Obispos noroestano, sureño y fronterizo vuelven a demandar al Congreso Nacional modificar la Ley 28-01 de Incentivos.



Por Marcelo Peralta

Montecristi, R.D. Los obispos de las diócesis de Mao-Montecristi, Barahona y San Juan, demandan del Congreso Nacional aprobar la modificación de la Ley 28-01 sobre Incentivos Fronterizos.

Sus Eminencias Reverendísima, monseñores Diómedes Espinal de la diócesis Mao-Montecristi;  Andrés Romero Cárdenas, de Barahona y José Dolores Grullón, de San Juan, formulan la petición para que las empresas establecidas en esa zona puedan permanecer.

Plantean los obispos de las Diócesis Mao- Montecristi, San Juan de la Maguana y Barahona quienes demandan la modificación de la Ley 28-01 de Incentivos Fronterizos, para que no se destruya la economía de familias humildes y desprotegidas de esta zona.

Entienden que muy a pesar de las presiones de “grupos” de grupos económicos adversos, el Congreso Nacional debe pensar en las condiciones de vida de miles de familias y proceder a sancionar y aprobar dicho proyecto para que las empresas ya instaladas puedan permanecer y que lleguen otras nuevas instalarse.

“Por años los fronterizos han reclamado hasta la saciedad mejor suerte para su gente”, dicen los purpurados.

Consideran que tradicionalmente ha sido muy poco lo que el Estado ha implementado, ya que hay muy escasas las oportunidades de avance en esas provincias.

Además, los religiosos consideran que si los legisladores modifican y amplía el plazo, otras empresas se instalarían con nuevos proyectos para beneficio de miles de familias que dependen del empleo que ofrecen.

El pedido ha sido sugerido a la Cámara de Diputados los monseñores Diómedes Espinal, Andrés Romero Cárdenas y José Dolores Grullón mediante la cual explican que “muy a pesar de la presión de grupos económicos adversos, los congresistas deben sancionar y aprobar el proyecto”.

Advierten que en los actuales momentos en las regiones noroeste, sur y la frontera hay miles de empleos que están en juego, porque los inversionistas, al no tener sus incentivos, les conviene más estar cerca de Santo Domingo.

Los religiosos aseguran que la existencia de miles de personas en estas zonas está en latente peligro de destruir las economías de familias humildes y quienes en la actualidad están desprotegidas.

Dicen elevar sus reclamos por antes los congresistas para el fortalecimiento de los pueblos de las zonas noroeste, sureña y fronteriza porque hacia ellas no llegan en cantidades los beneficios del Estado Dominicano.

Proponen que la ley dio un impulso empresarial, motorizó la economía de gran parte del territorio de las siete provincias que integran el circuito fronterizo, en especial las ubicadas en la Zona Norte como son Santiago Rodríguez, Dajabón y Montecristi.

Los obispos en su carta expresan que cada vez es más necesario que los gobernantes asuman la responsabilidad de velar por las zonas sureñas, noroestanas y fronterizas línea fronteriza com proyectos que favorezcan a la gente que ahí permanece como centinela,  protectora de la identidad y la territorialidad.

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