Día de Las Madres dominicanas
Por Marcelo Peralta
En la República
Dominicana, cuna el Nuevo Mundo, nexo entre dos
culturas, es tradicional celebrar el día 31 de mayo que es el mes de las flores
y dedicado a las verdaderas "Madres".
Ser madre es
un cambio de vida, variar el tiempo, la forma de pensar, dar el corazón, la bienvenida a alguien que llega sin
haberlo pedido, entregar las fuerzas
cada día para sacarla adelante, enseñarles a vivir, a tener una razón de ser, que pueda vivir en paz el resto de tu vida, exprimir al máximo cada momento a su favor, enseñarle a promover
la lealtad, la coherencia y la decencia,
Hay personas que
creen que ser madre es parir por primera vez, alimentar una criatura, bañar, vestir, apapachar, preocuparse en ¿Dónde estás?, ¿Con
quién andas”, ¿Que haces?, ¿Qué sucedió?.
Ser madre es algo
especial, tratarla de forma maravillosa, con valor incalculable, responsabilidad
por esa nueva vida que tú como mujer ha querido traer al mundo, porque la criatura no te pidió traerla a recibir maltratos y abandono.
Madre es sacar fuerza para
luchar por la protección de esa vida indefensa, estar pendiente a cada
movimiento, a los quejidos, a no rendirse nunca, tener sinónimo de valentía,
arrojo y dotada de fuerzas extraordinarias.
Una Madre debe estar compuesta de un corazón inmenso y lleno de amor desinteresado,
incondicional que lo lleva dentro de su alma, que la impulsa a seguir cada vez
que sientes algún desánimo de la criatura.
Protección total, Velar por sus condiciones en la que duerme. Para una Madre sincera no hay hijos feos, malos, sino que todos son buenos e iguales ante la presencia de Dios.
Protección total, Velar por sus condiciones en la que duerme. Para una Madre sincera no hay hijos feos, malos, sino que todos son buenos e iguales ante la presencia de Dios.
Una
madre abnegada y entregada, es la primera en levantarse, ordenar la casa,
preparar los alimentos, vestir a su criatura para llevarla al colegio, comprar
los gustos, volver al hogar; retornar al centro educativo a recogerlo, indagar
su rendimiento, corregir las tareas, enseñar las clases, educar, orientar y capacitar.
La
fuerza de la mujer que se llame Madre emerge desde su interior, energía que
sale a la luz para poder aportar lo mejor su amor, actitud creadora,
transformadora para proseguir el camino del bien, la orientación como ejemplo
digno de imitar.
Por
eso, no todas las mujeres que existen en la Tierra pueden ser madres ya que defienden sus hijos en todas las circunstancia, en virtud de que cuando una de sus criaturas comete algo malo ella siente en su corazón como que les atraviesan el corazón con una
flecha, pero es su hijo.
Es
natural y normal, que la verdadera MADRE sufre callada las malas actitudes de
sus hijos, pero siempre, derrama su amor aunque su cuerpo y corazón esté partidos
en pedazos.
La
mujer que anhela ser madre, primero debe ser algo humano, entender que lo que
trae esa criatura no ha pedido a nadie querer nacer, tampoco venir a pasar penurias, sin
sabores, a crear problemas, divisiones, resquemores, insultos y maldiciones.
Una
madre debe ser respetuosa de los deberes y derechos de esa criatura; amiga,
hermana, consejera, médico, enfermera, maestra, soporte, confiada, orientadora,
psicóloga, solidaria, cocinera, dar lo mejor de sí para ese ser en florescencia
sin importar los problemas físicos que presente.
La
verdadera Madre da todo lo que tiene por su criatura sin esperar nada a cambio,
solo agradecimiento, amor, comprensión, entendimiento, porque lo más bello entre dos personas es el respeto mutuo.
Felicidades a las MADRES verdaderas.
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