¿China salvará a América Latina?

Nuestra opinión.


Por Marcelo Peralta

La presencia de China en América Latina deben ser vista como una oportunidad, de recuperar los países que Estados Unidos ha abandonado, porque el gigante asiático tiene su objetivo estratégico es a largo plazo para desafiar la influencia de Estados Unidos en el mundo por sus medios económicos, militares, financieros y políticos.
 
Si China se apodera de lo que Estados Unidos ha “abandonado en la Región y combatiría la corrupción administrativa de países en América Latina de la cual República Dominicana no escapa, por el “robo de capitales del pueblo por políticos”, “empresariales”, “protección de capos de la droga”, “sicariatos”, chanchullos”, contratos dudosos, coyunturas que podría ser aprovechados por China y La India que enfilan cañones hacia esta región.
De hecho, un informe de Transparencia Internacional de 2022 concluía que 27 de los 30 países de América Latina, el Caribe mostraban niveles de corrupción estancados y sin mejoras en los últimos años.
 
En últimos 20 años se ha introducido una nueva forma de corrupción con el fenómeno de la “corrupción geoestratégica” con el uso por países externos mediante métodos corruptos -contratos sin licitación, tratos financieros privilegiados, relaciones especiales ostentando poder, convertirse en parte interesada en múltiples facetas de la política, economía y la sociedad de un país.
 
La maestra mundial de este arte y menesteres es China, que sobrepasa a Estados Unidos en estrategia, por lo que ese ”coloso asiático” tiene sus raíces, ha sido estudioso de la política latinoamericana, utilizado la corrupción geoestratégica en afianzarse en la región a medida que la influencia de Estados Unidos disminuye.
 
La corrupción geoestratégica se basa en patrones tradicionales de clientelismo y patrocinio que se practica en América Latina en particular, en el crecimiento de las bandas de narcotraficantes desde 1980 que introdujo la “narcocorrupción”, en la que la policía, funcionarios locales actúan en connivencia a las bandas organizadas, “comprar protección” frente a la persecución judicial.
 
Ante este cuadro incierto, la policía, gobiernos locales, representantes electos considerados por organismos de control, entidades políticas corruptas de República permeando con sus garras cimientos, estamentos policiales, judiciales, militares, empresariales, educativos, gremiales, profesionales, en la clasificación anual de percepción global de la corrupción.
 
El patrón de corrupción en la “Tierra de Dios” ha coincidido con un período en el que Estados Unidos ha desviado su atención de América Latina; ahora se dirigente a Oriente Medio primero y después irá a Asia a “meter sus putrefactas narices”.

China trata de averiguar cómo restablecer su influencia en América Latina, aumentando su presencia en la región de forma silenciosa y pragmática.

 

En provincias, municipios y zonas inhóspitas existen negocios de orientales asiáticos que crecen rápido.



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