El profesor Bolívar Ferdinand fue sepultado en Santiago Rodríguez.
Misa de cuerpo presente.
Por
Marcelo Peralta y Rafael Pujols.
Santiago
Rodríguez, R.D.-Mientras la Bandera Nacional ondea a media asta y los
concejales declararon dos días de duelo, el cuerpo del
profesor Rafael Bolívar Ferdinand Saint Hilaire, de 101 años de edad, fue llevado este lunes al sepulcro escoltado por miles de ciudadanos como una muestra del aprecio que se granjeó.
Fue un profesor rural, director de escuelas, distrital,
Intendente, Regidor, presidente del Ayuntamiento, gobernador provincial,
comerciante, miembro del directorio de INDENOR desde su creación hasta la hora
de su muerte y una persona bien valorada.
Vivió
en la antigua calle Restauración, casa número 71, quien para facilitar a los
ciudadanos la compra de textos escolares, instaló en la marquesina de su casa una librería
y su vehículo lo guardaba en la casa de una vecina.
El velatorio
del ilustre y ejemplar ciudadano, fue realizado en la Casa Curial, ubicada en
la calle Pedro Thómas.
Sepultado por decisión de los familiares más directos, la mañana de este lunes en el cementerio municipal en la calle José Marte, entre las Próceres de la Restauración
y Francisco del Rosario Sánchez.
Era un hombre muy reservado, honesto, sincero, responsable, capacitado, de noble
corazón, gentil, excelente ciudadano, esposo y padre ejemplar.
Con
su ida, Don Bolívar Ferdinand, cumplió en tiempo y forma marcada y sagrada misión en la tierra, quien junto a su esposa Doña Argelia de Ferdinand, sus hijos Mary, Juan Daniel, todos personas de excelentes cualidades humanas.
El único ciudadano sabanetero que en la antigua Secretaría de Educación
desempeñó cargos cimeros en todas las provincias del país, quien lo hizo en los gobiernos de la
dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina; del profesor Juan Bosch en 1963;
de Joaquín Balaguer y sus 12 años y de Antonio Guzmán, en 1978, hasta el 1979 cuando fue pensionado.
Este
humilde hombre que hablaba pausado y escuchaba de manera atenta a los
ciudadanos que lo interpelaban, trascendió por su capacidad, y su despedida final generó baños de lágrimas,
ponderaciones colectivas y lamentaciones.
En
medio de la angustia, su cuerpo era rodeado por cientos de ciudadanos y familiares
más directos.
Estuvo
casado toda su vida con Doña Argelia de Ferdinand.
Dejó
atrás la etapa de la adolescencia y se dedicó siempre a la formación personal para
realizar un mejor desempeño a favor de la sociedad y la Patria.
Sus
mayores deseos fueron el de servir a los más necesitados.
Donó
terrenos para el Asilo de Ancianos, otra gran porción en donde se gesta la
construcción de las instalaciones del Centro Universitario de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo-UASD en la comunidad El Guanal, Provincia Santiago
Rodríguez.
Siempre
estaba satisfecho con lo que hacía, tenía, por ser una persona muy profesional
y consciente de su rol social.
Para
muchos ciudadanos, constituye un gran dolor perder a hombres así, de bien, sin
dudas, con asiento en la provincia y aplicado en lo que hacía.
Desde
la salida del Sol, se dirigía en su camioneta a su finca ubicada en la
comunidad El Guanal a buscar leche de las vacas la que donaba personas
necesitadas.
En
ocasiones, era notorio observar a Don Bolívar Ferdinand regresar del campo a la
ciudad con la camioneta repleta de estudiantes a quienes llevaba hasta los
centros de enseñanza situados en la ciudad.
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