Arzobispo afirma: "El Diablo está prendío en candela en República Dominicana".

En las Siete Palabras: Arzobispo de Santiago afirma: El Diablo está prendío en candela en República Dominicana.

 

Monseñor Héctor Rafael Rodríguez advierte sobre los oscuros presagios que rodean al país tras los recientes sucesos trágicos.

 

Por Valentina García

 

Santiago, R.D.- En el Sermón de las “Siete Palabras” el arzobispo de Santiago si eminencia reverendísima, monseñor Héctor Rafael Rodríguez afirma: ”El Diablo está prendío en candela en República Dominicana.

 

 

En un Viernes Santo cargado de solemnidad, la voz del arzobispo resonó entre los muros de la catedral metropolitana Santiago Apóstol, tejiendo un discurso impregnado de pesar y premonición.

 

Monseñor Héctor Rafael Rodríguez, con su mirada fija en el horizonte incierto, rompió el silencio con declaraciones que calaron hasta los huesos de los feligreses congregados en el templo.

 

"El Diablo está prendido en candela en nuestra amada República Dominicana", susurró el prelado, sus palabras resonando como un eco ominoso en el recinto sagrado.

 

El eco de sus palabras se fundía con el murmullo de los presentes, creando una atmósfera de inquietud y temor.

 

No eran palabras vacías las del arzobispo, no. Ellas llevaban consigo el peso de las tragedias recientes, los incendios que habían consumido vidas inocentes, dejando a su paso un rastro de dolor y desolación.

 

El carnaval de Salcedo, convertido en escenario de una pesadilla infernal el pasado 10 de marzo, y la cárcel de La Victoria, envuelta en llamas el día 18 de este mismo mes, se erigían como monumentos funestos en la memoria colectiva de la nación.

 

El arzobispo, con voz entrecortada por el peso de la aflicción, lamentó el destino cruel de aquellos que encontraron su final en medio del fuego voraz.

 

"El incendio. Parece que el Diablo se prendió en candela en República Dominicana porque se incendiaron esos niños ahí en Salcedo, y murió un adulto.

 

Luego se incendia La cárcel de La Victoria", murmuró, sus palabras flotando en el aire cargado de tristeza y resignación.

 
Al religioso se le escapó el 14 de agosto del año 2023 una explosión en San Cristóbal con saldo de 40 muertos y pérdidas materiales millonarias

 

Pero no solo el fuego devorador preocupaba al arzobispo, sino también el hacinamiento inhumano en las entrañas de La Victoria.

 

Una cárcel diseñada para albergar a menos de mil almas, abarrotada de miles de reos, clamaba al cielo por justicia en medio de la noche oscura de la injusticia.

 

El Sermón de las Siete Palabras se convirtió así en un ritual de duelo colectivo, donde las lágrimas de los afligidos se mezclaban con el incienso que ascendía hacia el altar mayor.

 

La voz del arzobispo resonaba como un lamento ancestral, un eco de dolor que se perdía en la vastedad del universo, buscando respuestas que solo el tiempo y la fe podrían traer.

 

El Papa Francisco instó a sacerdotes del mundo evitar la hipocresía, arrepentirse de la ingratitud, dejarse de decir una cosa en templos y otras fuera de ahí.

 

En Santo Padre ofició la misa luciendo buen ánimo, visitó mujeres en la cárcel Ribibblia, lavó pies, conversó que algunas de ellas y pidió desarrollar la vocación del servicio.

 

Comenzó el día con la apertura de ritos del Triduo Pascual en la basílica de San Pedro del Vaticano, dio la misa crismal, bendijo óleos de servicios religiosos, brindó homilía, ratificó a sacerdotes a evitar la “hipocresía clerical”, tratar congregaciones con misericordia.

 

Advirtió no caer en esta actitud de predicar una cosa a sus fieles, obrar distinto es su propia vida espiritual, llamó mostrar siempre misericordia hacia fieles y a no juzgarlos.

 

Hizo reflexión del perdón sostuvo “todos tenemos pequeños y grandes fracasos, historia, el Señor nos espera siempre con brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar”.

 

“Jesús perdona, sólo espera nosotros pidamos perdón”.

 

La directora de la cárcel, Nadia Fontanta, agradeció al Papa su visita, aseguró “para ellas, es un rayo de sol que caldea el corazón y reaviva la esperanza de poder recomenzar, aunque se tenga que hacer desde cero”.

 

Comentarios