunas, historias, vivencias, marcas y destrucciones que dejas el coronavirus al país y al mundo, sin embargo, ha dado lesiones a muchas que antes no tenían tiempo ni siquiera para ofrecer cariño a sus
seres queridos, hoy día escudriñan en las casas, periódicos, revistas,
armarios, closet, Internet, datos que nos dan enseñanzas.
Pocas
personas saben que el mejor comediante del mundo de nombre Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes le negó al
dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina a presentarse en La Voz Dominicana en
el año 1940.
Esa estación era dirigida por Héctor Bienvenido Trujillo Molina-Petán Trujillo, era hermano
del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina quien le mandó un cheque firmado y
en blanco al comediante para que
él anotara la suma que deseara.
Pero
Mario Moreno Cantiflas reaccionó y devolvió el cheque sin vacilación, pero
haciéndole la recomendación al General Petán Trujillo que destinara “ese dinero
a las personas que están muriendo de hambre en su país” porque él no se
presentaría en países dictatoriales y con gentes pasando hambre.
Cantiflas,
rechazó la invitación de los Trujillo en el año 1940 para presentarse en La Voz
Dominicana y nunca sufrió atentados como ocurrió con otras personalidades de la
época.
En el
año 1963 en el gobierno del Juan Bosch invitó formalmente y aunque el famoso
comediante de origen mexicano tenía compromisos previos en varias naciones del
mundo, decidió suspenderlos y vino a la República Dominicana.
Cantiflas se presentó en la Feria Ganadera y el estadio Quisqueya en Santo
Domingo.
También, hizo una histórica y recordada presentación en el Estadio Cibao
ubicado en la ciudad Santiago de los Caballeros,
Aprovechó su presencia en el país y fue el propiciador de la formación
del Patronato Nacional de Lucha Contra la
Lepra.
Que contribuyó a la creación del Instituto Nacional de los Niños Leporino
que son los que nacen con el labio partido.
El
día 11 de septiembre del año 1963,
hacen 67 años que el mexicano Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes –Cantinflas- fue recibido por el presidente profesor Juan Bosch, siendo nombrado
Capitán honorífico del Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Santo Domingo.
Aprovechando la ocasión, el jefe de la Policía de entonces designó al
histórico comediante mexicano como “Raso Honorífico” entregándole una placa con
el número 777.
La visita en el año 1963 de Cantiflas fue desde el 11 al 15 del mes
septiembre.
Mientras que en segunda visita fue en el gobierno de Joaquín Balaguer y
su Partido Reformista Social Cristiano, en que el Canciller de la República de
la época que era el nativo de Gaspar Hernández, doctor Víctor Gómez Bergés le
impuso la medalla cuando el Congreso Nacional le distinguió con medalla de
Duarte, Sánchez y Mella en la Orden de Gran Caballero”·
Fue la primera que visitó el país desde el día 11 al 14 de septiembre del año 1963 cuando se presentó invitado por el gobierno del profesor Juan Bosch para participar en una función
benéfica de ayuda a los leprosos.
Hizo dos actividades artísticas en los estadios de béisbol Quisqueya en Santo Domingo y otra en el Cibao de Santiago de los Caballeros.
Por
una crónica escrita el día 20 de julio del
año 1963 por el periodista Rafael Molina Morillo decía que, de los enfermos,
estaban residiendo allí unos 22 niños sanos, sin que hubiese una iniciativa de
los funcionarios del lugar para evitar que fuesen contagiados por los pacientes
infectados que compartían lepra con ellos las camas y el estado de promiscuidad
existente.
El “Hogar de Niños Desamparados”
llevados a la sección de Nigua, del municipio de San Cristóbal, República
Dominicana fue visitado por Mario Moreno -Cantinflas- quien percibió sus
condiciones quien le dijo al presidente Juan Bosch de ese caso y el gobernante
ordenó mejorar y cambiar la imagen, quien instruyó al Congreso Nacional que ese
centro para honrar su memoria llevara el nombre del comediante.
Primera
visita de Cantinflas al país.
El
renombrado artista mexicano arribó al Aeropuerto Internacional de Punta Caucedo
a las 7:40 de la noche de ese miércoles, tras desmontarse de su avión privado
que era el “Súper Convair 777”, cuyo número recordaba al policía honesto de la
película «El gendarme desconocido» (de 1941), que reaparecería más tarde en
otro filme de similar calidad y éxito realizado en 1950, llamado «El bombero
atómico».
Cuando entraron al área de
recibimiento los artistas fueron animados por el Mariachi Dominicano que
dirigía Manolín Collado, que dedicó varias piezas mexicanas al visitante, quien
mostrando su admiración y simpatía por este conjunto improvisó algunas palabras
refiriéndose a su excelente musicalidad.
Además describiendo la alegría que le embargaba en ese momento inolvidable que le parecía no haberse alejado de su patria, al estar sintiendo “una de las emociones más grandes de mi vida”, por la recepción impresionante brindada por tantos admiradores aglutinados allí y en el mirador del viejo aeropuerto.
Además describiendo la alegría que le embargaba en ese momento inolvidable que le parecía no haberse alejado de su patria, al estar sintiendo “una de las emociones más grandes de mi vida”, por la recepción impresionante brindada por tantos admiradores aglutinados allí y en el mirador del viejo aeropuerto.
El
distinguido humorista vino acompañado con 18 personas, entre ellos Dueto
Fontana, el Trío Los Duques, el actor-cómico Alberto Catalá, la bolerista
Antonia Rodríguez, el animador de televisión Germán Figueredo, el torero
Benjamín Esqueda y los banderilleros Ignacio Valencia y José Martínez.
También
se refirió a las finas atenciones que estaba recibiendo de sus anfitriones,
representados por los ministros de Obras Públicas y de Recuperación de Bienes,
que eran el ingeniero Luis del Rosario Ceballos y el empresario radial José
Antonio Brea Peña.
Aquella muchedumbre le iba a
acompañar en la marcha hacia Santo Domingo, integrándose a la caravana que se
desplazaba por la avenida de Las Américas, para ser vitoreada durante más de
una hora por millares de personas que saldrían de sus hogares, colocándose a
ambos lados de esa vía para verle pasar y saludarle en una espontánea expresión
de júbilo y apoyo al artista que había llegado a la República Dominicana
después de una larga espera.
Concitaba
mucho entusiasmo su presencia en el país, pues Mario Fortino Alfonso Moreno
Reyes le había dado vida al personaje de Cantinflas convirtiéndolo en el
artista más trascendente de México, en un cómico universal considerado por el
famoso actor inglés Charles Chaplin como “el mejor comediante del mundo”.
Cerca de 70
mil personas se movilizaron aquella noche junto a él por la autopista de Las
Américas y varias calles de la capital, hasta llevarlo al hotel Embajador -su
lugar de hospedaje-, donde iba a lograr un buen descanso para reanudar -al día
siguiente- el ajetreo antes de la función benéfica de la Feria Ganadera.
El
jueves 12 de septiembre en la tarde, en compañía del ministro Brea Peña, el
destacado visitante giraría una visita de cortesía a la residencia del
presidente de la República, Juan Bosch ubicada en la urbanización Bella Vista
del Distrito Nacional, donde le esperaba la primera dama, doña Carmen Quidiello
de Bosch y los sobrinos del jefe de Estado, los jóvenes Virgilio y Fernando
Ortiz Bosch, quienes tras un reverente saludo lo introducirían en la oficina
del primer mandatario, quien le recibiría -junto a varios de sus ministros- con
un efusivo apretón de manos.
Allí conversarían por un buen rato en torno al estado de ánimo del artista, quien le diría al presidente que había creído que Santo Domingo tenía un clima mucho más cálido, pero se había percatado de que era lo bastante agradable y se sentía muy bien con la calidez sentida en el majestuoso recibimiento de que había sido objeto a su entrada a la capital dominicana, fruto de la solidaridad del pueblo dominicano.
De su
lado, Bosch le manifestó que había visto sus películas, que era su admirador,
tras haber disfrutado de “ratos verdaderamente inolvidables”.
Esa
misma noche fue el grandioso evento de la Feria Ganadera, a beneficio de los
leprosos del país, con la asistencia de unas 6 mil personas que -en su mayoría-
tenían ganas de conocerle desde mucho tiempo atrás, y se le había presentado
-¡por fin!- la oportunidad de verle allí como protagonista del evento,
recibiendo muestras claras de simpatía de los espectadores; entre ellos, el
presidente Bosch y su esposa; el vicepresidente de la República, doctor Segundo
Armando González Tamayo y altos funcionarios civiles y militares.
El artista mexicano se acercó a saludar al mandatario, quien le devolvió el saludo con una franca y
ancha sonrisa, en un gesto de indudable amistad y aprecio reciprocado por el
artista con el obsequio del capote de torero que llevaba puesto.
El acto
se inició formalmente a las 8:40 de la noche con la interpretación del Himno
Nacional y la presentación de varios artistas mexicanos y criollos; entre
ellos, Dasia González, Alberto Catalá, Dueto Fontana, Trío Los Duques,
Antonieta Prado, Fernando Casado, Sara Echavarría, Yvette Pereyra y Niní
Cáffaro.
Todo fue
alegría al presentarse Cantinflas con su uniforme de torero, junto a los
diestros lidiadores mexicanos Benjamín López Esqueda y Tomás Abaroa, para
demostrar que no sólo en el escenario cinematográfico podía exhibir un buen
manejo y dominio de un fuerte novillo, sino que podría actuar allí como en 1941
lo hiciera en el mundo fantástico del cine, en su conocida película “Ni sangre
ni arena”, que tanta risa y alegría brindó al público.
En la
Feria Ganadera el día 12 de septiembre, Cantinflas exhibió sagacidad en su
estilo cómico y agradable de torear, logrando que los espectadores gozaran en
demasía, viéndolo atareado en la arena, esquivando la embestida del animal a
ritmo de merengue, de haladura de rabo y suaves estocadas, y de banderillas
clavadas sin intenciones de tortura o de muerte.
El comediante de fama mundial, aparte de torear y divertir a la gente con su bufeo y meneo cómico inimitable,
participó durante el evento en un acto solemne que distrajo 20 minutos al
público hasta concentrarlos en el espectáculo taurino, cuando el jefe de la
Policía, general de brigada Belisario Peguero Guerrero le impuso en su pecho la
placa No. 777, en señal simbólica de que la institución del orden público lo
consideraba uno de sus miembros, acogiéndose al mandato de un decreto del
presidente Bosch que le designaba “Raso Honorifico”.
Valoró su devoción por los asuntos policiales expuesta en su sobresaliente interpretación del agente policial integro que cumplía con su deber social en la citada película “El gendarme desconocido”.
Valoró su devoción por los asuntos policiales expuesta en su sobresaliente interpretación del agente policial integro que cumplía con su deber social en la citada película “El gendarme desconocido”.
La actuación de Cantinflas había sido insuperable, llenando
la expectativa del público que ansiaba verlo desde que saltara a la fama en
1940 en la película “Ahí está el detalle”.
En ese
sentido no abunda reiterar que su presencia en el país fue una iniciativa del
gobierno de Bosch, que estimando su vocación filantrópica se le acercó en julio
de 1963, a través del embajador dominicano en México, doctor Moisés de Soto,
pidiéndole su colaboración para efectuar una función benéfica de ayuda a los
leprosos de Santo Domingo, y no sólo acogió esa solicitud y recomendó al
empresario Héctor García Vargas -su apoderado- que pospusiera algunas
presentaciones artísticas que tenía en Venezuela, Perú, Ecuador, Centroamérica
y España para venir a República Dominicana.
Luego de
la actuación de Cantinflas en la Feria Ganadera, hubo otras dos funciones en el
Estadio Cibao de Santiago y en el Estadio Quisqueya de la capital, a casa
llena, estando igualmente presente la causa de la lepra, que para esa época era
un tema de salud en la República Dominicana, porque había una gran cantidad de
leprosos internos en el leprocomio establecido en la sección de Nigua, San
Cristóbal.
El
gobierno de Bosch fue el primero en decidir enfrentar con seriedad aquella
situación, dándole calor a la creación del Patronato de Lucha Contra la Lepra,
que se estableció el 11 septiembre, en la calle Cayetano Rodríguez No. 41 de la
capital, orientado por el doctor Huberto Bogaert Díaz y con una directiva
presidida por la señora Carolina Hernández Estévez y completada por las damas
Carmen de Alfau, Angeliquin de Pimentel Imbert, Rosa de Herrera, Millín de
Taveras, Carmen de Marranzini, Ángela de Ortiz, Carolina de Bogaert, Marina de
Flaquer y Carmen Idalia Grullón.
La meta
de ese Patronato era mejorar la vida de los internos en el Leprocomio y
trabajar con tesón por la creación de un moderno centro dermatológico para
lidiar con todas las enfermedades de la piel en una época de poco desarrollo en
esa área de la medicina.
Y fue
gracias a ese esfuerzo que nacería tiempo más tarde -el 3 de febrero de 1966-
el Instituto Dermatológico Dominicano, que hoy lleva el nombre del doctor
Bogaert.
Sin duda
que la visita de Cantinflas aquel 11 de septiembre de 1963 estimuló la lucha
contra la lepra, y fue -por otro lado- una especie de sedante en un ambiente
caldeado por las pasiones políticas, aunque no pudo detener la conspiración en
los cuarteles que se venía gestando entonces para derrocar el gobierno de Bosch.
Durante
su estancia en la República Dominicana el actor y cómico mexicano recibió
varios homenajes y reconocimientos; siendo nombrado “Miembro de Honor”, por el
Senado de la República, quien le expresó un voto de agradecimiento por su
humanitaria decisión de ofrecer el producto de sus presentaciones en el país
para la campaña contra la lepra.
En este
proyecto el jefe del Estado expresaba que “la visita al país del genial cómico
mexicano Mario Moreno (Cantinflas) para actuar en un festival benéfico era
ocasión propicia para rendir cálido tributo de admiración y homenaje a quien no
sólo prodiga, a manos llenas, su arte extraordinario para deleite del público
que lo aplaude y lo admira sino que destina gran parte de sus beneficios a
obras de bien social especialmente a favor de la niñez desvalida”.
Cantinflas
fue distinguido por el Ayuntamiento del Distrito Nacional que le designó como
“Huésped de Honor” y le entregó las llaves simbólicas de la ciudad, en un acto
celebrado el viernes 13 de septiembre en el salón de actos presidido por el
presidente de la Sala Capitular, J. Nicanor Pichardo y el síndico doctor Manuel
de Jesús Reyes Martínez (don Gungo).
Uno de
los actos más hermosos en que participó el artista mexicano, se efectuó el 14
de septiembre en la sede del Cuerpo de Bomberos Civiles de Santo Domingo, donde
se le otorgó el rango de Capitán Honorario y donde dijo -al recibir el
galardón- que “el honor más grande que he recibido en la República Dominicana
es ese, ya que en el alma llevo el sentir de los bomberos, porque en mi país
pertenezco a las filas de aquellos que lo arriesgan todo a cambio de nada”.
En ese
acto, el coronel José N. Shotborgh, jefe del Cuerpo de Bomberos, expresó que
“lo hacía porque la oficialidad lo consideraba que por sus méritos era digno de
pertenecer a la institución; mientras que el médico siquiatra José Ramón Báez
Acosta, quien ostentaba el rango de teniente coronel y era subjefe de la
benemérita entidad, dijo que era un orgullo para ellos “tener en su seno a la
figura destacada de Mario Moreno, en cuya personalidad había una combinación
ingeniosa de actor y altruista”.
Mario
Moreno dijo que se sentía verdaderamente emocionado con la designación de que
había sido objeto y exhortó al pueblo dominicano a que honrara al digno Cuerpo
Bomberos con su simpatía y admiración, y en un arranque de emoción saludó a
todos los oficiales presentes con un cariñoso apretón de manos, y allí mismo
firmó varios autógrafos tanto a los bomberos como a centenares de personas que
se acercaron a presenciar el acto.
El actor
azteca abandonó tierra quisqueyana el 18 de septiembre manifestando tristeza
por tener que partir de este país.
Aseguró
que volvería pronto a Santo Domingo, aunque por sus múltiples compromisos le
sería imposible ofrecernos otra maravillosa temporada de humor y alegría; pero
siguió unido y colaborando al desarrollo del pueblo dominicano, enviando ayudas
a instituciones benéficas sin fines de lucro, como lo hizo en el año 1974,
participando en una reunión del Instituto Dominicano de Cardiología, presidido
por el eminente médico doctor Héctor Mateo.
Eso fue
el 23 de enero, día en que por instrucciones del presidente Joaquín Balaguer,
la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores, dirigida por el canciller
Víctor Gómez Bergés, le impuso la condecoración de la “Orden de Duarte, Sánchez
y Mella en el Grado de Caballero”.
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